Es evidente que las políticas públicas neoliberales (que incluyen la desregulación de los mercados laborales y financieros, la reducción de los salarios, la reducción e incluso eliminación de la protección social y la privatización de las transferencias y servicios públicos del Estado del Bienestar) llevadas a cabo por partidos gobernantes conservadores, cristianodemócratas, liberales y socioliberales (incluyendo un gran número de partidos gobernantes socialdemócratas) están llevando a la Unión Europea y a la Eurozona al desastre económico y social. Estas políticas, promocionadas e impuestas por el eje Bruselas (la Comisión Europea), Berlín (la coalición presidida por Angela Merkel) y Frankfurt (el Banco Central Europeo), conocido irónicamente como “el eje del rigor”, están dañando enormemente el bienestar de la población y arruinando la economía, además de desmontar los Estados del Bienestar de cada país, debilitando la Europa Social. La evidencia de ello es robusta y convincente.
El informe más reciente acerca de ello es el preparado por Cáritas, la organización católica, titulado La crisis europea y su coste Humano, que analiza la situación social de Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia. El informe documenta cómo los recortes de gasto público han afectado muy negativamente a los grupos de ingresos más bajos de las clases populares, aumentando su malestar y desempleo (muy en especial entre los jóvenes). El informe documenta también el crecimiento de las tasas de suicidio, de pobreza, de exclusión social, de estrés social y de vivir sin techo. Como subraya el informe, la crisis está afectando a los grupos más vulnerables, que han tenido menos responsabilidad en el inicio y desarrollo de la crisis, precisamente en los países con menor protección social y menor desarrollo de su Estado del Bienestar, tales como España. De ahí que el informe concluya que “Lo que está ocurriendo es profundamente injusto”. Entre los servicios públicos más afectados, el informe Cáritas cita los servicios sanitarios públicos, cuya calidad se ha deteriorado, dificultando el acceso a la atención sanitaria de los grupos más vulnerables.
Estos estudios confirman otros más académicos, como el bien conocido trabajo de David Stuckler y Sanjay Basu titulado The Body Economic: Why Austerity Kills, que calcula que más de 10.000 suicidios adicionales se deben a las consecuencias de los recortes en Europa (y en EEUU). Las revistas médicas Lancet y British Medical Journal también han alertado de los impactos negativos de las políticas de austeridad en la salud y bienestar de las poblaciones. Todos los estudios académicos creíbles sobre este tema apoyan las conclusiones de Cáritas. “Las políticas de austeridad no están funcionando y una alternativa es necesaria”.
Otros estudios han documentado también el impacto negativo que el desempleo y la bajada generalizada de salarios están teniendo en la población, habiendo sido responsables del crecimiento de la pobreza y de la exclusión social. Así, para la Organización International del Trabajo (ILO), estas políticas han sido responsables de que el desempleo haya crecido hasta 116 millones de personas en la UE (representando una tasa de desempleo de un 24%). La ILO informa de que, como resultado de dichas políticas, hoy existen 800.000 niños más en situación de pobreza que hace cinco años. La ILO indica que, si se sigue por este camino, Europa tendrá pronto de 15 a 20 millones más de pobres que ahora. Incluso el Employment Committee del Parlamento Europeo ha publicado otro informe en el que acusa a la Troika (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea) y a los Ministros de Economía y Finanzas de la UE de estar creando un tsunami antisocial. Una conclusión semejante aparece en otro informe, este del Comisario de Asuntos Sociales de la propia Comisión, que subraya que este desastre social está perjudicando al desarrollo económico de la UE.
¿Por qué estas políticas continúan siendo aplicadas?
Una respuesta creíble que se ha dado a esta pregunta es que los elementos de decisión de la Unión Europea, el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, están controlados por personajes de ideología neoliberal que tienen una visión ajena y distante de la realidad. Los documentos de estas instituciones rebosan optimismo, subrayando que las políticas de austeridad están teniendo un impacto muy favorable en el desarrollo económico y en la recuperación de los países que las están desarrollando, incluyendo los países periféricos de la Eurozona. Uno de los portavoces del “eje del rigor” es el conocido liberal Olli Rehn, el Comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, miembro del grupo liberal europeo al cual pertenecen los partidos liberales españoles como CDC, C’s y UPyD, que han estado promoviendo y aplicando estas políticas con el apoyo del grupo conservador al cual pertenecen el PP y Unió Democràtica, que comulgan con el credo liberal. Esta ideología domina también el Banco Central Europeo y el gobierno Merkel. Todos sus documentos presentan una Europa que no existe, irreal, señalando erróneamente que las políticas de austeridad están funcionando y, por lo tanto, que Europa ya está fuera de la crisis.
El argumento de que la persistencia de estas políticas (que han dado un resultado tan negativo) se debe al dominio ideológico de neoliberalismo es válido, pero requiere otra pregunta que uno debe hacerse: ¿por qué la ideología dominante es la neoliberal? La respuesta es que esta ideología sirve a los intereses financieros y económicos que dominan la UE. En realidad, dichos intereses, a través de esos partidos políticos, han impuesto (con toda opacidad y sin transparencia) unas reglas (como el Pacto Fiscal que prohíbe en la práctica a los Estados estar en déficit) que no se pueden cambiar y condenan a la UE a tener que seguir esas políticas, continuando causando un enorme daño a las clases populares.
Frente a esta situación, se requiere una movilización general frente al “eje del rigor”, exigiendo su desaparición por ser organismos antidemocráticos e ilegales. Soy consciente de que tal propuesta será inmediatamente desechada como utópica e irrealizable, percepción que es siempre promovida cuando la estructura de poder es cuestionada. En realidad, un número creciente de asociaciones europeas está señalando la violación sistemática de las leyes aprobadas por el Parlamento Europeo y por los Parlamentos nacionales por parte del “eje del rigor”. La aprobación del Pacto Fiscal se hizo en varios países, incluyendo España, con gran opacidad, nocturnidad y alevosía. Y todo ello a espaldas del propio Parlamento Europeo. Varios sindicatos europeos han señalado las constantes violaciones de la Carta Social Europea y el Consejo de Europa ha documentado la frecuente violación de los derechos humanos que está ocurriendo en la UE, violación implícita en las políticas impuestas por el “eje del rigor”. Esta rebelión, que indudablemente se extenderá a lo largo del territorio europeo, debería incluir actos de desobediencia civil que tuvieran como objetivo la democratización de las instituciones europeas, sin excluir la alternativa de los estados de separarse de dicha Unión, en solitario o colectivamente, si los cambios no son factibles. La situación social en Europa, y en particular en los países periféricos, es intolerable.
Vicenç Navarro, en Público
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