lunes, 22 de febrero de 2021

EL BOTELLÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA

 Pese a las quejas vecinales, el fenómeno del "botellón" de los jóvenes lleva entre nosotros bastante tiempo y entre las consecuencias para todos de esa práctica festiva están los residuos que se generan. 

Como hasta ahora venían haciéndose en los cascos urbanos, eran los servicios municipales de limpieza los que recogían los vidrios de las botellas de licores, las botellas de las bebidas y refrescos, los vasos, diversos envases y bolsas de plástico,  además de las sobras de comida.

Con la llegada de la pandemia y el confinamiento, esas reuniones de jóvenes se han desplazado a lugares apartados tales como orillas de los ríos, debajo de puentes, en el monte y otras zonas aisladas, donde no llegan a recoger sus basuras los servicios municipales. 

El panorama que queda después de una de esas "quedadas" es muy preocupante, ya que la suciedad en un espacio natural se evidencia más que en uno urbano. El problema es que los residuos se esparcen y muchos de ellos llegarán a los ríos, el mar, o nos decorarán para bastante tiempo la naturaleza cercana. Me gusta caminar por la Cuenca de Iruñea y por desgracia esto es lo que he visto.

Este fenómeno difícil de erradicar se puede analizar desde la psicología, sociología, salud, educación...  pero por los costes sociales y ambientales que conlleva, se deberían implementar ya soluciones que funcionen. Entre ellas está el sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) de los envases. Es sistema de gestión de envases usados en el que el consumidor al comprar un producto envasado, deja un depósito o fianza, generalmente de algunos céntimos, que recupera al devolver el envase vacío. La Ley de Residuos de Navarra contempla este sistema SDDR, pero hasta ahora no se ha puesto en práctica.

Se puede asegurar que al igual que ocurre en otros países europeos, los envases desaparecerían del entorno. Por tanto el problema no es solo de los jóvenes sino también de las instituciones.

Juan del Barrio


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