jueves, 14 de junio de 2012

LOS DISCURSOS DEL PASADO Y EL FUTURO QUE QUEREMOS

Con la conmemoración del V Centenario de la Conquista de Navarra (1512-1521) se ha vuelto de nuevo a abrir el escenario de los viejos enfrentamientos entre propuestas político-identitarias que se basan en la interpretación de hechos históricos. En interpretaciones fundadas en visiones y valores del siglo XXI. Un escenario en el que una de las partes utiliza fondos públicos que se han asignado desde el Gobierno de manera sectaria.
La historiografía ha constatado desde siempre la condición de Navarra como reino independiente, y la más solvente está de acuerdo en que la conquista fue ilegal, coercitiva y violenta, por mucho que el delburguismo y el upnismo oficial la contemplen como un mero episodio de reintegración en la unidad nacional española. Pero tampoco cabe hacer del convulso periodo de 1512-1521 una referencia fundamental de un proceso de emancipación nacional vasco. Hubo entonces demasiadas contradicciones para abonar esta interpretación simplista.
Desde Geroa Bai expresamos nuestras simpatías por quienes ponen al descubierto las manipulaciones de historiadores orgánicos que sirven a una verdad oficial y única. Pero en absoluto podemos combatir esta manipulación adhiriéndonos a planteamientos reduccionistas que no tienen en cuenta la complejidad de lo que entonces ocurrió, que concluyen en que la lucha del pueblo navarro por su autogobierno terminó en 1512 o en 1521.
Desde Geroa Bai pensamos que es necesario distinguir entre el estudio y la valoración de los hechos históricos y sus secuelas político-jurídicas, y la manipulación político-identitaria que algunos realizan en nuestros días. ¡Que sea la voluntad popular de hoy y no el pasado la que resuelva el futuro de Navarra, la que se pronuncie sobre los proyectos nacionales -español o vasco, o una síntesis entre ellos- que anidan en el seno de la sociedad navarra!
Queremos adelantar que Geroa Bai, desde una visión dinámica de la vida de nuestro pueblo, aboga por un nacionalismo y un vasquismo incluyentes, defiende una interpretación radical-democrática de los Derechos Históricos, de modo que constituya un punto de encuentro entre los navarros y navarras que quieren profundizar en el autogobierno. Y ello desde el respeto de los hechos históricos, muchas veces contradictorios, pero que en el caso navarro muestran una continuidad en el tiempo de la voluntad de autogobierno, antes y después de 1512, antes y después de la Constitución de Cádiz, de 1839, durante la II República o en nuestros días…
Desde Geroa Bai animamos a los historiadores a profundizar en el conocimiento de lo que supuso el traumático proceso vivido entre 1512 y 1521, pero también a valorar de manera positiva la voluntad de mantener el reino y desarrollar sus instituciones que siguió a la conquista. Así se puso de relieve en los tres siglos siguientes, entre aquella fecha y 1841. Necesitamos conocer mejor el esfuerzo de la sociedad navarra y de sus juristas e historiadores por defender y ampliar el autogobierno. En una evidente inferioridad de condiciones desarrollaron la idea de unión eque principal a Castilla y de relación y pacto bilateral con la Corona, sobre la base de que la soberanía radicaba en las Cortes navarras, la institución que representaba al reino.
El reino subsistió, por tanto, tres siglos más después de la conquista, y en ese largo período se puso de relieve y sin interrupción la creatividad política de la comunidad navarra y de ahí el drama vivido cuando llega el momento de la crisis en 1812, 1839 y 1841. Los cambios vinieron de la mano del nuevo Estado español salido de Cádiz que alteró unilateralmente la Constitución Histórica de Navarra. Frente a las tesis cuarentayunistas que hace suyas el upnismo de hoy, hubo entonces -como las hay hoy- voces navarras que manifestaron que existían posibilidades de autogobierno mejores que las fórmulas impositivas que hubimos de aceptar.
Es positivo el recuerdo de 1512-1521, o el de la crisis de 1812-1841, pero hay también otros motivos de conmemoraciones, más próximas a las coordenadas que rigen el presente de nuestra comunidad. En este año de celebraciones, Geroa Bai recuerda con afecto la labor de los redactores del Estatuto Vasco-Navarro de 1932, fruto del necesario consenso entre fuerzas nacionalistas, republicanas y socialistas. Aquel Estatuto estuvo a punto de crear un marco político-institucional común entre Navarra y los otros territorios forales. De manera realista, los protagonistas de aquel acontecimiento de hace ochenta años tuvieron en cuenta el marco de la Constitución de 1931 y las tradiciones forales de los cuatro territorios. Aquel marco estatutario preveía además la instauración de medidas y de marcos específicamente diseñados para la Ribera navarra.
Y en lo que toca a rememoraciones útiles para la vida política de hoy, no se puede olvidar la última modificación del marco político-institucional de Navarra, el del Amejoramiento de 1982. Geroa Bai tiene presente y quiere que los ciudadanos navarros no olviden las graves deficiencias de aquel proceso (exclusión de los partidos nacionalistas, omisión voluntaria de la ratificación popular del texto del Amejoramiento, etcétera). Por otra parte, investigaciones recientes han puesto de relieve que el Amejoramiento fue fruto, más que de la negociación entre Navarra y el Estado, de los tratos paralelos que mantuvo Jaime Ignacio del Burgo con los ministros y con los representantes del Estado.
Lo que es significativo y Geroa Bai aprecia en los hechos históricos es una tradición de pactismo bilateral en el avance hacia un autogobierno más amplio. De ahí la propuesta de hacer uso de los Derechos Históricos que abran paso a un nuevo pacto político con el Estado. Un pacto mayor y real que surja de un proceso previo de concertación entre todos los partidos, y que sea después refrendado por los ciudadanos.
La apuesta no nace de un esencialismo historicista sino del reconocimiento de las virtualidades de un recurso de naturaleza político-jurídica que está reconocido por la Constitución y la Lorafna. Bien anclado en el imaginario colectivo, pensamos que cuenta con el asenso de los navarros. Y permite, además, sortear la rigidez y las limitaciones de la actual Constitución española, cerrada por el momento a admitir el federalismo nacional y asimétrico.
El pactismo político que defiende Geroa Bai se funda, como indicamos, en una interpretación radical-democrática de los Derechos Históricos de Navarra identificada con la capacidad de decidir de la ciudadanía navarra.
Por eso pensamos que 2012 es una gran oportunidad para la investigación y la divulgación de hechos históricos. Sus resultados deben fundarse en el carácter poliédrico de la verdad, y debieran permitir el asentamiento de una interpretación compartida de lo ocurrido en las grandes encrucijadas que ha vivido el pueblo navarro en el momento de la conquista, en la fase de pérdida de la condición de reino en el siglo XIX y en los intentos de recuperación de la autonomía con la II República o en el origen del actual régimen autonómico. Una interpretación compartida que se constituya en uno de los puntos de encuentro de navarros y navarras, de modo que entre todos abramos una nueva fase en el autogobierno y que facilite un compromiso entre las identidades nacionales que anidan en nuestra sociedad. 
Manu Ayerdi y Koldo Martínez, presidente de PNV Nafarroa y Zabaltzen respectivamente, en nombre de Geroa Bai

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