La España vaciada se llena de ganado porcino mientras sigue perdiendo población. La cuarta parte de las macrogranjas de cerdos de Castilla y León están en la provincia de Segovia. Hay 1,2 millones de cabezas porcinas en un territorio con 150.000 habitantes, y solo la mitad de esa producción se vende en España.
Los purines generados en 2019 en España podrían haber llenado 62 estadios como el Santiago Bernabéu. Si no se tratan estos residuos acaban contaminando el aire y el agua, y ya hay zonas enteras sin agua potable por todo el país. Sin embargo, se siguen instalando macrogranjas. Vecinos de toda Segovia reclamaron el pasado fin de semana en la capital que no se construyan más.
La presencia de arsénico o nitratos en el agua por la contaminación de explotaciones ganaderas o agrícolas es una constante en toda la provincia desde hace años, incluso en los 90. Pueblos enteros ya no usan el agua del grifo para ningún tipo de consumo. Esto requiere a sus habitantes la compra constante de garrafas o bien desplazarse a recoger agua en fuentes naturales seguras o en depósitos instalados por las autoridades. Todo conlleva un gasto económico y un excesivo desperdicio de botellas de plástico. Uno de los casos más notorios es el de Lastras de Cuéllar. Sus apenas 360 habitantes llevan varios años sin poder consumir agua del grifo por los nitratos generados por las actividades agrícolas y ganaderas que se filtran al acuífero. Una posible solución sería instalar un filtro de 350.000 euros, inviable para un ayuntamiento pequeño, y otra derivar el agua de una fuente cercana. Mientras el remedio llega, Lastras ha perdido en seis años el 22% de sus habitantes, algo que choca con uno de los argumentos de quienes defienden las macrogranjas: que estas atraerán población. Los que se han quedado en el pueblo temen que el consumo de agua en años anteriores les pueda causar enfermedades. Según un informe del Ministerio de Sanidad, "hay suficiente evidencia de que la exposición [al arsénico] a través del agua produce cáncer de vejiga, pulmón y piel". Aunque "la falta de informes sistemáticos públicos [...] dificulta las valoraciones cuantitativas de la magnitud del riesgo en España".
Con el ejemplo de Lastras de Cuéllar en mente, otros pueblos segovianos rechazan más macrogranjas. Los últimos han sido Sequera de Fresno (34 habitantes) o Bernardos (494 habitantes).
"Son beneficios para el empresario y todo el impacto ambiental se reparte entre la población local", resumía en 'El Confidencial' la portavoz de la plataforma Nordeste de Segovia Limpio, Sara Fernández. En un mes han reunido más de 6.600 firmas contra el proyecto de Sequera, que ha sido autorizado por la Confederación Hidrográfica del Duero.
Así afectan las granjas al medioambiente y a las poblaciones
Se considera macrogranja aquella explotación que tenga más de 2.000 cabezas porcinas. Hay un límite máximo tanto para los cerdos de cebo como para las madres.
Cada cerdo consume de 2 a 20 litros de agua diarios, según su peso y estado de salud, y genera entre 5 y 10 litros de purines (excrementos) al día, en el caso de los cerdos de cebo.
El Ministerio de Agricultura expresó en una guía de 2017 que "la cría intensiva de animales puede tener un impacto negativo en el medio ambiente". Entre esos problemas están la "contaminación del agua superficial y subterránea", las "molestias locales (olores, ruidos, polvo)", la "contaminación del aire, fundamentalmente con amoniaco" o la "diseminación de metales pesados, pesticidas y sustancias tóxicas".
La proliferación de estas grandes explotaciones hace que España lleve nueve años seguidos incumpliendo el límite de emisiones tóxicas de amoniaco. Además, solo en 2013, también según Agricultura, la provincia de Segovia produjo 4.680 toneladas de nitrógeno en forma de purines, casi el triple de lo que los terrenos agrarios pueden asimilar.
España, la granja porcina de China
Castilla y León es la segunda autonomía, después de Cataluña, con un mayor censo de cerdos. "El porcino solo ocupa el 30% del territorio que podría ocupar de la comunidad", afirmaba en 'El Mundo' Miguel Ángel Ortiz, presidente de la Federación de Asociaciones de Productores de Ganado Porcino de Castilla y León.
Datos de la Consejería de Agricultura muestran que, de los 1.100 millones de euros de carne porcina que produce la región, la mitad se vende a unos 150 países. El mayor destinatario es China, gran consumidor tanto por su cantidad de población como porque perdió a la mitad de sus cerdos en 2019 por diversas enfermedades.
El 'boom' de las macrogranjas no solo afecta a Segovia. Gran parte de Castilla y León, así como Castilla-La Mancha, Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana o Navarra acogen este tipo de explotaciones, que suelen contar con subvenciones para su instalación y tienen cada vez más poblaciones en contra.
Tampoco hay que olvidar las explotaciones de vacas, como la que se pretende instalar en el pueblo soriano de Noviercas (158 habitantes). Con más de 20.000 animales, sería la mayor macrogranja vacuna de Europa.
La empresa responsable ya instaló otra macrogranja en Caparroso (Navarra), donde se hacinan más de 5.000 vacas, se apilaban sus cadáveres y sus vertidos, según Greenpeace, hicieron que en las balsas de agua se triplicaran los niveles de nitratos permitidos.
La justicia navarra ha permitido que se amplíe la explotación. Mientras, la Confederación Hidrográfica del Duero ha denegado su permiso recientemente para la macrogranja de Noviercas, pero esto no significa que sea el fin de este proyecto.
Virginia Sarabia, en News Upday
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