Familiares del cirbonero Cecilio Martínez Pérez, exterminado en el campo de concentración nazi de Gusen (Linz, Austria) en 1942, le han organizado un homenaje el sábado 24 de julio en forma de ofrenda floral en el cementerio de Cintruénigo (11.00 horas).
El acto, que cuenta con la colaboración de PSN-PSOE Cintruénigo y la Agrupación Cirbonera Popular, recordará a este republicano apresado el 5 de agosto de 1941 en Mauthausen y asesinado en Gusen el 2 de febrero de 1942 cuando apenas tenía 26 años.
Cintruénigo en la República
Tal y como explica Santi Lorente en 'Crónicas vascas. 700 riberos asesinados: los tres meses de terror', cuando llegó la República, Cintruénigo estaba sin escuelas y cientos de niños estaban sin escolarizar; no había viviendas, muchas familias vivían hacinadas y varias corralizas comunales estaban en manos de unos pocos.
El primer Ayuntamiento Republicano tendrá que dar respuesta a estos problemas y a la espera de la Reforma Agraria y la petición de 210 vecinos, las corralizas de Nevera, Plana y Camelia, entre otras, quedaron a la espera de la Ley de Reforma. En diciembre de 1931, Cintruénigo se adelantará a los tiempos y acordará la construcción de “Casas Baratas” y a raíz de esta iniciativa, desde muchos puntos del Estado, solicitarán al Ayuntamiento, información sobre los planes de actuación. En julio de 1934 se inauguró el asilo y en agosto del mismo año las nuevas escuelas.
A pesar de la derrota de la izquierda local en las elecciones de 1936, la izquierda cirbonera festejó ruidosamente el triunfo del Frente Popular con banda de música y banderas. A partir de este momento, se comenzará a ver en el pueblo a destacados derechistas llevando armas y mosquetones en actitud amenazante. El domingo 19 de julio, a las cuatro de la tarde, un camión de guardias civiles llega al pueblo gritando "Arriba España" y el joven de 16 años, Francisco Pérez, les grita desde una esquina "Viva Rusia, Viva el comunismo".
El joven Francisco es perseguido y le disparan, pero consigue huir. Su muerte posterior será cruel. El mismo domingo 19 de julio, inician registros por todo el pueblo, con la excusa de buscar armas, estás solo aparecerán en casas de los de derechas. El día 23 de julio el ejército golpista crea en Cintruénigo el "Cuerpo Nacional de Defensa", formado por 50 voluntarios pagados por el Ayuntamiento golpista, 5 pesetas diarias y gratificación a quienes se habían apuntado desde el mismo día 18 de julio. Son destituidos de sus cargos el guarda Juan Álvarez, el sereno Julián Rández y el alguacil Pio Igea, nombrando a otros; también fueron destituidas la comadrona María Fernández y la conserja del matadero María Ramírez.
Ya habían llegado noticias de los primeros fusilados en Alfaro, entre ellos el antiguo médico del pueblo, cuando empiezan las primeras detenciones con Victoriano Navascués, el exalcalde, Julio Liso y Antonio Esparza, que serán llevados a Tudela, y al maestro Toribio Laínez, inspector de enseñanza, muy querido en Cintruénigo por su labor pedagógica y por sus alumnos, y que fue el inventor de las actuales multicopistas, creó la patente a su nombre, socialista, siendo asesinado en Valtierra el 3 de agosto de 1936. El primer asesinado fue el socialista Eugenio Aliaga. El 3 de agosto sacarán de la cárcel de Tudela y los llevarán a Valtierra a matar, a los cirboneros Antonio Esparza, Nicasio Arancon, padre de seis hijos, Santos García y al ya mencionado Toribio Laínez.
Algunos vecinos eran detenidos y puestos en libertad condicional; otros, como Antonio Chivite, aprovecharán para escapar, un mes escondido en un bardal, o al Tío Eusebio, que lo sacarán escondido del pueblo en un carro de fiemo. El 13 de agosto, de nuevo habrá fusilamientos en Alfaro y serán asesinados Pablo Yanguas, Eulogio Chivite, cartero padre de seis hijos, Pedro Lacarra, Manuel Montes, Simón Peña 'el barbero', Felipe Ramírez, presidente de UGT, José Pérez, jornalero, padre de cinco hijos y Román González, ganadero.
