El sondeo de intención de voto a las Juntas Generales de Araba elaborado por Gizaker para el Grupo Noticias ofrece tres conclusiones básicas y una reflexión general, a poco más de un año vista de la próxima cita con las urnas del territorio. En primer término, PNV y EH Bildu se consolidan como las dos primeras fuerzas, en ascenso respecto a las elecciones forales de 2011. En segundo lugar, PSE y PP coinciden en situarse en sus respectivos suelos electorales históricos, una coincidencia que no se daba desde los comicios de 1995. Por último, este escenario vuelve a dibujar un horizonte en el que la designación del próximo inquilino del Palacio Foral requerirá de pactos. Unas circunstancias que permiten concluir que el tradicional equilibrio a tres bandas en el que se ha manejado Araba podría estar en vías de extinción. Los sondeados sitúan al PNV como fuerza más votada (27,2%), mejorando en casi tres puntos los resultados de 2011, lo que supondría recuperar la condición de primer partido del territorio, que no ostentaba -en cuanto a porcentaje de voto- desde los comicios de 2003, cuando todavía estaba en pie su alianza con EA. En escaños, el PNV tendría 16 procuradores, tres más que actualmente, situándose a diez de la mayoría absoluta.
Un ascenso que se cimienta sobre todo en los dos escaños que gana en la Cuadrilla de Vitoria, fundamentalmente a costa del desplome del PP. Los populares caerían en uno de sus puntales en el territorio, perdiendo algo menos de un tercio de su porcentaje de voto hasta el 18,1%; un batacazo en toda regla que devolvería a estas siglas a niveles de 1995 en la cuadrilla. Un dato como referencia: en 2011, Javier de Andrés logró en esta cuadrilla el 29,91% del voto, mientras que Javier Maroto se hizo en las municipales de Gasteiz con el 30,02%. Solo en la Cuadrilla de Zuia, Salvatierra, Añana, Campezo y Laguardia, donde se engloba su otro puntal de Rioja Alavesa, encontraría el PP cierto bálsamo, mejorando el porcentaje de intención de voto en punto y medio, insuficiente no obstante para no perder otro juntero más.
Parece que la acción de gobierno se podría estar desgastando hasta niveles no conocidos a las filas populares, pues el desplome de Javier de Andrés sería inédito en el PP y pasaría de primera a cuarta fuerza política, con siete junteros menos y un porcentaje de voto en niveles de 1995.
Un descenso a los infiernos que experimentó en las anteriores elecciones forales el PSE, azotado entonces por una especie de tormenta perfecta en la que los socialistas parecen seguir inmersos en Araba, a tenor de esta encuesta. Cierto es que el sondeo prevé a los socialistas un ligerísimo aumento en intención de voto de un 1,1% respecto a 2011, que en el reparto de escaños podría significar pasar de los nueve actuales a diez.
Caben varias reflexiones a este respecto. En primer lugar, el impacto que pueda tener sobre las urnas el cambio de candidato a diputado general que experimentarán en 2015 los socialistas, tras el paso atrás de Txarli Prieto. Previsiblemente, será su sucesora en la portavocía del grupo juntero, Cristina González, quien ostente la candidatura. En segundo término, la inédita coincidencia con el PP en el suelo electoral, un 17,9% que sigue evidenciando el durísimo castigo que las urnas dieron a los socialistas en 2011, con una caída en el territorio de casi diez puntos. Eso sí, el sondeo deja al PSE a apenas 800 votos de arañarle un escaño al PP en la Cuadrilla de Vitoria.
Por último, esos diez junteros que el sondeo otorga al PSE podrían tener la llave de la Diputación Foral, abriendo el juego a diversas alianzas, desde la que actualmente funciona a nivel vasco (PNV-PSE, que sumaría mayoría absoluta), a una aún no experimentada de manera estable (PSE-EH Bildu, que se quedaría a tres escaños de esa mayoría), pasando por la reedición de los socios por el cambio (PSE-PP) que sumarían 19 junteros y podría ser desactivada por una alianza de jeltzales y soberanistas.
Hasta los trece junteros se iría EH Bildu según este sondeo, aunque su porcentaje de voto bajaría unas décimas respecto a la suma de Bildu y Aralar, que en 2011 concurrieron aún por separado. De este modo, se situaría como segunda fuerza del territorio, consolidando a las dos familias del nacionalismo como las predominantes. EH Bildu ganaría sus dos nuevos escaños en la Cuadrilla de Vitoria, no tanto por una variación sustancial en el porcentaje de intención de voto -de hecho la coalición mantiene más o menos sus cifras en las tres circunscripciones-, sino porque los cuatro grandes partidos se mueven en esta circunscripción en niveles más igualados en cuanto a porcentajes que hace cuatro años, lo que beneficia a Bildu a la hora de hacer el reparto de los 38 procuradores que corresponden a esta Cuadrilla.
Y es también aquí donde UPyD se estaría jugando entrar en las Juntas, pues sería la única de las tres circunscripciones en las que esta formación superaría la barrera del 3% de los votos, jugándose la posibilidad de alcanzar hasta dos junteros.
Otro espacio electoral en disputa sería el que se configura como consecuencia de la escisión de Ezker Batua y Ezker Anitza. En 2011, previamente a la ruptura, las siglas de EB lograron dos procuradores. De producirse ahora las elecciones, esa franja política podría mejorar algo más de un punto en porcentaje de voto respecto a hace tres años en el conjunto del territorio.
Diario de Noticias de Álava
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