sábado, 30 de octubre de 2021

JUAN TORRES LÓPEZ: "LA SUBIDA DEL PRECIO DE LA LUZ ES CONSECUENCIA DE UNA MENTIRA"

  Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla y colaborador habitual de Público, donde mantiene el blog La Tramoya, vuelve a la carga contra el discurso neoliberal imperante, algo que lleva haciendo a lo largo y ancho de su carrera. Acaba de publicar Econofakes. Las 10 grandes mentiras económicas de nuestro tiempo y cómo condicionan nuestra vida (Editorial Deusto), un repaso exhaustivo de los dogmas neoliberales que se han instalado en el relato económico como si fueran verdades irrefutables cuando no lo son en absoluto. Con un estilo directo, conciso y sencillo al mismo tiempo, Torres demuestra a lo largo de diez capítulos por qué es falso afirmar que el envejecimiento de la población impedirá financiar las pensiones públicas en el futuro o por qué es igualmente mentira afirmar que es necesario bajar los salarios para crear empleo o incluso decir que el salario mínimo destruye puestos de trabajo. Mantras muy en boga hoy en día que llegan a condicionar nuestras vidas y tienen consecuencias dramáticas.

"No permitas que te vendan como ciencia lo que sólo es ideología", dice usted en la promoción de su libro. ¿Es esa frase un buen corolario del mismo?

Lo que yo intento transmitir es que con demasiada frecuencia se presentan a la ciudadanía como si fueran verdades objetivas algunas afirmaciones económicas que son radicalmente falsas y que por lo general son la expresión de una ideología y no una auténtica proposición científica.

¿Hace usted una enmienda a la totalidad no solo del actual capitalismo ultraliberal en el que estamos inmersos, sino también de la propia economía como ciencia social?

Mi libro no es un análisis del capitalismo en nuestros días, sino de una rama del conocimiento, la Economía, que en muchas ocasiones se pone al servicio de intereses económicos y políticos desvirtuando la realidad. Eso es lo que yo trato de explicar con una serie de ejemplos concretados en las diez grandes mentiras económicas de nuestro tiempo.

¿De dónde surgen estas mentiras y quiénes las propagan?

Las mentiras económicas se propagan desde los manuales de Economía, desde los libros, desde los medios de comunicación y a través de declaraciones y discursos de personalidades de la economía, de la empresa y de la política.

¿Por qué se han instalado en el relato como si fueran verdades irrefutables? ¿A qué se debe su fortaleza?

Es sorprendente que algunas afirmaciones cuya falsedad se demostró hace ya 90 años de forma incluso matemática se sigan difundiendo en los libros de texto. Lo único que puede explicar esa insistencia en la mentira es que ésta no es casual ni fruto del error; es una mentira que tiene un propósito y unas consecuencias determinadas. No es casualidad que esas mentiras beneficien claramente a un grupo muy reducido de la sociedad: el grupo social que dispone de más renta, de más ingresos, de más riqueza y de más poder. Eso es lo que hace que estas mentiras sean tan difíciles de combatir.

¿Son el poder económico y político los grandes beneficiados de esas mentiras de corte neoliberal?

La banca ha financiado durante años los estudios que trataban de demostrar que las pensiones públicas eran insostenibles para que así la gente llevara su dinero a la bancos privados. Las compañías eléctricas y las grandes multinacionales financian estudios e investigaciones que defienden sus intereses permanentemente. Es más, cuando se produjo la anterior crisis económica, en el año 2008, todas las investigaciones parlamentarias que se hicieron en diversos países pusieron de manifiesto que multitud de economistas y de centros de investigación habían sido financiados para que difundieran una versión de los hechos que era claramente contraria a la realidad.

Se paga por difundir estas mentiras.

A veces se trata de una difusión consciente de la mentira; en otras ocasiones, sin embargo, es una difusión inocente: como decía John Kenneth Galbraith, es un "fraude inocente" porque muchos economistas asentados en la comodidad, se dejan llevar por la inercia. Hoy en día si uno no se ajusta a los esquemas del pensamiento económico dominante, que es el neoliberal, es muy difícil que se pueda hacer, por ejemplo, carrera universitaria. Por eso muchas personas, tratando de salvar su currículum, reproducen inocentemente, como decía Galbraith, esas falsedades y esas inercias mentales en las cuales se basa la ideología económica de nuestro tiempo.

