jueves, 18 de septiembre de 2014

ESKOZIA BAI

Hoy ganan Escocia y el Reino Unido
Seguramente muchos de nuestros compatriotas estarán mirando al referéndum con el enfoque del YES o del NO a la Independencia, dependiendo de su adscripción identitaria. Y desde ese enfoque habrá ganadores y perdedores ¿Y si lo miramos desde el punto de vista estrictamente democrático? Veamos:
En Escocia no hablamos de un calentón y de una apelación a las glándulas identitarias. Hablamos de un referéndum acordado hace dos años en el que ambas partes se reconocen y respetan el resultado.
Hablamos de que hay que cumplir algunos requisitos para poder votar que no incluyen el origen: Votan los mayores de 16 años residentes en Escocia que sean ciudadanos europeos o de la Commonwealth. No votan los escoceses no residentes, aunque vivan en otra parte del Reino Unido.
En esa legislación electoral hay que apuntarse para ser elector, no sólo hay que estar en el censo. Y en plena marea abstencionista en Europa ¡Se ha apuntado más del 90% del censo!, lo que legitima el resultado del proceso como ningún otro.
El Reino Unido (UK) es una isla también en esta materia. Sólo en el reinado de Isabel II, jefa de Estado de todos los que voy a citar, se ha votado en referéndum en Irlanda del Norte y ahora Escocia para separarse de UK, Quebec para hacerlo de Canadá, y los australianos votaron república o monarquía, ganando claramente los que apostaron por la monarquía british como jefatura de estado. Es decir, tiran de urnas para resolver cuestiones de estado o nacionales, con una cierta soberbia british como para pensar que nadie va a coger el camino de irse. Pasando por alto la Inglaterra imperial y colonial (que es mucho pasar) los últimos decenios representa una lección de democracia separando claramente lo identitario o nacional y lo estatal, quedando esto al servicio de lo anterior. ¡Una gran victoria de la democracia del Reino Unido, y una gran lección a la vieja Europa, sobre todo a la del sur!
Escocia tiene en su ancestral identidad a Rob Roy o a Braveheart, que actualmente lo traducen en sus partidos de rugby al conocido “Jugar con Inglaterra es un honor, ganar una obligación” . Tienen una lengua gaélica propia que no existe ni en la web del Partido Nacionalista Escocés (SNP) Pero también tiene iglesia propia, sistema jurídico propio, una tradición financiera y aseguradora potente, o un europeísmo inverso al inglés; una forma de ver las cosas que ahorma especialmente la manera de contemplar lo nacional. Los líderes nacionalistas escoceses desarrollaron la idea de “la Independencia dentro del Reino Unido”, pero la soberbia del eatoniano Cameron les dijo que “o independencia o nada”. Los escoceses van a obtener una gran victoria porque van a decidir libremente lo que quieran; y haciéndolo con argumentos de una y otra parte, de manera civilizada. Y con una gran participación. Sea cual fuere el resultado, Escocia va a ganar en autogobierno ¡Seguro! Si gana el YES es evidente; y si sale el NO, todos los políticos británicos ya han prometido que van a aumentar el autogobierno de los escoceses. Hasta la reina la levantado la ceja para decir que se lo piensen bien. A lo dicho, gana seguro Escocia, y gana respeto el Reino Unido.

Lo emergente es la política del BAI/Yes/Sí
En esta campaña hemos podido ver confrontados dos enfoques, dos maneras de tratar la cuestión:
Los defensores del YES han trabajado con un proyecto ilusionante, de futuro. Con datos y detalles de todo lo que se puede hacer desde la Independencia (dentro del UK o dentro de Europa directamente). No están proponiendo la soberanía a pelo, al estilo latino de los nacionalismos del sur europeo. No reclaman moneda propia, jefe de estado o ejército. Están poniendo apellido a la soberanía. Están hablando para la mayoría laborista escocesa -nacionalista o no- de soberanía social, educativa, sanitaria para lo que necesitan soberanía fiscal (en la medida que sea). Porque hay mucho drama que atender en esta crisis y están hartos de determinadas políticas conservadoras de la city londinense. Un nacionalismo integrador que busca instrumentos de autogobierno para procurar más felicidad a la mayoría de la población residente. No tienen nuestras competencias de autogobierno, pero hay gratuidad universitaria.
Los defensores del NO no han trabajado por ningún proyecto. Sólo han vendido miedo al cambio, el abismo fuera del Reino Unido. No ha habido glorias al proyecto común británico hasta muy a última hora, cuando los sondeos amenazaban, y se anunciaban desde Lodres mayores medidas de autogobierno. En expresión del soberbio Cameron “lo estoy pasando tan mal que mi asesinato sería una liberación”. Porque se les ha ido la mano en la apuesta, y creían que el YES jamás tendría alguna posibilidad. Dicen que para meter 100 navarros en un 600 hay que decirles “¿A que no cabéis?”, y parece que esto le han dicho a los scottish. Dicen que Salmond apostaba antes de los últimos sondeos “por perder llegando al cuarenta y mucho por ciento, para lograr mayor nivel de autogobierno, incluido lo fiscal”, intuyéndose que la pregunta refrendaria no es la que él hubiera elegido.
Independientemente del resultado, lo que está claro es que los partidarios del YES seguirán trabajando por políticas integradoras del BAI. Y los defensores del NO, si tienen que hacer otra campaña en Escocia u otro país, deberán aprender la lección de presentar un proyecto ilusionante británico, español, francés o lo que sea, basado en la voluntariedad y el objetivo común. Lo demás son amenazas de suspensión de autonomías, el frío fuera de la UE o bravatas soberbias como las que escuchamos por estos pagos.

