jueves, 9 de abril de 2009

RUEDA DE PRENSA DE ARALAR ANTE EL ABERRI EGUNA

A las puertas de la celebración el próximo domingo, 12 de abril, del Aberri Eguna, el partido político Aralar quiere hacer pública su reflexión. Por primera vez, los principales gobiernos están en manos de los partidos constitucionalistas. La situación en la que nos encontramos no es sencilla. Ante esta situación, es más necesaria que nunca la unidad de acción y el trabajo en común entre abertzales, y en ese sentido, el Aberri Eguna debe servir para demostrar a la sociedad el peso que tenemos en la sociedad. Queda mucho camino por recorrer y los y las abertzales debemos centrarnos cuanto antes en la realización de ese camino, sin ningún tipo de exclusiones.

En esta situación de crisis económica, se hace indispensable la reivindicación de una Euskal Herria de izquierdas. Un pueblo sin justicia social no será nunca un pueblo libre, y por ello, Aralar reivindica el sentimiento abertzale y de izquierdas. Por todo ello que queremos hacer llegar estas reflexiones a la sociedad de Euskal Herria:

1. El Aberri Eguna del 2009 llega en una situación difícil para el conjunto de las y los abertzales. Por primera vez en la Comunidad Autónoma Vasca, las fuerzas constitucionalistas ostentan la mayoría en el Parlamento Vasco, formando un gobierno contra la mayoría social y política abertzale. Pero eso no va a ocurrir porque la sociedad ha dejado de ser abertzale; es una consecuencia de la distorsión que han producido las ilegalizaciones y la ley de partidos.

2. Las fuerzas abertzales no hemos perdido fuerza. Al contrario, somos más. En el Parlamento Vasco, los partidos abertzales tendríamos una representación mayor que en la legislatura anterior. Teniendo en cuenta a todas las formaciones abertzales, esta legislatura tendríamos uno o una parlamentaria más que los 39 de la legislatura anterior, sumaríamos 40. También en Navarra, tras la creación de Nafarroa Bai, la coalición se ha convertido en la segunda fuerza del territorio, y con tendencia al alza, algo que no ha ocurrido desde la transición. En Ipar Euskal Herria la coalición Euskal Herria Bai ha dado un gran impulso a los partidos abertzales y ha conseguido los mejores resultados de la historia, aunque siguen estando en minoría.

3. La unidad y el trabajo en común entre las y los abertzales crean un clima de ilusión en amplios sectores de la sociedad de Euskal Herria, y los y las votantes han premiado esa unidad de acción, como se ha podido comprobar con las coaliciones Nafarroa Bai y Euskal Herria Bai. Eso nos muestra que existe un camino a seguir. El abertzalismo va hacia delante, y la clave para poder seguir avanzando está en la capacidad para unir fuerzas.

4. Pero para que esa unidad de acción pueda cuajar, como principio básico se debe reconocer que existen diferentes maneras de sentir y vivir el ser abertzale. Es imprescindible que cuando hablemos de la necesidad de la unidad de acción entre abertzales reconozcamos y tengamos en cuenta la relación entre diferentes. La cuestión no es que todos pensemos igual, que todos compartamos por completo la misma estrategia. La clave consiste en que sepamos unir fuerzas desde la diferencia. Que en vez de un único universo abertzale hablemos de diversos universos abertzales. Sin exclusiones, sin dejar fuera a nadie de antemano. Debemos unir nuestras fuerzas para seguir siendo mayoría, porque el ser mayoría es nuestra mayor fortaleza ante los que quieren negar nuestros derechos.

5. Pero al igual que el hecho que seamos mayoría es nuestra mayor fortaleza, el peso de la violencia es nuestro punto débil. Además de ser una vulneración inaceptable de los derechos humanos, la violencia impide la acumulación de fuerzas y supone una debilidad a la hora de reivindicar democráticamente nuestros derechos ante los demás. Por lo tanto, el conjunto de las y los abertzales debemos dejar a un lado definitivamente la violencia de ETA, y denunciar con la misma contundencia la conculcación de todos los derechos humanos.

6. Cuando la mayoría de un pueblo reivindica democráticamente la capacidad para poder decidir su futuro, esa reivindicación es imparable para un estado democrático. Lo puede retrasar, buscar excusas, pero al final, resulta imparable. Québec y Escocia son buenos ejemplos. Euskal Herria debe seguir ese camino. Tomemos ese camino.

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