En agosto de 2006, escribí en el desaparecido Ideal de Fustiñana un artículo que no dejó indiferente a nadie sobre la necesidad de acumular fuerzas por la izquierda para ofrecer, en 2007, una alternativa municipal de izquierdas. Las motivaciones siguen ahí; las políticas en ocasiones totalitarias de UPN, acompañadas de la improvisación en la gestión y la inexistente, en la práctica, oposición del PSN.
Como respuesta, motivación por la izquierda, atención en el PSN y la indiferencia y rabia expresada en diferentes manifestaciones desde UPN. Por entonces era complicado realizar cualquier movimiento, pero la realidad social está cambiando. Sobre todo, en la percepción de la política y de la sociedad en general, señalando un alza del voto de izquierda en nuestra localidad. Por ejemplo, de los 45 votos sumados por IU, Aralar e Iniciativa Internacionalista en las Europeas de 2009, se ha ido creciendo progresivamente elección tras elección hasta los 172 que suman actualmente Izquierda-Ezkerra, EH Bildu y Podemos. Y entendiendo que se podría superar fácilmente ese techo en unas municipales.
De aquel tiempo a hoy, hemos crecido, pese al polígono industrial por el que se peleó, en paro y necesidades sociales. La gestión sigue siendo muy opaca y poco participativa y se ciernen sobre nosotros, por si era poco el Polígono de Tiro, algunas fábricas contaminantes o la amenaza del Fracking, que bien merecen una respuesta clara y contundente desde las instituciones. Además de la defensa de la autonomía municipal que se nos quiere mermar. Entonces animé a la gente de izquierdas a ir a unas elecciones en bloque y pelear por entrar al Ayuntamiento aunque fuera con un concejal. El actual 25% de abstención hace que la legítima representación de UPN y el PSN se pueda poner en entredicho pues el espacio que podríamos tener ese bloque de izquierdas, aunque pequeño, al no existir, lo ocupan ellos.
Fustiñana merece una oposición fuerte pero constructiva y, de darse las condiciones, de una fuerza capaz de formar gobierno con valentía y humildad. Una oposición que promoviera otro modelo de gestión para que fuese más participativa, transparente y generosa con su entorno. Hoy como ayer, y siendo más posible que nunca, vuelvo a lanzar la invitación. ¿Alguien se anima?
Carlos Guillén, en Diario de Noticias
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