No me tendría que haber sorprendido, pero me
sorprendió ver la manera como la mayoría de los medios de información de mayor
difusión españoles cubrieron la visita de Bruce Springsteen (BS a partir de
ahora) a España en su ciclo de conciertos. Salvo contadísimas excepciones, la
figura y la música de tal cantautor se presentó analizando su calidad musical
sin referirse al significado de su música y de su narrativa, imposible de
entender sin referirse al contexto político que lo configura. Esta manera de
cubrir la música es semejante, en la esfera pictórica, a analizar el “Guernica”
de Picasso sin hacer referencia al bombardeo nazi de la ciudad vasca Guernica.
Es imposible entender la música de BS (o de cualquier otro cantante) sin conocer
el contexto que la ha ido configurando durante su vida artística. Veamos.
Bruce Springsteen nació en uno de
los Estados más industriales de EEUU, Nueva Jersey, en un pueblo llamado Long
Branch, de un padre de clase trabajadora que hizo muchos tipos de trabajo
durante su vida (desde trabajador textil a conductor de camiones) y de una
madre, secretaria, que le influenció enormemente. En su pueblo había una
estratificación clara del territorio según clase social y raza. Esta
estratificación territorial jugaba un papel clave en dividir a la clase
trabajadora según su raza. En su juventud y adolescencia BS fue un rebelde sin
conocer, sin embargo, de dónde venía ni a dónde quería ir. Le gustaba la música
rock y sus primeros pasos eran de crítica a la música del movimiento estudiantil
(de procedencia burguesa, pequeño burguesa y clase media profesional de renta
alta) que había hecho de los conciertos y música de Woodstock un símbolo. Su
rechazo a la cultura de la droga y del hedonismo que representaba aquella
cultura, así como el concepto de libertad que tenía, interpretándola como la
satisfacción del individuo (“hacer lo que te dé la gana”) sin frenos y
responsabilidades colectivas, marcó sus canciones iniciales como “Take LSD and
Off the Pigs”, que eran una protesta frente a los flower children (los niños
flores) de Berkeley y de toda California. Era, sin definirlo así, una lucha de
clases dentro del movimiento de protesta. Aunque Bruce Springsteen no había
desarrollado todavía su conciencia de clase, su discurso, lírica y narrativa
eran de protesta de clase frente a una cultura también anti establishment, pero
marcada por el privilegio de clase. Su lírica y narrativa se separaba de la de
Joan Baez o Bob Dylan, que representaban el movimiento pacifista, basado en un
mundo estudiantil de base universitaria. En Born to Run era una voz alternativa
que hablaba directamente a y desde la clase trabajadora, olvidada en las
canciones del movimiento pacifista.
Su voz de protesta fue recuperando la tradición
fundada por el gran punto de referencia en la música popular de EEUU, Woody
Guthrie, y más tarde Pete Seeger, ambos marginados durante muchos años por su
pertenencia al Partido Comunista de EEUU. Esta evolución le llevó a escribir
Born in the US, inspirado en el libro de Ron Kovic’s Born in the Fourth of July
que analiza críticamente la experiencia de un trabajador durante la Guerra del
Vietnam. Como civil y como soldado (se olvida en Europa que los que luchan en
las guerras del Imperio son hijos de la clase trabajadora estadounidense). Esta
voz de protesta intenta denunciar el falso patriotismo del establishment
americano, pero lo hizo con cierta ambigüedad que explica que incluso el
presidente Reagan, que es el prototipo de este falso patriotismo, intentara
utilizar tal canción en su campaña, creando una protesta por parte de él frente
a la manipulación política por parte del Partido Republicano. El intento de
identificar el país, EEUU, con la clase trabajadora, auténtica constructora del
país, con su diversidad étnica y de razas, aparece más claramente en sus discos
posteriores. Su Ghost of Tom Joad es, como han documentado Eric Alterman y otros
analistas de la poesía y música de BS, el equivalente de The Grapes of Wrath de
John Steinbeck. En este disco ya desaparecen todas las ambigüedades y llama a
las cosas por su nombre, enriqueciendo una larga lista de aportaciones a la
lírica y a la música estadounidense, de clara tradición popular, cuyo mayor
componente es la clase trabajadora (por cierto, es importante clarificar que
cuando en EEUU se le pregunta a la ciudadanía “usted, ¿qué es? ¿clase alta?
¿clase media? ¿clase baja?”, la mayoría se autodefine de clase media. Cuando se
le pregunta, sin embargo, “usted es ¿clase corporativa (Corporate Class,
equivalente a la burguesía)? ¿clase media?, o ¿clase trabajadora?” la mayoría
contesta clase trabajadora. Un tanto parecido ocurre en España).
En 2008 apoyó al candidato Obama,
siendo el momento álgido de la campaña presidencial el festival frente al
monumento a Lincoln el día antes de su nombramiento como presidente de EEUU, en
que frente a Obama había una multitud de casi medio millón de personas.
Springsteen terminó su concierto cantando con Peter Seeger el himno de la
izquierda estadounidense “This Land is your Land”, cantándolo por primera vez en
EEUU con los versos completos de la canción (escrita por Woody Guthrie) que
habían sido vetados durante todos los años de la Guerra Fría que todavía no
habían terminado. Los que estábamos allí nunca lo olvidaremos.
Vicenç Navarro, en Público
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