jueves, 28 de agosto de 2014

PARADOJAS NAVARRAS

En la absurda huida hacia delante que emprendió la, todavía, presidenta del Gobierno de Navarra; Yolanda Barcina tras dinamitar el gobierno de coalición que la aupó al poder y que ha llevado a Navarra a una situación de colapso de gobernación y al esperpento de que las mayores administraciones públicas de la Comunidad Foral deambulen sin presupuestos durante toda una legislatura con el único fin de garantizar el sueldo de la, todavía, presidenta, los de sus amigos y los suculentos complementos que aprobaron para compensar la pérdida que supuso para sus bolsillos el final precipitado de Caja Navarra, la, todavía, presidenta ha decidido prolongar el circo en que ha convertido al Parlamento.

Por si no fuera suficiente con la consabida devolución al corral del toro presupuestario, no por conocida y habitual menos bochornosa, la, todavía presidenta piensa engordar su curriculum de fracasos parlamentarios con un otoño caliente en el que tratará de interpretar el papel de víctima que tan mal se le da más allá de la portada del Vanity Fair y para ello nada mejor que presentar en sede parlamentaria una reforma fiscal clónica de la de sus primos madrileños donde la capacidad de autogobierno fiscal de Navarra más parece un corta y pega floral y con ningún viso de salir adelante salvo que a los nuevos inquilinos de Ferraz les de por encontrar otro mes en el calendario para acabarlo en “azo” , y ya les quedan pocos…

Pero es que al margen de la legislatura surrealista que nos ha regalado la, todavía, presidenta de Navarra, su proyecto de reforma fiscal que, por supuesto, no ha negociado más que consigo misma y consultado con nadie, no creo yo que las tardes de solaz ibicenco diesen para consultas profesionales, es directamente una burla a los sufridos contribuyentes navarros.

Después de cuatro años de tijeretazo inmisericorde a cualquier cosa que se moviese en el ámbito público, ya fuese la investigación, la universidad, la cultura, el deporte, la dependencia, las rentas de inclusión social, los medicamentos o la comida de nuestros enfermos para reducir un déficit público que solo el despilfarro ilimitado de sus conmilitones de partido había producido, a costa del bienestar de los navarros y de su bolsillo, su nueva apuesta es volver a hacer recaer sobre las rentas bajas y medias el peso de la recuperación como hizo caer sobre ellas el peso de la crisis.

Pero si es que la excusa en tiempos de crisis para subir la carga impositiva a las clases medias y las llamadas a apretarse el cinturón salarial fue la de evitar la destrucción del tejido empresarial, la pérdida de puestos de trabajo y el déficit público, resulta absurdo que ahora se pueda aumentar el déficit público a base de bajar los impuestos de patrimonio y sociedades, los segmentos sociales que no han sufrido la crisis, con la misma excusa.

La falacia de que son los empresarios quienes crean empleo y que solo en las condiciones más ventajosas lo van a hacer no es más que eso, una falacia. Los empresarios lo único que crean es beneficios, en su derecho están por supuesto, pero quien crea empleo, y beneficios, no es el altruismo de nadie sino el consumo.

Es fácil caer en la tentación del cortoplazismo de aumentar la cuenta de beneficios a costa de una menor presión fiscal pero si no reactivamos el consumo las empresas navarras acabaran desapareciendo o buscando mejores mercados, y para reactivar el consumo solo existe un medio dejar el dinero en los bolsillos de las clases medias y bajas lo que a medio plazo hará aumentar la cuenta de beneficios de una manera estable aunque sean hoy las empresas las que carguen con parte del peso de la recuperación.

La otra herramienta de gobierno para reactivar la economía Navarra, la financiera , duerme el sueño de los justos sin que los que fueran sus responsables, tanto en la gestión como en el control, hayan justificado los macro sueldos y dietas que cobraron más allá de ni siquiera asistir al funeral.

Parece que mañana, la, todavía, presidenta hará pública su intención de ser, todavía más tiempo, presidenta de Navarra, en mayo los navarros le diremos qué opinamos de esa intención, hasta entonces desgobierno, victimismo, sumisión, dejación del autogobierno de Navarra y sobre todo…¡que vienen los vascos!

Ander Muruzabal, en Nafar Herria

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