Como profesor universitario, ¿no atisba usted cierta responsabilidad del mundo académico y universitario, como si éste hubiera renunciado a transmitir un conocimiento veraz?

Es cierto que la Universidad proporciona espacios de libertad en los puede germinar un pensamiento nuevo y alternativo, pero la Universidad como institución es un instrumento más al servicio de los que tienen el poder y control sobre el resto de la sociedad. Esos grupos beneficiados por las mentiras neoliberales lógicamente procuran que en todos los espacios en los que se difunde el saber económico se propaguen esas mentiras. Por ejemplo, en los años 80, cuando se constituía el pensamiento neoliberal, los economistas de izquierdas fueron literalmente expulsados de las universidades de Estados Unidos.

¿No tiene la sensación de predicar en el desierto?

No. Me ha tocado vivir una etapa de dominio del pensamiento neoliberal pero los hechos, no las ideas, los hechos demuestran que tenemos razón quienes hemos defendido siempre políticas alternativas. Tanto es así que cuando se han producido las crisis y ahora la pandemia los Gobiernos han terminado, por puro pragmatismo, haciendo lo que nosotros hemos dicho siempre que había que hacer. El neoliberalismo no es capaz de dar respuestas a los problemas sociales; sólo es capaz, y eso lo hace muy bien, de concentrar la renta y proporcionar beneficios a las grandes empresas y a los poderes financieros, pero nada más.

¿Superaremos algún día esta fase ultraliberal del capitalismo?

Desde cualquier punto de vista, el neoliberalismo es un fracaso de tal magnitud que hasta las propias grandes empresas y muchos organismos internacionales están hablando de resetear el capitalismo, de avanzar hacia un sistema más inclusivo. No sé que pasará en el futuro. Lo que sí sé es que la situación actual es insostenible: el neoliberalismo sólo ha tenido un éxito extraordinario a la hora de proporcionar beneficio y poder en todos los sentidos del término a las grandes finanzas y a las grandes corporaciones empresariales. 

¿Por qué el neoliberalismo es tan nefasto?

El neoliberalismo está provocando una parálisis de la economía, un destrozo de millones de empresas en todo el mundo, la destrucción de patrimonio, la desigualdad, la exclusión social, crisis financieras una detrás de otra, burbujas, más paro, y eso por no hablar de una crisis climática global de peligro planetario. Tampoco podemos obviar que el neoliberalismo también conlleva una desnaturalización del ser humano muy peligrosa para la convivencia y la paz. Tengo la completa seguridad de que eso es insostenible. Por que vía va a salir esta actual fase ultraliberal, no lo sé; puede tener salidas más o menos ordenadas o manifestarse en términos muy caóticos, muy conflictivos y muy destructores. Esperemos que no sea por esta última vía por donde salgan estos años de desastre neoliberal.

¿De todas las mentiras que usted denuncia, cuál es más dañina?

Me cuesta trabajo sostener un orden de prelación. Afirmar que, por ejemplo, el problema económico básico es la escasez, es una mentira dramática porque supone dejar a un lado el problema de la finalidad en el uso de los recursos y su distribución; o afirmar que el envejecimiento de la población pone en riesgo la sostenibilidad de las pensiones públicas e impide que se puedan financiar en el futuro es otra falsedad con consecuencias imprevisibles; incluso afirmar que el Estado es el problema... Si se hubiera desmantelado el Estado como proponen los anarquistas liberales de derechas, ¿qué hubiera ocurrido en este planeta con la pandemia?. En fin, todas las mentiras tienen un efecto dramático, no se me ocurre cuál podría ser la peor.

Usted pone en duda dogmas tan consolidados como que el precio de los bienes y servicios depende de la ley de la oferta y la demanda. En este sentido, ¿la subida de la luz es otro 'fake'?

La subida del precio de la luz en cierta medida es consecuencia de estas mentiras económicas: es la consecuencia de considerar que hay competencia donde hay oligopolio; es consecuencia de la mentira que supone permitir que las empresas de ese oligopolio eléctrico facturen mal a los ciudadanos, a los hogares y a las empresas; de hecho el propio recibo de la luz es un engaño porque se han incorporado conceptos como el déficit de tarifa y el precio real de la luz no responde a todos los conceptos que se incorporan al recibo. Por supuesto que hay mentiras que hacen que ahora estemos sufriendo esa subida de la luz.

Jorge Otero, en Público

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