La preocupación que sentimos por la situación en el Laboratorio Unificado de Navarra (LUNA) ha provocado que los parlamentarios de Geroa Bai hayan realizado varias preguntas a la consejera de Salud.
El Gobierno de Navarra acordó el 7 de marzo de 2012 autorizar al Gerente del SNS-Osasunbidea la puesta en marcha de un acuerdo marco para la dotación de nuevos equipos para los Laboratorios Clínicos de Navarra. El Gobierno se fijó los objetivos de racionalizar y optimizar los recursos, potenciar el desarrollo profesional del personal, facilitar la renovación tecnológica, incrementar la seguridad y trazabilidad, controlar las posibles desviaciones del gasto, establecer un catálogo único de prestaciones y simplificar los circuitos de muestras.
La adjudicación a la empresa Abbot se produjo el 24 de octubre de 2012 dándole un plazo de 12 meses para la implantación de “un modelo de consolidación y unificación de los laboratorios clínicos de Navarra, que aporta tecnología de última generación garantizando la calidad, la eficiencia y el ahorro”. Abbot ofreció una cadena completa, moderna y eficiente y un cronograma detallado hasta conseguir la centralización de todos los procedimientos en el LUNA.
Han pasado 20 meses y el LUNA acumula una gran cantidad de irregularidades, errores y despropósitos. Se está dando un grave incumplimiento de plazos, faltando por incorporar diversos servicios a la cadena. Ésta, además, no tiene un buen diseño funcional lo que provoca problemas de difícil solución en todas las fases.
En la fase de preparación de las muestras, las centrífugas no son adecuadas y retrasan la preparación. Además, si no centrifugan bien se producen errores en los resultados. Y con frecuencia se producen atascos con el consabido retraso en los resultados. Retraso que a veces aumenta por los fallos en el sistema de separación de las muestras enviadas que obligan a que se tenga que reparar manualmente. La longitud de la cadena facilita además la pérdida de muestras.
En la fase de análisis, las técnicas ahora usadas son más obsoletas y peores que las que se estaban utilizando, de manera que incluso hay que hacer algunos trabajos de forma manual. Algo parecido ocurre también con los reactivos ahora utilizados, que son más inestables que los antiguos.
En la fase pos-analítica no se asegura la trazabilidad de las muestras, es decir, no siempre se sabe dónde está la muestra por lo que no se pueden corregir errores, ni repetir o añadir determinaciones, lo que significa que hay que volver a hacer la extracción, aumentando las molestias al paciente, produciendo un retraso de los resultados, un aumento del consumo de material y más trabajo para el personal.
Se han detectado otros problemas relacionados con el sistema informático utilizado que no es el adecuado, las conexiones entre los distintos programas son complicadas y se producen numerosos fallos.
Por otro lado, la previsión inicial de necesidades fue incorrecta y ya se han tenido que aumentar algunos equipos. Dadas las características del sistema aprobado, en el futuro no se podrá aumentar ningún equipo en esta red. Los técnicos de Abbot asignados al laboratorio están resultando insuficientes para solventar todas las incidencias y averías que se producen.
Se han dejado de hacer, por falta de medios y tiempo, algunos de los procesos de control de calidad que se venían haciendo. Ha sido necesario aumentar la plantilla de tarde porque es prácticamente imposible acabar el trabajo por la mañana. Por último, la formación del personal ofertada o no se ha cumplido o ha sido muy deficiente y sin los medios necesarios.
Los más perjudicados por todos estos fallos son los pacientes. Y así, por ejemplo, los pacientes que necesitan controles más estrictos (leucémicos, trasplantados, etcétera) a quienes antes se les hacía el análisis y eran vistos esa misma mañana han pasado a engrosar los “análisis de urgencias”.
Estas situaciones y otras que no enumeramos por motivos de longitud del texto nos obligan a plantear las siguientes preguntas: ¿Quién -si alguien- controla en el SNS-Osasunbidea, la externalización del laboratorio? ¿En cuánto se cifra la caída de la calidad del sistema? ¿Se ha ahorrado algo o se ha encarecido -y mucho- en estos dos años? ¿Por qué se ha cambiado una tecnología puntera, con aparatos sencillos, rápidos y eficaces por unos aparatos y técnicas en su mayoría obsoletos respecto a los anteriores?
Patxi Leuza, Ana Ansa y Mertxe Ros, miembros de Zabaltzen y del Grupo de Salud de Geroa Bai
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