miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA ACUSACIÓN EN EL CRIMEN DE TAFALLA AFIRMA QUE EL FALLECIDO FUE GOLPEADO POR LA ESPALDA

La acusación particular que ejerce la familia de Roberto Requena, el menor de 16 años que falleció en febrero de este año como consecuencia de una agresión en Tafalla, afirma que la muerte del joven se produjo después de que fuera golpeado por la espalda y que, por tanto, en la agresión que acabó con su vida participaron dos personas. Este era uno de los argumentos que el letrado de la familia utilizó para recurrir el archivo de la causa sobre uno de los menores imputados en el crimen, el de 15 años, que ahora sin embargo vuelve a ser encausado al estimar el recurso la Sección Primera de la Audiencia Provincial. Ahora, por tanto, serán los dos menores los que se sentarán en el banquillo para responder por la muerte del muchacho tafallés.

En el recurso planteado, la acusación particular alegaba entre las razones para no archivar la imputación que no se había practicado la diligencia de reconstrucción de los hechos que había interesado y en la que, a su juicio, se podía poner de manifiesto que “dada la posición del cuerpo de la víctima, “revelaría que recibió un fuerte golpe por la espalda mientras estaba encarado con uno de los dos imputados y que revelaría que tuvo que haber dos personas implicadas en la agresión”.

La titular del Juzgado de Menores había archivado la acusación contra uno de los menores en junio, ya que concluía que “no existe ni prueba directa, ni siquiera indiciaria que sea sólida, y sobre las cuales fundamentar una acusación frente a él”. Para ello se basaba en declaraciones de los testigos, que habían matizado o rectificado sus manifestaciones iniciales, las que depusieron nada más producirse los hechos, y en las que sí situaban a los dos imputados junto al fallecido en el callejón donde fue agredido.

Luego, al retractarse o dudar de que ambos menores salieran con Roberto de la Casa de la Juventud, de que ningún testigo observara a los tres en la calle, de que no se hubieran obtenido pruebas del teléfono móvil, ni biológicas ni se objetivara lesión (salvo una en la palma de la mano que dijo que era de jugar a pelota) relacionada con los hechos y de que el otro menor cambiara su declaración y dijera que actuó solo agrediendo a Requena provocaron el archivo de la causa sobre el menor tafallés. Sin embargo, la acusación recurrió esta decisión y ahora la Audiencia le ha dado la razón. Así lo hace el tribunal después de lo anteriormente comentado sobre la posibilidad de que la agresión se produjera por la espalda y de que entienda que existen más indicios que sostengan la imputación. Recuerda que el otro imputado implicó también a este menor en su primera declaración en el lugar de los hechos aunque este no quisiera declarar ni ante la Policía Foral ni ante la juez.

Además, un testigo, vecino del lugar donde se produjo la agresión, afirmó que escuchó unas pisadas que salían del lugar de forma acelerada, no pudiendo precisar el número, pero pudiendo asegurar que “eran más de uno, ya que no eran pisadas continuas”, así como por el testimonio de otro testigo que manifestó que “vio correr a dos personas de etnia gitana de la calle Mayor hacia la calle Olmos” e identificó a los dos como los dos imputados. Del mismo modo, en varias de las conversaciones de WhatsApp intervenidas se refieren a que en la pelea participaron ambos y que el móvil que entregó uno de ellos a la Policía no era el suyo, del que debió deshacerse.

Enrique Conde y Javier Bergara, en Diario de Noticias

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