domingo, 31 de mayo de 2015

FUGA DE ENFERMEROS ESPAÑOLES AL REINO UNIDO

Ir tirando con contratos de un día y aspirar a cubrir bajas de seis meses. A la matrona madrileña Marta Laina Moral la llamaron una tarde, de urgencia, para trabajar al día siguiente. Cuando se presentó en el hospital por la mañana, le dijeron que ya no la necesitaban. “La situación en España es muy descorazonadora. Hay mucha gente sin trabajo y ese ambiente se nota en la moral de mis amigos. Muchos lo están pasando mal y es complejo”, explica desde Londres.
Esta joven lleva en Reino Unido desde enero de 2009, cuando se le terminó el contrato en un centro de salud cubriendo una baja y decidió probar suerte con una agencia que ofrecía trabajo en urgencias, en un hospital pequeño. “Fui a la entrevista sin expectativas, pero resultó que me cogieron y no tenía nada que perder”, explica.
Lo que empezó siendo un apaño para un año ha terminado convirtiéndose en un plan de vida. Sus compañeras la informaron de la oportunidad formarse como matrona; un 'grado' en Reino Unido que para las tituladas en enfermería españolas se reduce a 18 meses.
Por si fuera poco, durante las semanas de estudio y aprendizaje el hospital se ofreció pagar el sueldo bruto de 25.000 libras anuales (unos 35.000 euros), lo mismo que estaba cobrando cuando decidió seguir sus estudios. No se lo pensó dos veces. "Me dieron la opción de mejorar mi formación y muchas oportunidades para aprender, pero aun así, me siento inmigrante aquí", dice la madrileña.

“No voy a volver a España, cada vez lo veo más lejano. Veo pocas posibilidades laborales. Mi pareja, después de hablar de nuestras opciones y de ver que los dos podíamos quedar de un día para otro sin trabajo, se ha venido aquí también”, cuenta Laina, quien explica que muchas parejas de su entorno se han roto porque hay que “estar hecho de una pasta especial para hacer esto”.
No es en absoluto un caso aislado. En su mismo hospital, en el centro de Londres, trabajan otros 50 enfermeros y enfermeras españoles y, si tomamos por buenos los datos del Colegio de Enfermeros y Matronas del Reino Unido, en lo que llevamos de año han dado ya de alta a 718 españoles, lo que hace que el número total ascienda 5.859, frente a los 509 que había a finales de 2012.
Hay veteranos, como la catalana Ana Esquerda, que lleva aquí ya casi 13 años. En 2003 se encontró con que solo podía acceder a suplencias y cubrir días sueltos, pero la idea de un contrato fijo resultaba impensable. “La decisión de volver creo que depende de la mentalidad con la que vengas. Para los que intentan llevar una vida española en Reino Unido es imposible quedarse, hay que tener una mente abierta”, deja claro.
Ante la constante demanda de personal sanitario, el Gobierno británico ofrece incentivos para los que se decanten por estudios de Enfermería. Una de las razones no es otra que la preferencia de los británicos por el típico horario de 9 a 5. “Ven nuestra profesión muy sacrificada y poco atractiva. Algunos comienzan los estudios pensando que es como en las series de televisión pero muchos lo dejan al ver la realidad. Además, se sienten más atraídos por sueldos muchos más altos de otros sectores”, comenta Esquerda.

Pese a esa falta de popularidad, Esquerda cree que la Enfermería está en Reino Unido mucho más desarrollada que en España, con más vías de investigación, gestión y estructura. “Aquí a base de esfuerzo hay oportunidades”, explica. Su caso es el mejor ejemplo, pasando de ser una enfermera desde el puesto más bajo a ser en la actualidad adjunta de comadronas.
Los estudios de Enfermería son más básicos en Reino Unido que en España y no tan técnicos. Muchos enfermeros se quejan de que ni siquiera han aprendido a sacar sangre hasta que no completan un curso entero. "Aquí los hospitales se autogestionan y hay gente de todo el mundo trabajando, por lo que se quieren asegurar de que todos hacen el trabajo de la misma manera”.
Esta catalana reconoce que, desde que puso un pie aquí, su preocupación siempre ha sido qué hacer en su carrera y cómo mejorar cada día, mientras que sus compañeras en España siguen “peleándose por suplencias y sin saber si podrán mantener su estilo de vida”.
Muchos españoles llegan con un nivel de inglés escaso, por lo que la primera solución para ellos es trabajar en residencias de ancianos mientras completan el registro en el colegio de Enfermería, un proceso que se alarga una media de seis meses.
La  valenciana Neelam Bhardwaj sí se ve volviendo a España pero no se atreve a decir cuándo. “Después de tres años aquí, te acomodas. Sé que ahora mismo no puedo volver. Aquí tengo un trabajo estable y permanente, mientras que en España por el momento solo veo inestabilidad”, apunta.

“La situación en España ahora sigue siendo complicada, no lo veo claro”, subraya Fernández, que no está dispuesta a tirar por la borda todo lo que ha hecho en Reino Unido los últimos años para pasar a “estar pendiente del teléfono y aspirar a cubrir solo contratos por horas”.
Marisa Gómez Viciano pronto hará cinco años que llegó a Londres. Lo hizo tras presentarse al examen de Enfermero Interno Residente (EIR), una convocatoria a la que recuerda que se presentaron unos 9.000 candidatos pero en la que solo se ofertaban 400 plazas. “Yo me quedé cerca de la 600, así que mis dos años de estudio no sirvieron para nada”, lamenta.
Gómez no quiere provocar un efecto llamada y deja claro que si bien los sueldos anuales brutos se pueden situar entre las 25.000 y las 30.000 libras, además de un plus de 5.000 libras por estar en hospitales en el centro de Londres, los gastos son muy altos en la capital británica.
“La calidad de vida no se puede comparar, unas 1.500 libras mensuales ya se van en el coste del alquiler de un piso entero de una habitación, o unas 700 libras para los que optan por una habitación. Esta ciudad ofrece muchas cosas pero el escalón con los sueldos de la gente de Economía y Finanzas son bestiales”.

Rita Álvarez-Tudela, para El Confidencial



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