Scotland-Catalunya-Euskalerria
¿Estamos seguros de que, tal y como van las cosas, en el proceso catalán y el que algunos quieren impulsar en Euskalerria podríamos decir que “ganan catalanes, vascos y españoles” sea cual fuere el resultado?
No nos extraña que a muchos de nuestros paisanos y paisanas nos satisfaga la vía escocesa, incluido el propio Lehendakari. A nosotros, también. Pero preguntémonos por qué los escoceses ansían el Modelo Vasco, y antes lo ansiaron los catalanes.
Los vascos y vascas de los Territorios Forales que apostamos hace más de 30 años por políticas BAI debemos mirar el juego de espejos que formamos vascos, catalanes y escoceses. Los escoceses ansiaban el modelo vasco, y en un momento determinado también los catalanes catalanistas. Mientras tanto vascos y catalanes admiramos el proceso escocés, y muchos vascos miran con inexplicable envidia el proceso catalán.
Y sigue habiendo algunas diferencias entre marcos y circunstancias:
En Escocia no hay escoceses inglesistas; no discuten de identidad porque hoy por hoy Inglaterra es una cosa (aunque muy poderosa) y el Reino Unido es otra.
En España lo castellano se ha asociado y asimilado a lo español, sobre todo en el terreno de las lenguas; y hoy en Catalunya y Euskalerria hay catalanes y vascos que para defender su identidad necesitan defenderla de un nacionalismo claramente castellanoespañol. Para entendernos, les denominamos castellanistas como se llegaba a mencionar en el Proyecto Políticoínstitucional de NaBai.
En los países latinos se ha llegado a imponer una percepción de la Soberanía esencialista sin solución de continuidad a una posible integración de identidades en una misma sociedad. Así se utiliza por parte de la brunete mediática mesetaria y su nacionalismo castellaniza de la España Unitaria; y así se utiliza por parte de un determinado soberanismo esencialista vasco o catalán que tienen su negocio en el frentismo antiintegrador.
En las sociedades anglosajonas las tendencias federalistas han sido menos centrípetas, más de abajo arriba, más integradoras. No hablamos del nivel competencial. Hablamos de coexistencia de identidades para pode discutir civilizadamente de las cosas de comer, que es de lo que se ha discutido estos días en Escocia.
Los vascos de los Territorios Forales somos los únicos europeos sin estado que tenemos Haciendas propias ¿Somos conscientes de lo que tenemos? ¿Somos conscientes del porcentaje de PIB que gestionamos y podemos gestionar para mejorar las condiciones de vida en nuestra sociedad? ¿Somos conscientes de la amenaza creciente desde la España Unitaria para acabar con nuestra especificidad, vía sentencias del Tribunal Constitucional, datos sobre balanzas fiscales o denuncia directa a la Hacienda Foral?
El lehendakari Urkullu hablaba hoy mismo de “un futuro de soberanía compartida para los vascos”. En la apertura de curso de Geroa Bai hablamos de incrementar la soberanía fiscal con la imposición indirecta, de soberanía social para ser responsables con las personas que más padecen la crisis. Por eso apostamos por políticas BAI, por eso le ponemos apellidos a palabras que sin ellos sólo sirven para frentismos. Por eso nos gusta el proceso escocés, y el tratamiento británico. Por eso gritamos ESKOZIA BAI

Koldo Martínez y Antton, miembros de Zabaltzen





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