La ONCE ha sido, durante 75 años, el gran referente español para la incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral, un colectivo cuya tasa de desempleo ronda el 70%. Por esta labor, la empresa recibe beneficios fiscales millonarios cada año. Sin embargo, CCOO denuncia que, en los últimos dos años, se ha producido un viraje hacia la “mercantilización” de la organización. “Han modificado unilateralmente y a escondidas el modelo de ONCE, pasando de una entidad social a un mero operador de juego”, asegura el sindicato.
En 2013, se enviaron cartas a trabajadores en la que se les advertía de que, si no alcanzaban unas ventas mínimas semanales, serían sancionados. La ONCE confirmó a La Marea el envío de estas misivas y, tras varias advertencias, en 2014 se han producido los primeros despidos en ciudades como Málaga, Granada y Sevilla. El último fue el de Honorino Fernández, en Madrid, que perdió su puesto de vendedor el 10 de julio, después de 17 años vendiendo cupones. Además de ellos, decenas de trabajadores han sido sancionados con suspensiones temporales de empleo y sueldo por no alcanzar los objetivos de ventas.
“Me han despedido porque no llego a los 210 euros diarios”, explica Honorino, que vendía cupones en la puerta de un supermercado de Getafe (Madrid). Fuentes de la ONCE explican que un agente comercial suele encargarse de buscar los emplazamientos más óptimos para las ventas y que, si alguno no funciona, cambian al vendedor de lugar. La sanción, aseguran las mismas fuentes, es la “ultima opción”. Sin embargo, Honorino lo desmiente: “Les estaba pidiendo sitios mejores de venta porque apenas vendía cuatro o cinco cupones en toda la mañana… y ahora me acusan de baja rentabilidad”.
Junto a él, desde el pasado jueves, varios trabajadores mantienen un encierro por turnos en la Delegación Territorial de la ONCE en Madrid. Una protesta que pretende dar visibilidad a su reclamación mientras se tramita la denuncia por vía judicial.
Los trabajadores aseguran que, desde que la empresa abrió la venta de boletos a quioscos, gasolineras y estancos, les resulta más complicado mantener el nivel de ventas. El sindicalista de CCOO en la ONCE Inocencio Rial, jubilado, denuncia que, legalmente, se puede sancionar a un trabajador “si trata mal a los clientes o por absentismo laboral, pero no por que no le compren cupones”. La ONCE insiste en que el convenio que firmaron los sindicatos establece mínimos de facturación mensual.
La venta diaria por trabajador –21.000 vendedores, en toda España– está establecida en el XIV Convenio de la ONCE: 210 euros. Indiferentemente de si el puesto está en la Puerta del Sol, uno de los más lucrativos; o en la de un supermercado de Getafe.
Rial denuncia que esos objetivos son difíciles de conseguir y asegura que más del 20% de los vendedores no alcanza esa cifra. “Desde 2001, estos topes han seguido creciendo de forma inversamente proporcional a la recaudación por ventas”, denunció CCOO este jueves en un comunicado.
“La alta Dirección de la ONCE que percibe cuantiosos y opacos sueldos, se permite el lujo de sancionar y hasta despedir a personas con discapacidad, sus vendedores, simplemente porque la clientela no les compra”, defiende CCOO. El sindicato destaca que, por concesión estatal, la ONCE dispone de una importante cartera de productos de juego, exención de cuota patronal de toda su plantilla con discapacidad (unos 80 millones de euros al año) y otros beneficios y subvenciones, mientras “maltrata a su personal vendedor ignorando en sus exigencias a esta plantilla y la discapacidad que padecen, y cometiendo irregularidades laborales graves como es la de fomentar que vendan 365 días al año, o que se conviertan en jugadores de sus propios productos” con el fin de alcanzar el objetivo de ventas, “tal y como ha constatado la Inspección de Trabajo”, asegura el sindicato.
Hace un mes, CCOO también denunció que la ONCE había despedido a médicos y ATS adscritos a varias de sus delegaciones. En un comunicado, el sindicato denunció que la ONCE tenía preparada la externalización de la especialidad de Medicina del Trabajo para pasar a manos de FREMAP la vigilancia de la salud. Entre tanto, la empresa asumiría la especialidad de Higiene Industrial.
El sindicato ha indicado que la ONCE ya suprimió en febrero los servicios médicos de Canarias, Andalucía, Cataluña y Baleares y que, el pasado 24 de julio, despidió a 10 médicos y ATS del País Vasco, Navarra, Cantabria, Asturias, Galicia y País Valencià. Además, la organización ha cerrado cuatro colegios y, de las más de 250 agencias que componía el mapa de Centros de la ONCE, “quedan poco más de un centenar”, recuerda CCOO.
Iniciativa Debate
No hay comentarios:
Publicar un comentario