martes, 24 de agosto de 2010

UNAS FOTOS DE MOHAMED VI, TRAS LA CRISIS CON MARRUECOS

Mohamed VI, unas fotografías y el Centro Nacional de Inteligencia. Estos serían los ingredientes de la historia de cómo se ha fraguado la actual tensión en el paso de Beni Enzar. Al parecer, todo comenzó en junio pasado, cuando se habrían realizado, según la versión extraoficial marroquí presentada a las autoridades españoles, fotografías del rey de Marruecos y sus invitados mientras descansaba en su yate, anclado en la bahía de Alhucemas.
La versión oficial, más comedida, expresaba su queja por que los helicópteros destinados al abastecimiento de la guarnición española en el Peñón de Alhucemas perturbaban el descanso de Mohamed VI. Ante esta situación, se habría optado por la suspensión de los vuelos mientras el buque real estuviera en la zona. No obstante, el asunto habría conocido otras derivadas, puesto que se habría visto como el pistoletazo de salida y la excusa perfecta para reducir la presencia de efectivos del CNI en Marruecos amparándose en que las presuntas fotografías tomadas en Alhucemas estarían en poder del servicio de inteligencia español.

De ahí que fuentes diplomáticas señalen que la forma de operar responda al patrón habitual marroquí en estos casos: ejercer presion a través de un asunto para negociar desde una posición favorable el objetivo deseado. En el caso de la tensión en el paso de Beni-Ezar, se valora la diferencia de radio de acción entre Madrid y Rabat. Mientras el Gobierno español tiene que afrontar a la opinión pública y a los partidos de la oposición, la actuación marroquí no cuenta con esas mordazas. Ni los medios de comunicación ni los partidos van a salirse del corral.

Además, en medios diplomáticos coinciden en señalar que la tensión se aliviaría en cuanto quisiera Marruecos, pese a las declaraciones realizadas por los cabecillas de la escalada de tensión, que alegan no estar vinculados a Rabat. Afirmación que, en los cenáculos españoles, nadie cree. El objetivo de esta crisis, según parece, sería lograr una reducción de la presencia del CNI en Marruecos. De momento, dos antenas, situadas en las ciudades de Nador y Tetuán, estarían vacantes desde hace meses. La decisión de dejar sin cubrir dichos puestos se habría tomado con ánimo de no enfadar a las autoridades marroquíes y como muestra de buena voluntad. Sin embargo, parece que el resultado ha sido todo lo contrario.
(Elsemanaldigital.com)

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