El Fondo Monetario Internacional pone deberes al Gobierno de Mariano Rajoy.
El organismo dirigido por Christine Lagarde le pide dos medidas que aplicó el
Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y que el PP criticó con dureza desde
la oposición. El Fondo reclama al Gobierno que suba ya el IVA (y los impuestos
especiales) en
lugar de esperar a 2013 y que apruebe lo antes posible una
nueva bajada en el sueldo de los funcionarios para reducir el déficit. De
otro modo, advierte, España sobrepasará “significativamente los objetivos”
marcados en su plan de estabilidad y que el Ejecutivo se ha comprometido a
cumplir.
Con los mercados pendientes de cualquier detalle relacionado con España, y en
la víspera de otro fin de semana crucial para el euro, el FMI publica su
análisis anual sobre la economía española. E insiste en lo evidente: “Las
perspectivas son muy difíciles”. “La economía se encuentra en medio de una
recesión con recaída sin precedentes, con
el desempleo en niveles ya inaceptables, la deuda pública en rápido
crecimiento y necesidades de recapitalización en segmentos del sector
financiero”, resume.
El FMI arranca sus conclusiones calificando de “relevantes” las medidas
adoptadas por España. Pero eso no ha permitido recuperar la confianza de los
mercados, que sigue “débil”, y, por eso, pide una respuesta “ambiciosa” que mire
a la vez a la consolidación fiscal, al saneamiento financiero y a las reformas
estructurales para potenciar el crecimiento.
En opinión del FMI, el
objetivo de reducción de déficit es “muy ambicioso” —pasar del 8,9% de 2011
al 5,3% a final de año y, por ahora, volver a bajarlo al 3% en 2013— y por eso
cree que será difícil de alcanzar, sobre todo porque los ingresos serán más
débiles de lo esperado y el plazo es corto (“en parte porque se retrasó el
presupuesto”, reprocha) y no se puede fiar el ajuste solo a recortes de gasto
que tardan en tener efecto. Y abre la puerta a un mayor plazo para reducir el
déficit: “Dadas las débiles perspectivas de crecimiento, de no materializarse
por completo el ajuste esperado, la corrección no debería concentrarse en un
plazo de tiempo reducido”.
Los expertos del organismo insisten en que deben tomarse más medidas del lado
de los ingresos y advierte de que “ninguna opción debe ser descartada”. Pide que
se suban tanto el IVA como los impuestos especiales. Pero introduce una novedad
al incorporar un tono de urgencia: “Estas medidas deberían tomarse ahora”.
Además, frente a la situación de 2011, el país está ahora bajo un programa de
rescate de sus socios, que aunque esté destinado a sanear la banca, sitúa
a España bajo una estricta vigilancia por parte de la troika (la UE, el BCE
y el propio FMI, que pese a no dar ayuda financiera supervisará el proceso).
Junto a ello, el Gobierno estará más presionado para adoptar las recomendaciones
que lleguen desde las autoridades internacionales ante la más “mínima
desviación” de las metas de déficit, tal y como indicó el Eurogrupo al anunciar
la ayuda.
Sobre el rescate en sí, el Fondo considera que incluso si el coste llegara a
alcanzar los 100.000 millones comprometidos, “seguiría siendo manejable desde el
punto de vista de la sostenibilidad de la deuda, siempre que se lleve a cabo el
ajuste fiscal previsto”.
El organismo considera que la desviación del déficit en 2011, debida sobre
todo a las comunidades autónomas, socavó la credibilidad de España para alcanzar
la consolidación fiscal y aumentó el ajuste necesario para 2012. El FMI cree que
el impacto de la gran desviación (casi un 3% del PIB) se vio agravado por
mantener el mensaje, hasta casi final de año, de que el déficit cumplía el
objetivo, y por la falta de datos actualizados y fiables. En realidad, incluso
mucho después del cierre del ejercicio, algunas comunidades (como Madrid o la
Valenciana) desvelaron que su déficit era mayor que el inicialmente
publicado.
