lunes, 21 de abril de 2014

"OCHO APELLIDOS VASCOS", HUMOR CONTRA TIRANÍA

Habíamos oído muchos elogios de amigos y parientes que la habían visto, y hoy, pasadas las colas iniciales, hemos ido a verla. Nos ha gustado mucho y nos hemos reído agusto. 
Se ha hablado mucho de sus tópicos y de su supuesto carácter simplón y sin fundamento, pero a mi me ha parecido que tiene más fondo que todo eso. Algunos ya han mostrado su malestar con la película y a otros me figuro que tampoco les hace la menor gracia.
A mi me parece que al igual que “Vaya Semanita” desdramatizó el conflicto vasco y ayudó al fin de la denominada “lucha armada”, esta película está haciendo también una labor positiva. No en vano humoristas geniales, desde Charles Chaplin hasta Forges, señalan que la mayor arma contra los tiranos es el humor, precisamente.
El hecho de ser ya la película más taquillera de la historia de España no es baladí. Por encima de tópicos más o menos manidos, los ciudadanos de todo el estado se han reído de situaciones que hasta hace poco eran tabú, lo cual no es poco. 
Karra Elejalde ha conseguido con su interpretación, que a todos se nos haga entrañable su personalidad, y todo el mundo ha entendido perfectamente su mentalidad, y dónde está el sur para un vasco.
Esta película aporta su granito de arena, no pequeño, para que la sociedad española tenga su propio criterio no contaminado por políticos que han vivido del enfrentamiento y han servido café para todos con tal de no afrontar la realidad y no respetar las identidades de territorios forales y/o comunidades históricas con lengua y cultura propias. Que andaluces o extremeños entiendan esa identidad y la respeten, y que eso sea correspondido por los vascos como en la película, puede ser un anticipo de esa gran amistad que puede iniciarse entre unos y otros después de que cada una de las naciones que hay en el estado puedan decidir su propio camino. Una vez le oí a un lehendakari en una emisora de radio, que si no viviera en Euskal Herria viviría en España, porque es un sitio maravilloso para vivir, como esa Sevilla que nos embelesa en la película.
El film tiene también carencias, como cuando se frivoliza con algunos temas que aún son muy sangrantes, y se tratan como un juego de polis y cacos incidentes que, a diferencia del resto del estado, son juzgados con legislación de excepción. 
Serán necesarias nuevas iniciativas para superar todo el sufrimiento habido durante tantos años, para ello hará falta mucha más comunicación entre la sociedad vasca y la sociedad española. Será necesario que quienes ejercieron la violencia al menos reconozcan su error, en ambos bandos, cada uno en su medida. Y habrá que empezar una nueva historia, de libertad y respeto a la decisión de cada cual. Creo que esta película ayuda en este camino, por eso me imagino a qué búnqueres del poder no les habrá hecho ni pizca de gracia. Que se fastidien, el futuro no es de ellos sino de esa mayoría que se ríe y les deja desnudos.

Juan Pedro Urabayen

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