jueves, 3 de octubre de 2013

PUERTA VACÍA

Sanz me recuerda a un amigo de la cuadrilla al que en plan jocoso llamamos El cliente, porque siempre tiene la razón. Él, haciendo un esfuerzo supino, como mucho puede llegar a reconocer pequeñísimos errores formales en temas como las dietas de Can y poco más. El resto, de cojón de pato. La otra mañana, en uno de esos saraos a los que siempre van los mismos a seguirse aburriendo y aburriéndonos, ofició como único espada -de Demóstenes- invitado por la Ser, la de la encuesta que da 11 escaños al PSN -tomar brandy y hacer encuestas telefónicas debería ser incompatible, porque al tercero marcas la X en cualquier lado-. Al margen de su sempiterna barrila con el tema de que UPN y PSN deben acercarse y la cuestión identitaria, el antiguo exfutbolista dejó una nueva filigrana jamás vista que al menos a mí me dejó como me dejó ver la que hacía Ardiles en Evasión o Victoria: maravillao. Resulta que la única culpa de que Osasuna tenga un boquete con Hacienda espectacular es de Osasuna. Él, que dirigía el gabinete que integraba esa Hacienda, no tiene ab-so-lu-ta-men-te ninguna responsabilidad. Ni él, ni Aracama (1996-1999), ni Iribarren (1999-2007), ni Miranda (2007-2012), ni Goicoechea (2012 en adelante). Solo Osasuna. Vamos: que yo cojo el coche, me cruzo Pamplona varias veces -que sé- y me paran los munipas un carro de veces y les digo que no tengo carnet y me dicen ¡circule, circule, circule! y la culpa es solo mía. Qué cinismo y qué nula asunción de responsabilidades, del palo de las que nadie ha asumido por ir dejando vía libre a que los clubes navarros de medio élite vivieran del aire que no tenían y de buenas a primeras se les cortara el grifo y además fueran obligados a devolver el agua que ya se habían bebido. Estos eran los porteros, dejaban la portería vacía y la culpa solo es del que metía el gol. Menudos rivales de mierda.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias

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