(Yolanda Barcina en Vanity Fair)
A mi abuelo había dos latinajos que le gustaba sacar a menudo en sus conversaciones, uno de su propia cosecha y con más que dudoso rigor lingüístico o histórico; “Metivisti patam en cazuelam et non potuisti sacarla sanam” y otro más común y contrastado; “Excusatio non petita, acusatio manifiesta”.
Pues bien, hoy, de vivir, se hubiera sentido doblemente gozoso por poderlos poner ambos en la misma conversación para referirse a la última portada protagonizada por ese dolor de muelas que nos ha tocado sufrir a todos los navarros en forma de interminable presidenta de Gobierno que atiende al nombre de Yolanda Barcina.
Aprovechando el “sindios” en que ha convertido la política navarra y la inactividad a que ha condenado a las otrora dinámicas instituciones forales dada su incapacidad radical ya no solo de gobernar sino de llegar al más mínimo acuerdo que permita mover un mísero papel en algún recóndito escondrijo de la maquinaria administrativa de Navarra, ha decidido dedicarse a lo que mejor se le da; salir en la foto.
Todavía recordamos con cierta sorna el correpueblos fotográfico electoral que la aupó a la máxima magistratura foral, o floral que todo puede ser en su imaginario político festivo, y que la llevó a fotografiarse junto a los carteles que señalan a todos y cada uno de los pueblos que componen la geografía Navarra, eso si, a pie de carretera que parece que lo de escuchar las cuitas ciudadanas esta muy por debajo del rango que ella merece.
No contenta con su asidua presencia en los más dispares canales de la carcundia de la España unagrandelibre que con tanto garbo y lozanía frecuenta ha dado el salto a la prensa chic y nos regala esta portada magistral en “Vanity Fair”, publicación que destaca por sus rigurosos análisis políticos y por su enorme tirada entre los lectores navarros. Será que las portadas de los medios navarros de las que ha sido tan asidua en su mandato, eso si sin PhotoShop, no le hacían justicia ni, por supuesto, le sacaban el “perfil bueno”.
Pero lo que no dejaba de ser un ejercicio de automarketing a futuro, que siga en el terruño foral más allá del 25 de mayo del año que viene no deja de ser más que un sueño para ella y una pesadilla para todos los demás, lo ha convertido en una gloriosa “metedura de patam en la cazuelam” haciendo cómplices de sus actividades dietísticas a todo el gremio del papel y la pluma como si el hecho de que alguno estuviera al tanto, cosa por otra parte harto difícil dada la personalidad jurídica del órgano que apechugaba con ellas, le diese patente de corso para rapiñar impunemente ya sean dietas, inversiones inmobiliarias o sueldos por no pegar palo al agua.
Habrá que recordarle a Barcina que ha sido precisamente la prensa la que ha ido aireando una tras otras las actividades que “complementaban” su ridículo sueldo presidencial hasta tal punto que tuvo que subirse el sueldo un 30% en concepto de responsabilidad, manda güebos que diría Trillo, para darle cierto aire de legalidad a sus retribuciones.
Pero todavía se hubiera sentido más feliz mi abuelo, que al Centenario de Cordovilla le tenía un cariño especial, casi tanto como a la CAN, a Franco o al Partido Carlista, fijaciones del hombre que le vamos a hacer, con la editorial de Diario de Navarra de hoy, un ejemplo de libro del otro latinajo…
“Excusatio non petita, acusatio manifiesta” no de otra forma se puede entender atribuirse los méritos de la otra prensa de Navarra obviando que si Barcina suprimió las dietas después de que le sacasen los colores en la prensa ellos mismos informaron de ello tras leerlo en las portadas de la competencia.
Y lo que es más grave, todavía nos quedan trece meses… a lo otro, después de más de cien años, ya nos hemos acostumbrado…
Ander Muruzabal, en nafarherria.wordpress.com
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