Durante algunos años me he recorrido, casi, la totalidad de la Comunidad Foral, conozco, y tengo documentados, recorridos por todas las latitudes de Navarra, como por ejemplo Abaurrea Alta por el Norte, La Bardena por el Sur, La Sierra Urbasa por el Oeste y La Sierra de Leyre por el Este. Me he pegado verdaderos madrugones y kilometradas de coche para poder realizar una de mis aficiones domingueras, y resulta que últimamente estoy descubriendo parajes cercanos a mi localidad que en nada tienen que envidiar a muchos de los recorridos que he realizado por Navarra. Seguiré realizando recorridos “forales” pero creo que los voy a intercalar con recorridos “locales”. ¡Me lo pensaré!.
Vamos a lo nuestro. El pasado domingo día 4 de abril, y gracias al amigo Gateri, que me ha proporcionado, vía GPS, unos 25 recorridos “locales”, me encaminé hacia un recorrido que sabía que estaba ahí pero que nunca me había preocupado en investigar, se trataba de visitar el Monte del Conde, en Sansoain (Navarra), catalogado como Reserva Natural y cerca de Tafalla.
Le había oído a mi padre varias veces que habían ido a cazar palomas al Monte del Conde. Sabía de su existencia porque cuando he subido, tanto en coche como andando, al Coto la Valdorbasiempre he visto la masa forestal del citado monte a la derecha de la llamada Carretera Olleta.
Salgo de casa cerca de las ocho de la mañana, el día está claro, no corre viento y la temperatura, a esta hora, ronda los 6 o 7 grados. Va a hacer un buen día.
Atravieso Tafalla desde la Avenida Sangüesa hasta la explanada del Eroski, y desde allí giro a la derecha para llegar a la empresa Materiales de Construcción Olagüe que dejamos a la izquierda, atravesamos el puente que pasa por debajo de la vía del tren, giramos a la derecha, atravesamos el túnel que pasa por debajo de la autopista, y cogemos el camino de frente, dejando a la izquierda otro que discurre paralelo a la autopista, y por donde regresaremos, nos encontramos en el término de El Juncal a la derecha del camino y La Navilla a la izquierda del camino.
Durante 680 m. vamos ascendiendo suavemente por el camino, vemos a la izquierda un cercado con caballos del amigo Angel Esparza, seguimos en el término de El Juncal, llegamos a una bifurcación de caminos, cogemos el de la izquierda, andamos 100 m. y cruzamos el Canal de Navarra que en este tramo va enterrado y el agua no se ve. Cogemos el camino de frente y seguimos ascendiendo. El comienzo de este recorrido es un ascenso continuo pero muy tenue. Durante 2,000 km., y sin desviarnos del camino, vamos atravesando huertos, olivares, fincas de cereal, etc. A la izquierda, y arriba de la ladera, ya vemos los primeros molinos, pasamos una senda muy sombría flanqueada por plantaciones de caña a los dos lados, y llegamos a una intersección con un camino que nos cruza perpendicularmente. 10 o 15 metros antes de la intersección, y la izquierda del camino, podemos ver la que creo que se llama la “Fuente del Cura”, no baja agua, aunque en su poza sí la hay (Digo creo porque no se si se llama así. El amigo Javier Torralba sabrá seguro si es así). Estamos de lleno en el nombrado término de Balgorra.
Hemos llegado a la intersección antes citada, hasta ahora hemos ido en dirección Este. Giramos 90º en dirección norte. A los 20 metros, y a la izquierda del camino vemos una caseta abandonada, y en su interior se aprecia alguna silla “desvencijada”. La pendiente empieza a endurecerse. Durante 420 m. vamos ascendiendo hasta encontrarnos, de nuevo, con otro camino perpendicular que tomamos girando 90 º a la derecha y dirigiéndonos de nuevo hacia el Este. Es el clásico camino de grava que se ha hecho para servicio de los numerosos molinos que hay en la zona. seguimos subiendo, y a los 200 m. del último cruce, nos encontramos con una intersección a la izquierda; la tomamos. En este punto justo se juntan los términos de Tafalla, Pueyo y Sansoain. En Tafalla y Pueyo estamos en el término de Baldelobos y en Sansoain estamos en el término de La Muga de Pozuelo. A la izquierda del camino y en una pequeña explanada podemos ver el “Gran Molino” que es más grande que el resto que hay en la zona.
