HAN FINGIDO POR ENCIMA DE NUESTRAS POSIBILIDADES

Álvaro Miranda dijo el otro día que nadie podía prever lo que ha pasado con la economía navarra en general y Caja Navarra en particular, "ni el más listo". Será ni el más listo de su portal, porque en el mío más de uno, y más de una, lo previeron hace tiempo y con mucho tino. La gente de Iruñerria piztera goaz, la del Gaztetxe Euskal Jai, la de Lore Etxea y la de otros muchos grupos del movimiento okupa, se ha pegado años, décadas denunciando la especulación inmobiliaria, y avisando de los peligros de la burbuja del ladrillo. La gente de AHT Mugitu, de Solidarios con Itoiz, de la Coordinadora de Itoiz, de Ekologistak Martxan y de otros muchos grupos del movimiento ecologista lleva lustros y más lustros criticando el desarrollismo, y censurando el derroche de dinero público en infraestructuras gigantescas e innecesarias. En cuanto a la Can se refiere, la oposición parlamentaria al gobierno de UPSN lleva años alertando del peligro de gestionarla en función de obsesiones identitarias y delirios de grandeza regionalista, en lugar de criterios estrictamente socioeconómicos. Y, mira por dónde, esas son las principales peculiaridades de la hecatombe económica que vivimos por estos lares: el reventón de la burbuja inmobiliaria y su devastador efecto sobre el empleo y el sistema bancario; el gran endeudamiento público causado en gran medida por el derroche en infraestructuras faraónicas; y la ausencia de una caja propia que inyecte liquidez a la economía local. Va y resulta que aquellas gentes okupas y ecologistas a las que tildaban poco menos que de de antipatriotas por ponerse al sacrosanto desarrollo de Navarra tenían razón. Va y resulta que el sambenito de estar cegados por las obsesiones identitarias que colgaban una y otra vez a los abertzales en realidad los retrataba a ellos mismos. No es que no se pudiese prever. Es que no lo han querido prever. Ni siquiera lo han querido ver una vez que ya era más que evidente. Han mantenido hasta el último momento el falso mito del milagro de la economía navarra basado en la inmaculada gestión regionalista. Han fingido por encima de nuestras posibilidades. Han sacado tajada hasta el último instante. Y ahora lo pagamos entre todos.

Juan Kruz Lakasta, en Diario de Noticias