Hay nueve muertos confirmados y una certeza: que el Ministerio del Interior no contó la verdad a la prensa, probablemente para intentar esconder su posible responsabilidad en la tragedia de Ceuta. Que nos engañaron, porque tal vez tenían algo que ocultar.
Por la mañana del jueves, cuando los periodistas preguntamos a Interior qué había pasado para que nueve personas murieran intentando huir de la miseria, en busca de una oportunidad, la versión oficial que transmitió Interior es que había sido la policía marroquí quien se había ocupado de detener a los inmigrantes que intentaban entrar en España. Que la Guardia Civil no había tenido nada que ver.
Por la tarde, eldiario.es pudo hablar con varios testigos directos de lo que había ocurrido en Ceuta, con dos de los supervivientes, que explicaron en primera persona cómo fue la muy española Guardia Civil la que actuó, disparando bolas de goma y botes de humo a los inmigrantes que estaban primero intentando cruzar por tierra y luego nadando en el mar.
Por la noche, una nueva versión. El Ministerio del Interior reconoce que ha usado material antidisturbios para "repeler" a los inmigrantes; aseguran que ha sido una actuación "proporcionada" porque "el grupo de inmigrantes ha mostrado actitudes violentas".
Según Interior, solo se usó el material antidisturbios con los que estaban en tierra. Según los supervivientes, también dispararon balas de goma a los que estaban en el mar, y que debían nadar en actitud violenta, al parecer.
El ministro del Interior, Jorge Fernández, nos debe dos cosas. Una investigación completa e independiente que depure cualquier responsabilidad y aclare si la actuación de la Guardia Civil fue la adecuada. Y una explicación, ante la prensa y el Parlamento, de lo que en Ceuta ocurrió. Eso, o su inmediata dimisión.
Ignacio Escolar, en eldiario.es
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