El FMI ve “deseable” una reducción de las cotizaciones de la Seguridad
Social, pero solo cuando el desfase presupuestario se sitúe por debajo del 3%.
También pide que se suprima la deducción fiscal por vivienda que el Gobierno
reintrodujo tras llegar al poder en diciembre y considera “fundamental” que no
haya más amnistías fiscales o aumentos transitorios de tipos ya que las medidas
deben ofrecer “ganancias permanentes”. En paralelo, señala que “debería
protegerse el gasto en los más vulnerables”.
En cuanto al gasto público, los funcionarios del fondo creen que los recortes
están previstos “en las áreas adecuadas”. Pero no es capaz de valorar sus
resultados y apunta que serán difíciles de implementar. Para lograr ese ahorro,
vuelve a insistir en la necesidad de que se apruebe “ahora” un recorte de los
sueldos públicos, aunque matiza que podría cancelarse si realmente se cumple el
objetivo de déficit. También propone dar “mayor énfasis a las
privatizaciones”.
El Fondo señala que “a pesar del anuncio de apoyo financiero europeo, las
condiciones de mercado siguen siendo débiles”. La esperanza es que el rescate
contribuya a paliar los riesgos a corto plazo, algo que no ha ocurrido por
ahora. Pero al FMI le preocupa la salida de capitales récord que está sufriendo
España en los últimos meses y por ello advierte que “las tensiones de mercado se
podrían intensificar, especialmente si las políticas económicas no logran frenar
las salidas de capital o como consecuencia de mayores tensiones en otras áreas
de la eurozona”.
Este viernes, de nuevo, España se quedó al margen de la mejora de la prima de
riesgo que experimentó Italia después de que el Gobierno de Monti aprobase
medidas para impulsar el crecimiento. La prima de riesgo de España frente a
Italia ha alcanzado su máximo de la era euro y el mercado ya exige casi un punto
porcentual menos de intereses a los bonos italianos que a los españoles. A
cierre de año, con Rajoy recién llegado al poder, a España le exigían dos puntos
menos que a Italia.
Junto al riesgo financiero, el otro motivo de preocupación para la economía
es doble, derivado de un desapalancamiento más rápido del previsto en el sector
privado y por el efecto de la consolidación fiscal. Las presiones negativas del
ajuste, afirman los expertos, “probablemente se traduzcan en contracciones de la
producción este año y el que viene”, aunque se espera que las exportaciones
netas sigan contribuyendo fuertemente al crecimiento.
Desde el organismo con sede en Washington se vuelve a insistir en la
importancia de que el plan de reformas estructurales se siga ejecutando en
paralelo al proceso de saneamiento de los bancos.
A modo de conclusión, el FMI califica otra vez de urgente que España
concentre sus políticas a mejorar la productividad y la competitividad de su
economía. “Estas son reformas inherentemente complejas y difíciles, pero
críticas si el crecimiento ha de ser inclusivo y altamente generador de empleo”,
remachan los expertos del organismo. “El establecimiento de una meta clara, como
conseguir que España se sitúe entre los 10 primeros en las listas de índices
globales de competitividad y clima de negocios, podría ayudar a centrar las
políticas y a su comprensión por parte de la población”, dice el informe. España
está ahora en el puesto 36º de la clasificación del Foro de Davos y en el 44º de
la del Banco Mundial.
La
reforma laboral es un paso positivo en este sentido, “ya que tiene el
potencial de mejorar sustancialmente el
funcionamiento del mercado de trabajo”. También aplaude la agenda de
reformas del Gobierno en otras áreas (mercado del alquiler, la liberalización de
horarios comerciales y de servicios profesionales y eliminación del déficit de
tarifa). Pero cree que sería importante que estas reformas fueran ejecutadas de
forma rápida y efectiva, con un calendario detallado y ambicioso.
Sandro Pozzi, en El Pais
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