Las casas de José Pérez y Román González fueron asaltadas llevándose corderos y vino para celebrar sus cenas los fascistas después de los fusilamientos. Aquella mañana después de asesinar a estos ocho hombres, sacaron de la cárcel a un grupo de mujeres entre las que estaban Pascuala Trincado, casada con uno de los fusilados. Angelita Yanguas, Socorro Virto 'Badra', Clementa Serrano, Rita Martínez 'Mera', Rufina Izquierdo 'Capota', Hilaria Jiménez 'Consa', Lorenza Lozano 'Tía Cazóla', Encarna Fernández y Rosario Delgado. A todas ellas les dieron aceite de ricino, les cortaron el pelo y las pasearon por el pueblo tocando un tambor, mientras se descomponían sus vientres por las calles.
A Luis Cornago 'El Mai' lo llevaron a latigazos desde Cintruénigo hasta el cementerio, dejándolo allí destrozado y con amenazas de matarlo. Aparte de toda esta violencia desarrollada por los fascistas, se realizaron requisas en las casas de los de izquierdas y se les impusieron multas de 300 y 500 pesetas. A los que habían trabajado para el sindicato de riegos, se les obligó a devolver el dinero de aumento que habían conseguido, y el Ayuntamiento golpista se vio obligado a dar de comer en una cantina a más de cien niños y niñas con el dinero de las multas que habían sacado de los de izquierdas.
El 18 de agosto, sacan de la cárcel al exalcalde Victoriano Navascués y lo llevan a matar. A parte de sus asesinos, algunos del pueblo fueron a verlo morir. Después de muerto le quitaron todo lo que llevaba, zapatos, pantalones, reloj,…viendo los familiares de Victoriano Navascués a sus asesinos llevar puestas sus pertenencias. Los asesinos en general fueron todos del pueblo y mayoritariamente carlistas.
La Junta de Guerra de Cintruénigo estuvo compuesta por Faustino León 'El Botero', Nicolás Ayensa, Manuel Ortega, Crisanto Peréz, Luis Gonzalez, y Valentín Chivite 'Tatín', entre otros. Los directivos de la Falange Local fueron Juan Solano, Serafín Garbayo y José María Peréz Oscoz. Eusebio Pérez y su hijo Francisco, el joven de 16 años que había gritado "Viva el Comunismo", llevaban tiempo viviendo en Castejón y a raíz de los hechos sucedidos y por miedo a las represalias, se escondieron en los Sotos del Ebro todo el verano.
La hija de Eusebio Peréz, de 13 años, les llevaba comida a una caseta de guardagujas y durante la noche salían a recogerla. A finales de agosto volvieron a Castejón y se escondieron. Fueron delatados por alguien que los vio salir hacer sus necesidades.
Bajaron fascistas de Cintruénigo y Corella, los llevaron al término de Tambarria, entre Corella y Alfaro. Allí morirán abrazados, padre e hijo. Al joven Francisco, antes de fusilarlo, le cortaron la lengua y se la metieron en el bolsillo del pantalón. A Raimundo Martínez también lo matarán en Castejón y a Luis Ruiz en Cintruénigo, también a finales de agosto.
El último cirbonero asesinado en la zona fue Manuel Martínez Estrada, en junio de 1938; había conseguido escapar en la masiva fuga del Fuerte de San Cristóbal, y en una de las sanguinarias batidas que hicieron, cuando caminaba hacia la libertad, fue asesinado.
Aparte de los asesinatos, robos, torturas a mujeres y otros escarnios que seguramente nunca llegaremos a conocer porque muchos de los testigos fueron muriendo y solo nos queda lo que de familia en familia se fue transmitiendo, aunque no en todas, ya que en muchas familias riberas, el silencio fue la consigna, ya que saber cosas te hacia sospechoso, hubo también purgas importantes.
Concretamente en Cintruénigo, Faustino León, en su condición de alcalde y presidente de la Junta de Guerra, emite informe sobre cinco maestros en este lenguaje: Toribio Laínez, "propagandista contumaz del comunismo, desaparecido" y había sido fusilado, Julián Millán, "izquierdista peligroso", María Camaño, "izquierdista peligrosa y de cuidado", Luisa Varea, "izquierdista contumaz" y Mercedes Ramírez "que fue de izquierdas pero ahora es neutral".
En 1939, en septiembre, Ángel Ortega pasó a ser el nuevo alcalde, y llegó una orden del Gobernador golpista para que no se renovara contrato a la Banda de Músicos, según el Gobernador, todos ellos afectos al Frente Popular.
El alcalde Ángel Ortega despidió a todos y el director, Guadalupe Rincón, no consiguió músicos adeptos al Movimiento Nacional, siendo sustituido por Daniel Zamora, que al final reconoce "que a pesar de mis gestiones y el interés demostrado no he podido obtener éxito y doy por terminada mi misión".
En Cintruénigo se llegó a prohibir ir sin medias por la calle. Las mujeres cirboneras protestaron para que una de dos, o se rebajaban los precios de las medias o no había forma de cumplir la ordenanza.
E-Ribera
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