jueves, 12 de agosto de 2010

LA FUENTE DE LAS TRES ASKAS

Los agricultores que a diario van hacia los términos del Curtido, La Celada, Estremal o las Badinas y las personas que les gusta acercarse paseando hasta el Plano, conocen bien la fuente del Camino de Falces, un manantío natural al que ahora hace cincuenta años se le dotó del aspecto y funcionalidad de la que sigue gozando hoy.
Hace cincuenta años, labradores tafalleses con tierras por estos parajes solicitaron al Ayuntamiento que acondicionara la fuente para que abrevaran las caballerías, el ganado lanar, y pudieran beber los numerosos vecinos que volvían del trabajo en el campo o de recoger la leña de los por aquel entonces lotes comunales del Plano. Plantearon la construcción de tres askas en línea recta: una más alta para las caballerías y dos más bajas para las ovejas. Así se hizo y un 7 de julio de 1960 la brigada del Ayuntamiento compuesta por Félix Aguirre, Ramón Tiebas, Zuza, Florencio Ozcáriz y Pedro Ozcáriz concluyó las obras, como todavía se puede ver en la inscripción en el cemento.
Pasaron los años, los tiempos cambiaron y las necesidades se convirtieron en otras. Con la mecanización del campo y la disminución drástica de los ganados, el agua seguía manando pero su papel como punto de encuentro para animales y personas se convirtió en anecdótico. Zarzas y malezas habían cubierto más de la mitad de las tres askas que antaño lucían esplendorosas y las ovejas del rebaño de Reinaldo Esparza, que todavía abrevan aquí, a duras penas llegaban al agua en la única aska que quedaba en uso. Y de nuevo, un vecino, Carmelo Olcoz, que a diario pasa por delante de la fuente en sus caminatas hacia el Plano, se dio cuenta que ésta iba a cumplir 50 años. Contactó con otros vecinos y caminantes y entre todos se les ocurrió celebrar la efeméride.
Así el pasado 7 de julio de 2010, un grupo de vecinos y paseantes entre los que se encontraban el propio Carmelo Olcoz, Félix Sánchez Txirolas, Feli Puyales, Juan José Costa, Rosa Mª Pérez de Iriarte, el hijo de ambos Juan José Costa, Juan Olcoz y su hijo Francisco Olcoz y los agricultores de entonces, a los que invitaron expresamente, Jesús Zubiri, Jesús Andueza y su hija Maribel Andueza, así como Eugenio Vidaurre se dieron cita en la fuente del Camino de Falces. Las semanas previas, en auzolan, habían limpiado de zarzas y malezas el lugar, y la fuente con sus tres askas volvía a presentar sus mejores galas para la ocasión. El lugar, además, con la labor callada de otros vecinos, se ha visto poco a poco embellecido con dos nogales, un espino albar, un almendro, una acacia, un encino, elementos arbóreos a los que en breve se les sumará un pomo, "que están desapareciendo" y una higuera de higo angelical, "de la del higo rojo de toda la vida", remarca Txirolas. El chorro de agua, constante y más abundante tras las obras de acondicionamiento de los caminos en este punto, completa este paraje que vuelve a recuperar, de la mano de estos vecinos, su razón de ser. La imagen de las ovejas del pastor Reinaldo Esparza desparramadas ahora por las tres askas aplicándose en beber es la mejor prueba de ello.
La Voz de la Merindad

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