El veto del Comité Federal del PSOE a la moción de censura ha dibujado dos bloques en Nafarroa. Así, al menos, lo entiende el líder del PP, Enrique Martín, que emplazó a Roberto Jiménez a que asuma la nueva realidad y permita «grandes pactos de gobernabilidad» entre los «constitucionalistas» para poder salir de la profunda crisis institucional. «La pelota está en el tejado del Partido Socialista», subrayó.
Los cuatro escaños que tiene el PP en Nafarroa son inútiles para la conformación de cualquier mayoría. Sin embargo, el papel del PP a nivel estatal, presionando a Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido crucial en esta crisis y la filial navarra reclama su parte. «No se trata de sacar adelante los principios partidistas de cada uno, sino que aquí lo que estamos tratando es una crisis institucional muy grave en Navarra», insistía ayer Enrique Martín.
Resulta que, tras la presión de las últimas semanas, el PP es el único interlocutor válido que le resta a Roberto Jiménez, dado que Ferraz ha roto los acuerdos con el polo de izquierdas y el propio Jiménez ha descartado el diálogo con UPN mientras Yolanda Barcina siga al frente.
Como el PP lo sabe, les está haciendo pagar peaje. «En política, cada uno tiene que analizar su situación y, en función de eso, tomar sus responsabilidades», explicaba el parlamentario Eloy Villanueva, quien presionaba también para que ese anatema que ha impuesto el PSN a Barcina se acabe de una vez, pidiendo «altura de miras» a Jiménez. «Espero que sean capaces de ponerse de acuerdo con nosotros y con UPN para alcanzar puntos de encuentro sobre asuntos fundamentales para Navarra ya que, de lo contrario -advertía-, van a llevar a esta comunidad a una situación muy complicada».
Estos mensajes de ayer contrastan con los lanzados por la vicepresidenta del PP, Ana Beltrán, que el jueves tomó la palabra para cobrar a Barcina los servicios prestados en las últimas semanas. Beltrán reclamó «un gobierno serio» para estos quince meses que restan de legislatura, apelando, de nuevo, a la «altura de miras». El discurso era calcado al que ayer usaron con el PSN, dado que el jueves la pelota que podía dar esa estabilidad en el Gobierno estaba «en el tejado de UPN».
El PP tiene bastante claro que no va a haber un adelanto electoral, hipótesis que también descartan medios afines a UPN. La tesis es que el mayor favor que se le puede hacer al partido de Roberto Jiménez es darle tiempo para que se recomponga del batacazo que ha supuesto descubrir el farol que le lanzó a Barcina. De hecho, Martín ponía el foco ayer en un detalle que muestra lo poco que cree el PSN el adelanto electoral: la fecha que se han fijado para elegir nuevo candidato en las primarias. «Exigen elecciones anticipadas el 25 de mayo pero, sin embargo, posponen a otoño las primarias», apuntaba el líder del PP cuando ironizaba sobre este contrasentido del PSN.
Barcina, en busca de pactos
La presidenta navarra también está en busca de esa alianza que le dé estabilidad para lo que resta de legislatura. «A partir de hoy, se deben buscar acuerdos y llegar a los mejores pactos para que Navarra siga siendo una de las mejores comunidades de España», manifestaba ante los micrófonos de la COPE.
Barcina se siente reforzada y cree que el PSN tendrá que volver a dialogar con ella. Comentó que el partido de Jiménez «tiene que tener la serenidad suficiente para pensar qué es lo que hay que hacer». En cuanto a la declaración de que jamás se sentarán a una mesa juntos, la presidenta no le da credibilidad. «Esto es fruto de este momento, igual que en un momento dijeron que no iban a hablar con Bildu o con el PP. Vamos a esperar, lo que hay que hacer es llegar a acuerdos en esta tierra y seguir con los pactos».
Aritz Intxusta y Martxelo Díaz, en GARA
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