viernes, 28 de febrero de 2014

EL GULAG DE CARLOS SALVADOR

Me suena que ya les conté la vez que estuve en Madrid viendo un concierto que daban Paco Ibáñez y José Agustín Goytisolo, que recitaba sus poemas entre canción y canción. El poeta había recibido amenazas por parte de la extrema derecha. Contaba que al menos en Madrid le habían puesto protección policial y, entre risas, decía: "vale, se agradece, pero, ¿y quién me protege ahora de estos?" ¿Quién nos protege a los navarros de alguien como Carlos Salvador, quién tendría la amabilidad o el tiempo libre de ir a alguna parte si es que esa parte existe, alguna ventanilla especial, y meterle una querella por tratarnos de discapacitados mentales y débiles de espíritu y acción ante toda España? ¿Cómo es capaz de decir que Navarra está en la encrucijada entre "la libertad y el gulag"? ¿Sabe lo qué es un gulag? ¿Piensa que caso de que cambiase el Gobierno los navarros íbamos a permitir que esto fuera un gulag o es solamente que lo está deseando? ¿Por qué arrastra por el lodo nuestra capacidad de respuesta, nuestra fortaleza, nuestras convicciones, nuestro pasado, el esfuerzo de generaciones enteras, el dolor de miles de personas, el infierno que han vivido muchos? ¿Quién se cree que es, quién le deja creérselo, por qué se permiten decir estas aberraciones que nos insultan y vejan y no hay ni un solo tribunal de la clase que sea que impida que se pise nuestro nombre en el Congreso? ¿Quién nos protege de esta gente? No va a haber ningún gulag, Salvador, en el hipotético caso de que se cambie de Gobierno. Y si alguien lo intenta, libre y democráticamente el mismo pueblo que les mantiene en el poder a ustedes hace décadas lo impedirá. No nos gustan los gulags. Pero tampoco sus dachas, ni sus sicav's, ni su integrismo, ni sus insultos permanentes y groseros a nuestra inteligencia y humanidad. Váyase a un archipiélago, hombre. O a la mierda.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias

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