Contaba hace años César Saratxu en una entrevista que por más que comía no engordaba y que de hecho cuanto más comía más adelgazaba. Decía que él estaba seguro de que no iba a morir al uso: "Simplemente iré menguando, menguando, y una mañana me estaré lavando los dientes y desapareceré por el desagüe del lavabo. Y no me echará en falta nadie". No tiene que ser una mala muerte, dependiendo del río al que vaya a parar el desagüe. Lo de que no te eche en falta nadie tampoco es importante. Lo importante y duro es cuando uno echa en falta a alguien. Roberto Jiménez ha corrido el riesgo de irse por el desagüe, a fuerza de menguar y menguar. Por mucho que lo ha intentado -o eso ha parecido- cada cosa que ha hecho la ha hecho mal y deja al PSN con un 14% en Navarra y un 11% en Pamplona. Dice Dylan que cuando crees que lo has perdido todo te das cuenta de que aún puedes perder algo más. Jiménez creo que se ha dado cuenta, aunque le ha costado varios años más que al resto de la población, incluido el alumnado de 0 a 3. Pero finalmente se ha olido que después del 14% el 10% está ahí al lado y que dejarlo, qué sé yo, una mañana de julio o de agosto cuando no te hace caso ni Dios a no ser que le pegues fuego a una rastrojera o te encule una vaca era peor que hacerlo el día después del enésimo hostión. Al menos lunes, martes y hoy es el hombre de portada. Estaba ya colgando del desagüe, pero se ha logrado agarrar al cepillo pataleando en el aire y gritar ¡estoy aquí! Que los actuales dirigentes por ahora no le acompañen -critican al PSOE por sus decisiones, pero obvian que gracias a las siglas PSOE tienen un 14% y no un 1,5%- no es sino la confirmación de que el problema del PSN no es quién sino qué, porque los quiénes están muy claros y van a seguir hasta que no puedan más de comer y el PSN siga adelgazando y ya no le eche de menos nadie.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
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