La familia Gutiérrez es una de las más conocidas de Tafalla. Lleva cuatro generaciones regentando el Bar Rafael, uno de los más emblemáticos de la ciudad del Cidacos, que situado en el número 1 de la Avenida Severino Fernández este año conmemora su 125 aniversario. No es de extrañar, por tanto, que su actual propietario, Rafael Gutiérrez García, se sienta especialmente "orgulloso" de pertenecer a una estirpe de taberneros roceros y con solera, como los de antaño, que han sabido adaptarse a las exigencias del mercado sin renunciar a sus raíces. Toda una virtud en los tiempos que corren. El editor y escritor Jose Mari Esparza, como gran conocedor de la historia local que es, explica como nadie qué supuso para Tafalla la apertura de esta taberna "abierta a todos los transeúntes y a todas las ideas; cruce de caminos, de culturas y lenguas; lugar de encuentro, de reunión, de iniciativas, nacedero de sociedades, de partidos y de clubs". De hecho los vecinos llegaron a bautizarla como "El Corralico", nombre por el que se conocía popularmente el cementerio civil de Tafalla, dado que era aquí donde se reunían los librepensadores y republicanos de la época.
Fruto de las interminables tertulias, florecieron iniciativas como la sociedad Casino Tafallés (1922), la Peña Sport (1927), la sociedad de baile Juventud Tafallesa (1930) que en 1943 resurgiría como "La Güesera" o incluso la Ikastola Garcés de los Fayos. También ha sido sede de la peña El Empuje. Entre los personajes célebres que han visitado el establecimiento destaca el escritor Pío Baroja, que lo hizo en julio de 1912. "También se dijo que El Lute (Eleuterio Sánchez) se había escondido aquí, pero vino la policía y no lo encontró" explica Rafael.
El primer Gutiérrez en regentar este establecimiento fue Rafael Gutiérrez Zuazu, y lo hizo de 1889 a 1923. A continuación le siguió su hijo Luis Gutiérrez Jimeno (1923-1972). Más tarde le relevó Rafael Gutiérrez Astiz (hasta 1993) y en la actualidad es el bisnieto de Gutiérrez Zuazu, Rafael Gutiérrez García, quien se encarga de mantener el legado familiar. Para conmemorar esta fecha, el bar ha vestido un tinto crianza 2011 de Bodegas Pagos de Aráiz con una etiqueta que resume sus 125 años de historia.
Diario de Noticias
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