A nadie se le escapa que la feria caballar de Tafalla está herida de muerte. El recinto ferial presentaba ayer un aspecto desangelado, sin apenas ganado expuesto, debido en parte a la ausencia de ganaderos cántabros y aragoneses que, con la salvedad de ayer, son de los pocos que siguen fieles a esta tradición venida a menos, junto a vascos y navarros. La influencia del temporal, que durante la última semana ha azotado con fuerza sobre todo el norte peninsular, se notó por tanto en la jornada de ayer, si bien es cierto que la feria lleva años perdiendo atractivo y poder de convocatoria debido a los excesivos trámites burocráticos que tienen que sortear los ganaderos para realizar una simple compraventa. El coste económico que supone desplazarse desde sus localidades de origen tampoco ayuda.
El riojano Jesús Jiménez, que a sus 43 años lleva más de 30 visitando esta feria equina, “desde que se hacía en el centro del pueblo y podías meter el ganado la noche de antes”, recordaba ayer, es uno de los que confirmaron que “lamentablemente ha ido a menos” debido a que “ahora se compra más a particulares”. Criticó, asimismo, que para participar en la feria de Tafalla “se exige demasiado, más que en otras ferias”, denuncia a la que se sumó también el vecino de Miranda de Arga Santos Amador.
Según los datos ofrecidos por los veterinarios del Gobierno de Navarra, Antonio Puig y Oihana Ostolaza, ambos encargados de atender el despacho de guías, de los 88 ejemplares que entraron al recinto ferial (41 del País Vasco, 35 de Navarra y 12 de La Rioja) cambiaron de manos 49. El año pasado la feria de febrero se saldó con 102 ventas (hubo 142 animales). Cifras que todavía son más significativas si se compraran con las obtenidas en 2013, cuando se vendieron 122 animales, o las de 2012, año en el que se contabilizaron hasta 130 compraventas.
En lo concerniente a animales expuestos, los datos son más reveladores si cabe. Y es que en 2013 entraron al recinto 120 ejemplares, 156 en 2012 y 278 en 2011.
Subrayar también que de los 88 asnos, ponis, potros y caballos de silla (o de montar) vendidos durante la feria de ayer, 41 se quedaron en Navarra, cinco viajaron a La Rioja, dos a Barcelona y uno a Bizkaia.
Andrés Goñi, propietario de cuatro carnicerías de carne de potro (tres en Pamplona y una en Burlada), tras explicar que esta feria se ha convertido en “un punto de encuentro”, confesó haber comprado 24 potros “por tradición”. El 90-95%, sin embargo, “se compra directamente en la casa del ganadero”, reconoció. Para reflotar la feria caballar, dio además una serie de ideas como “dividir el recinto en secciones para que haya zona para tratantes, exposiciones, zona para subastas o exhibiciones” e incluso promover degustaciones de carne de potro.
Diario de Noticias
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