A la FIBA le ha parecido machista -que lo es- un comentario del locutor del Bizkaia Arena durante un partido del Mundial de baloncesto en referencia a un grupo de Cheerleaders y le ha retirado de su función, pero en el año 2014 a la FIBA, organizadora del Mundial y de todo cuanto acontece de manera organizada dentro de los pabellones, no le parece mal que un grupo de mujeres jóvenes con menos ropa que más bailen y salten en los tiempos muertos de los partidos no se sabe muy bien para qué. Muy a favor de que las mujeres jóvenes estén buenísimas, lleven poca ropa y bailen y hagan lo que les dé la gana, como si son tíos jóvenes mazas y con la viga maestra al aire, pero lo que no entiendo bien -ni mal- es qué cojones pintan en un partido de baloncesto y quién necesita en la grada que le anime nadie y si se aburre que se compre un libro o mire en su interior. El caso es que no se necesita este espectáculo, que además siempre corre a cargo de mujeres. Tampoco se necesitan azafatas con faldas que parecen cinturones anchos entregando ramos en los podios de ciclismo, ni tías despampanantes sosteniendo sombrillas en las carreras de motos o coches, ni recogepelotas que son modelos en el torneo pijo de tenis que se celebra en Madrid. Los aficionados no necesitamos mierda de esta para nada de la misma manera que si Leonard Cohen se retira a descansar unos minutos en mitad de un concierto no necesito que salgan seis gentes a echar un polvo multitudinario, no vaya a ser que me aburra ese poco rato. No me aburro, tranquilos. Y completamente a favor del polvo multitudinario, ojo. Es como eso que te pasa mil veces al entrar en los estancos e indefectiblemente es una chica joven y mona la que te ofrece una marca nueva. Es muy pesado y medieval todo esto y debería ser cortado de raíz y para siempre y con la misma rapidez con la que se ha cesado al locutor.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
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