Como hemos dicho en el párrafo anterior, ya estamos en el término de Pueyo. Seguimos por el camino que hemos cogido, dejando el “Gran Molino” siempre a la izquierda, y a los 325 m. desde el último cruce, nos topamos, de nuevo, con un camino secundario que abandona el camino principal. Lo cogemos y volvemos a ascender, con un poco más de dificultad, porque la pendiente es algo más pronunciada que el camino principal. Me salen dos perdices. Conforme vamos ascendiendo, y si giramos la cabeza hacia la izquierda, comenzamos a apreciar ya puntos interesantes como el Moncayo o la Sierra de Urbasa y Montejurra. Cada vez se ven menos campos de labranza y se aprecia más la vegetación salvaje. A los 1.600 m. de haber cogido este camino secundario, y a la izquierda del zigzageante camino vemos un caserío que creo que se llama San Lorenzo, abandonamos ese camino, y giramos a la derecha, dejando el caserío a la izquierda, para tomar una senda que sigue ascendiendo. En este lugar tuve un buen susto, ya que al abandonar el Caserío, a unos 300 o 400 m. hacia arriba, y desde una zona con mucha vegetación me salió un gran mastín blanco, a toda velocidad y atravesando una pieza de cereal, y dirigiéndose hacia mí y ladrando. El “acojono” que sentí no se lo puede imaginar nadie. Tan solo se me ocurrió, y sin pensar otra cosa, el colocar el bastón que llevo delante de mí, y apoyado en el suelo; eso sirvió de barrera para que el perro no se me acercase más de lo normal. Seguí andando sin mirarle, despacio, y el “can” abandonó. Al poco de ocurrir el hecho se me ocurrió mirar hacia abajo y vi que de un camino salía una persona, con un chubasquero claro, y el perro le acompañaba. No me dio tiempo a sacar los prismáticos ya que conforme iba andando se iba tapando poco a poco. Me gustaría haber sabido quien era para poder haberle dicho que controlase un poco más a su “amiguito”. Ya estamos llegando a la zona más alta del recorrido (599 m.). Estamos en todo el esplendor del Monte del Conde, el sitio es precioso. Sendas entre árboles que conforman,a veces, auténticos túneles vegetales, musgo encima de las piedras, zonas sombrías en las que apenas entra el sol, cántico de aves por todos los lados (El día acompaña a ello), vegetación exuberante por todos los lados. La pena que esta maravilla dura solo 1.100 m. (Me figuro que habrá otras sendas, pero hoy solo nos hemos ceñido a ésta), y es todo en bajada en busca de la salida al mundo civilizado (Carretera a Olleta – Na 5110).
El camino de descenso nos va acercando al Río Sansoain. Oímos el discurrir del agua, que en esta época es abundante. Antes de cruzar el río, hay un camino que entra a la izquierda, y que discurre paralelo a éste, en el que me habían comentado que existía una zona de ocio bastante agradable. Me introduzco por el citado camino, y durante 150 m, y por una coqueta senda llego a una zona donde la vegetación se abre y se nos ofrece un espacio llano, con dos buenos árboles que producen zonas sombrías y que invita a un día de campo a la orilla del pequeño Río Sansoain. Me figuro que el lugar estará solicitado en estos días de primavera/verano en los que el calor no aprieta en exceso y todavía baja algo de agua por el río.
