sábado, 12 de octubre de 2013

OTRO EPISODIO CHUSCO, ABSURDO Y RIDÍCULO

un Gobierno instalado en la más absoluta inoperancia, como es el actual que preside Barcina, sólo le falta protagonizar episodios tan chuscos e incomprensibles como el de despintar la denominación en euskera y castellano -Policía Foral. Foruzaingoa- en vehículos de la Policía Foral para señalizarlos únicamente en castellano. La ocurrencia atribuida al director general de Interior, Patxi Fernández, es un ejemplo más del anquilosado fanatismo ideológico que aún impera en sectores de UPN contra el euskera, y otra vergonzante prueba de la ineficiencia y torpeza que anida en el Gabinete de Barcina. La decisión es incomprensible políticamente, absurda y ridícula, y, más allá de que el coste sea mayor o menor para las arcas públicas, es también otro ejemplo de la pérdida de tiempo que está suponiendo para la sociedad navarra la continuidad de un Gobierno que no tiene otra cosa que ofrecer que episodios bochornosos como este para acompañar a la sucesión de recortes en ámbitos claves del Estado de Bienestar y del autogobierno foral como la sanidad, la educación, la atención social o la dependencia. Aunque Fernández quizá no lo sepa tras años de vivir acomodadamente del erario público en distintos cargos políticos a dedo, su sueldo y el dinero que gestiona proviene del dinero de todos los ciudadanos, no es suyo y no es de recibo un gasto así, sin razón objetiva alguna que no sea la peculiar fobia a una de las lenguas propias de Navarra de los sectores más reaccionarios de UPN. Sin olvidar que la medida vulnera la Ley del Vascuence, la legislación europea y la normativa vigente sobre el uso del euskera en las administraciones públicas de Navarra, que establece que todos los elementos de identificación de los servicios centrales del Gobierno de Navarra -como son la Policía Foral o la UPNA, por ejemplo- deben estar redactados y visualizables también en euskera. Un nuevo despropósito que no tiene nada que ver con el problema de fondo de la Policía Foral, un Cuerpo que aún no ha podido asumir, por la negativa de Madrid, las funciones en exclusiva de tráfico y seguridad vial que le otorga el Amejoramiento y que está sufriendo los rigores de una política presupuestaria restrictiva. De hecho, el desastroso panorama de su parque móvil y la creciente escasez de recursos humanos y materiales para garantizar sus funciones de policía integral y ciudadana debiera preocupar más al Gobierno que la rotulación de sus vehículos.
Editorial del Diario de Noticias

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