martes, 27 de mayo de 2014

EL PAÍS Y EL MUNDO, BUSQUES INSIGNIAS DE LA "CASTA", NO OCULTAN LA DEBACLE, PERO DAN MUNICIÓN AL PACTO PP-PSOE

Si en la época de Franco eran los diarios “Arriba” y  “Pueblo” los que cimentaban la columna mediática del régimen, hoy ese papel lo cumplen “El País” y “El Mundo”, que han cambiado incluso de directores y de accionariado para satisfacer a sus benefactores. Son los “buques insignia” de la “casta” y en estos momentos duros se les pide que, sin hurtar paños calientes, aporten además soluciones. En el diario “El Mundo”, la periodista Marisa Cruz no puede ocultar la catástrofe, aunque el titular (habitualmente los redacta el nuevo director Casimiro G. Abadillo) sea más benigno: “El bipartidismo se desmorona”.

Marisa Cruz lo justifica con mejor pluma: “Las urnas reservaban un castigo sin parangón al bipartidismo. Las papeletas hablaron, y aunque el partido más votado ha sido el PP, lo suyo sólo puede calificarse de triunfo pírrico. Los populares alzan una copa amarga y en caída libre, la debacle es evidente. Los españoles han aprovechado la ocasión para propinar un duro varapalo a las dos primeras fuerzas políticas y lo han hecho entregando su papeleta apartidos mucho más pequeños, algunos incluso recién nacidos.Estos últimos han sido la gran sorpresa. Los resultados esconden unaviso muy serio que amenaza con extender sus tentáculos hasta las municipales y autonómicas de dentro de un año y, quizá, más allá. Para el partido de la calle Ferraz se presentan tiempos convulsos. Para el de la calle Génova, muy arriesgados. En esta ocasión, y aunque ellos lo rechacen, los españoles les han visto como una gran coalición pero perdedora. Los tiempos cambian y el bipartidismo hasta ayer parecía no haberse percatado. Anoche despertó del sueño”.  Si en la época de Franco eran los diarios “Arriba” y “Pueblo” los que cimentaban la columna mediática del régimen, hoy ese papel lo cumplen “El País” y “El Mundo”, que han cambiado incluso de directores y de accionariado para satisfacer a sus benefactores. Son los “buques insignia” de la “casta” y en estos momentos duros se les pide que, sin hurtar paños calientes, aporten además soluciones. En el diario “El Mundo”, la periodista Marisa Cruzno puede ocultar la catástrofe, aunque el titular (habitualmente los redacta el nuevo director Casimiro G. Abadillo) sea más benigno: “El bipartidismo se desmorona”.

En su editorial, “El Mundo” imparte doctrina y anima al pacto entre los dos viejos partidos: “PP y PSOE deben reaccionar ya ante este toque de atención al bipartidismo”, dice Casmiro sin firmar el texto. Y al final señala: “El varapalo sufrido por el bipartidismo es la principal conclusión del resultado de las elecciones europeas en España. Aunque sería absurdo extrapolar estos resultados a unas elecciones generales, sí se pueden sacar conclusiones de las tendencias que mostraron ayer los ciudadanos. Y una de ellas es que se ha podido vislumbrar el final del bipartidismo en España por el fracaso de la gestión de los dos grandes partidos nacionales. Por eso, es imprescindible que sean los dos los que propicien de verdad ese movimiento de regeneración democrática que necesita España. Cuanto más tarden PP y PSOE en emprender este proceso, más desencanto continuarán generando”.

Otra de sus columnistas, Victoria Prego, en “Desastres y también alternativas” se muestra cauta en la defensa del régimen que tanto glorificó con su “Transición” televisiva: “El castigo a los dos grandes ha sido monumental y es imposible disimularlo”. Ella advierte de la tentación de que a PP y PSOE “los una en la desdicha y les incline a apuntalarse uno a otro para continuar dando tumbos en el camino político español hasta las próximas elecciones generales. Aunque siguen siendo los dos principales partidos en la lista que quedó fijada ayer, los electores les han dado rotundamente la espalda. Y por eso ambas formaciones tienen que darrespuesta inmediata a unos votantes que han expresado con claridad su rechazo aun modo de hacer política que ya se ha demostrado agotado. Unos resultados muy esclarecedores sobre el estado de ánimo de los electores españoles. El panorama nacional tiene que verse afectado por ellos. Es necesario”.