Mi curiosidad innata en este tipo de situaciones me hizo introducirme por la orilla del río para intentar salir por otro lado hacia la carretera NA 5110, pero por más que lo intenté no pude, primero cruzar el río porque su caudal me lo impedía y segundo porque la vegetación era tan frondosa que era imposible, en muchos lugares, atravesarla. Ni siquiera siguiendo la ribera del río, que es donde menos vegetación había, ya que muchas rocas impedían su crecimiento, pude hacerlo. En un lugar bastante frondoso, bastante apartado, y a la orilla del río descubrí una cama de jabalí donde recientemente algún ejemplar se había “rebozado” de barro para quitarse los parásitos.
Después de un rato intentando lo imposible decidí volver sobre mis pasos y volver a la salida natural de la senda que baja del Monte del Conde. Una vez en ella me ocupo de pasar el riachuelo a través de unas piedras que están colocadas en la zona menos profunda del paso. Ni que decir tiene que las piedras están cubiertas por el agua, y mi intento acaba con mis pies dentro del riachuelo con el agua hasta mitad de las espinillas.
Una vez en el otro lado nos topamos con un cartel in formativo que, milagrosamente, está en buen estado; no está ni pintado, ni tiroteado, ni grafiteado. ni nada por el estilo, ¡Está perfecto!. Le saco la correspondiente fotografía, que la presento al principio de este recorrido, y me limito a leer lo que en él se expone, y que es lo siguiente:
LA RESERVA:
El Monte del Conde es, desde 1987, una Reserva Natural (RN-22) de 136 Ha situada en el término municipal de Leoz.
Está ubicado en el enclave Montes de la Valdorba, zona declarada Lugar de Importancia Comunitaria por la Comisión Europea (Directiva 43/92/CEE), y que forma así parte de la Red Natura 2000.
Montes de la Valdorba fue declarado Paisaje Protegido por Decreto Foral 360/2004, pasando a ser Zona Especial de Conservación ES2200032 y aprobándose su plan de gestión.
El Monte del Conde forma parte del Coto de Caza 10029 de Navarra. La principal especie cinegetica es el jabalí, aunque también se puede cazar corzo, zorro, becada y, desde las palomeras del Frente Alto, paloma y malviz.
LA FUNDACIÓN:
La fundación constituye una obra benéfica de carácter particular y privado. Con personalidad jurídica propia e independiente. De interés social y sin fin lucrativo alguno y regida por sus estatutos, la compilación de derecho civil foral de Navarra, por la ley foral 10/1996 de 2 de julio de régimen tributario de las fundaciones y de las actividades de patrocinio.
La finalidad de la fundación es la promoción de investigaciones y actividades de difusión sobre educación medioambiental, solidaridad e historia. Son objeto de especial atención las relacionadas con la ciudad de Tafalla y su comarca.
Son beneficiarios de la fundación las personas físicas o jurídicas sin discriminación de nacimiento, raza, sexo, religión y opinión.
VEGETACIÓN Y FLORA:
El Monte del Conde es una ladera orientada al norte que acoge uno de los bosques mediterráneos mejor conservados dentro de la Navarra Media.
El carrascal es el bosque que cubre la mayor parte del monte en una masa densa y bien estructurada. Presenta un denso sotobosque rico en especies con genista, brezo, boj,madreselvas y avena cantábrica.
En los suelos más profundos y frescos aparecen arce de Montpellier y quejigos. Puntualmente se encuentran serbal de cazadores y mostajo. En la solana y algún punto bajo de la umbría con poco suelo aparece el coscojar.
La presencia de quejigos bien desarrollados permite valorar el alto grado de madurez que se alcanza en ciertos parajes.
FAUNA:
El bosque alberga muchas especies de fauna. Gran cantidad de pequeños pájaros se refugian en la vegetación y se dejan sentir por sus cantos. En las copas, algunas rapaces hacen sus nidos, como el Aguililla calzada, el Busardo ratonero y la Culebrera europea.
