Los trabajadores de Eroski decidieron ayer volver a apretarse el
cinturón y renunciar a la parte que les correspondería este año del capital como
socios y que va engrosando su cuenta para cuando se jubilen, así como a cobrar
los intereses que devenga dicha caja, una medida esta última que ya fue adoptada
el año pasado.
La asamblea general ordinaria de la cooperativa aprobó así la
propuesta del Consejo Rector de no remunerar el capital de los socios ni
retribuir los retornos. Una medida que fue justificada por «la extraordinaria
duración del duro entorno económico y las incertidumbres sobre la reactivación
del consumo en el mercado», lo que ha llevado a los rectores de la cooperativa a
proponer una distribución de los resultados obtenidos en 2011 prudente y
centrada en el fortalecimiento de los fondos propios de la cooperativa. Así, se
asignarán a reservas voluntarias la totalidad de los beneficios anuales
disponibles, lo que supone 29 millones.
La cooperativa obtuvo el año pasado 42 millones de beneficio, lo
que supone un descenso del 55,4% en un ejercicio que estuvo marcado por la
crisis y la caída del consumo. Por su parte, el grupo en su conjunto se anotó
unas pérdidas consolidadas de 36 millones, aunque mejoraron en 28 millones los
resultados obtenidos el año anterior, lo que supone un descenso del 44%.
Estos resultados, que fueron aprobados ayer en la asamblea, son
fruto, según la cooperativa, de la puesta en marcha de una política comercial
más comprometida con el cliente, con unos menores márgenes comerciales y
consiguientemente con unos precios más rebajados. Una política, remarca, que ha
supuesto la «transferencia de más de 123 millones de euros a los clientes».
Añade que la reducción de los márgenes se vio compensada en gran parte por una
mejora de la eficiencia de las operaciones empresariales.
El presidente del Grupo Eroski, Agustín Markaide, subrayó que la
actitud de los socios al renunciar a incrementar su capital y a cobrar los
intereses refleja «su compromiso con el futuro de la cooperativa, que ya se
viene manifestando en las sucesivas decisiones adoptadas durante los tres
últimos años». Es más, añadió que «anteponen los intereses de la sociedad
cooperativa y la sostenibilidad del proyecto empresarial por encima de los
intereses individuales».
Cabe recordar que además de estos sacrificios, la cúpula también
vio reducida el año pasado su remuneración al caer un 13,5%. El presidente y
doce directivos recibieron 1,72 millones de euros, frente a 1,9 millones de
2010.
La asamblea aprobó asimismo diferentes acuerdos relativos a la
adquisición de aportaciones de exsocios, la actualización del importe de la
aportación obligatoria de los nuevos socios de trabajo y la adopción de nuevas
fórmulas para suscribir aportaciones voluntarias al capital. Asimismo, dio el
visto bueno a que los fondos de la contribución para la educación y promoción
cooperativa y otros fines de interés público, que ascienden a 3,2 millones de
euros, sean gestionados tanto por el consejo rector como a través de Fundación
Eroski.
«En este tiempo de crisis en que nos estamos alimentando peor,
sigue siendo necesario un importante esfuerzo por mejorar la información y
formación de los consumidores para poder realizar un mejor consumo, más
saludable y responsable», subrayó Markaide, quien hizo hincapié en que «la única
parte de los beneficios disponibles que no se ha destinado a reforzar las
reservas es la que dedicaremos al propósito de mejorar la información y
formación al consumidor, además de las dirigidas a actividades solidarias y al
medioambiente, a través de la Fundación Eroski». Según explicó, «para estas
mismas finalidades hemos dispuesto de 5,9 millones de euros durante 2011,
continuando con la trayectoria de 43 años destinando el 10% de sus beneficios a
la comunidad».
En la asamblea, que se celebró en Elorrio, participaron 500
delegados, trabajadores y consumidores en representación de los socios de la
cooperativa.
El Diario Vasco
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