En otro de sus célebres y habituales bandazos, el columnista Raúl del Pozo escribe una bella metáfora literaria sobre esta “Europa sin faldas” que se abre tras el 25-M y alerta: “Después de la infame recesión, hay una Europa donde se va hundiendo el bipartidismo. Domingo ventoso que se llevó las flores de bermellón del granado y el esplendor del bipartidismo. Como en el poema de Lope «cayéronsele a Europa las faldas ante sus enemigos». Se votó con desgana –decía un dirigente de IU–. A una persona que gana 500 euros al mes no le gusta votar a un eurodiputado que gana 17. 000». Y finaliza sugiriendo pactos entre la partitocracia: “Si los eurófobos avanzan tanto como se teme, tendrán que unirse socialdemócratas y socialistas para conjurar el desastre democrático. Avanzan el racismo, el antisemitismo, los payasos y los ultras”.

En “El País”, otro acorazado mediático del régimen cuya influencia ha quedado en entredicho tras los resultados del 25-M, han preferido acudir al viejo cuento de “¡que viene el lobo!” guiados por la mano invisible de su nuevo director, Antonio Caño, que solo ve o un Gobierno PP-PSOE o el caos si lo intentan otros partidos:

“Todo lo que viene a continuación es solo una simulación, un ejercicio de política ficción. Con esas cautelas y algunas más” revela una extrapolación del voto de las europeas a unas nacionales: “El desplome en votos de PP y PSOE dejaría un Congreso ingobernable” escribe el periodista Miguel Jiménez, para quien “los populares perderían 49 escaños y se quedarían con 137, mientras que los socialistas bajarían hasta los 107 diputados si los resultados de las europeas se proyectaran a unas generales. El único Gobierno estable posible sería el de una gran coalición PP-PSOE, que sumaría 244 diputados, algo más de dos tercios del Congreso. Pero sería una coalición no solo de dos fuerzas rivales difíciles de conciliar, sino además, de los dos partidos más castigados, que más han empeorado sus resultados. La mera mención de la posibilidad de la gran coalición, por otra parte, ya ha generado reacciones en contra durante la reciente campaña electoral. Las cifras de estas elecciones pueden reavivar ese debate”. Y da más argumentos para el pacto PP-PSOE: “hay muchos signos de que la pérdida de peso de los grandes partidos no es de carácter meramente episódico”.

Para su compañero Carlos E. Cué, el 25-M ha producido un “fuerte castigo al bipartidismo”, pues “la suma de PP y PSOE baja del 50% de votos por primera vez en democracia. La división de la izquierda permite a Rajoy ganar. Pero elgolpe al bipartidismo es mucho mayor de lo esperado por las grandes formaciones y augurado por todas las encuestas. Ninguna les daba por debajo del 65%”. De ahí que su balance sea “el desplome del bipartidismo, la irrupción de Podemos, la crisis del PSOE y la victoria pírrica del PP”.

Por último, el Grupo PRISA se expresa también por medio del radiofónico Iñaki Gabilondo, quien en una videocolumna titulada “Los dos grandes partidos se descalabran. ¿Oirán?”, afirma: “El bipartidismo ha entrado en profunda crisis y los ciudadanos han llamado a la puerta pero con un gran aldabonazo”. Esta tesis la detalla “El País” en un editorial titulado “Golpe al bipartidismo” donde relata “la victoria mínima del PP, oscurecida por la fuerte erosión de votos de los dos partidos mayoritarios”.

Y añade: “Los resultados españoles de las elecciones europeas suponen un cierto descalabro de los dos partidos hegemónicos, de mayor envergadura para el Partido Socialista. El resultado augura un panorama más abierto que quizá sea el preludio de la próxima cita electoral nacional y supone un serio castigo a los partidos de gobierno, a los que un creciente número de ciudadanos ven como parte del problema de la desafección política y de una crisis para la cual se aplican recetas —no muy exitosas hasta el momento— demasiado similares, a pesar de los eslóganes”.

Un espía en el Congreso

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