También los mamíferos cuentan con abundante presencia, desde pequeños roedores, como el lirón careto, a carnívoros como garduñas y ginetas, y murciélagos. El lagarto ocelado, lasculebras de escalera y bastarda y las lagartijas representan el grupo de los reptiles.
RECOMENDACIONES:
Puedes aparcar en el acceso a la reserva y pasear por el camino que atraviesa el bosque. En la orilla de la regata, a escasos metros del acceso, encontrarás una zona abierta, para descansar tras el paseo.
Respeta la naturaleza. Su valor depende de que las personas que la visitamos la cuidemos.
No camines fuera de los caminos y senderos, y evita circular con vehículos de motor. Así se conservará mejor la vegetación y evitaremos molestias a los animales.
Para no perturbar la naturaleza, evita los ruidos fuertes y voces altas y lleva los animales de compañía controlados.
Cuida el entorno, no arrojes objetos ni desperdicios al suelo ni a la regata.
Recuerda que no se puede hacer fuego.
Todo esto indicado en color rojo es lo que pone en el cartel que está en el acceso a la RN-22 desde la carretera NA5110.
Nos centramos ya en el recorrido. El cartel de la reserva está a los 9,000 km de mi salida desde Tafalla, por lo que, más o menos, estamos a mitad del recorrido previsto. Ahora viene la zona más fea de esta ruta y que es, después de abandonar el cartel de acceso, incorporarme a la carretera NA5110. No me gusta el asfalto para las rutas a pie, pero hay veces que es imposible evitarlo. Siguiendo la carretera,y durante 1,700 km, vamos en dirección Oeste, hasta llegar al puente que pasa bajo la autopista, y donde se encuentra las instalaciones del Restaurante “El Maño” en Pueyo. 20 o 30 m.antes de llegar al puente giramos a la izquierda y cogemos un camino ascendente que discurre paralelo a la autopista (Ver foto siguiente). No dejaremos esta camino ya hasta llegar a Tafalla, salvando, eso sí algún que otro obstáculo.
Durante 1,000 km seguimos por el camino, ascendemos por una zona “desbrozada”, y que tiene una buena pendiente ascendente, atravesamos una pequeña senda que va, prácticamente, pegada a la valla de la autopista, atravesamos un par de piezas de cereal, bajamos una pequeña escollera y llegamos a un camino verde que bordea la oreja de incorporación a la autopista de la carretera NA121. Esta zona indicada en este párrafo, y tal y como la he hecho yo andando, es la única que no se puede hacer en bicicleta, aunque siguiendo por otro camino, que va hacia la izquierda, y antes de ascender la zona “desbrozada”, llegamos al mismo punto.
Una vez que hemos pasado “el camino verde” de la foto, ya tan solo tenemos que seguir rectos, por el camino que discurre paralelo a la autopista, dejamos, a la derecha, un puente que pasa por encima de la autopista, seguimos por el camino que atraviesa fincas de cereal, huertos, olivares, fincas de recreo, etc. durante 3,000 km. hasta llegar al túnel que pasa por debajo de la autopista y que habíamos atravesado, en sentido contrario, al inicio de este bonito recorrido.
Entre el túnel que pasa por debajo de la autopista y el puente que pasa bajo la vía del tren, antes de llegar a las instalaciones de Olagüe, y a la izquierda se encuentra la Fuente del Rey. Me paro en ella a rellenar mi cantimplora de agua fresca, un buen trago y hasta casa. Han sido casi 18,000 km. durante cuatro horas y media de un recorrido que me ha encantado en su totalidad, pero en especial los 1.100 m. de senda por el Monte del Conde.
Igualmente, y como en otras veces, tengo este recorrido también publicado en mi blog personal en el siguiente enlace: Patxi Olite / Montes del Conde.
Para el que quiera descargar el recorrido para poder incorporarlo a un dispositivo móvil, y hacerlo por donde yo lo hice, podéis hacerlo pinchando en el siguiente enlace: wikiloc / Patxi Olite / Montes del Conde
Hasta otra.
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