jueves, 23 de septiembre de 2010

CALLE ARIAS NAVARRO EN ARGUEDAS

Leyendo la prensa provincial, a raíz de los tristes acontecimientos ocurridos en Arguedas hace unos días, observamos con curiosidad e indignación que el accidente que provocó la muerte de Andoni Pardo, fruto de una torpe gamberrada, sucedió en una calle del municipio bardenero llamada Carlos Arias Navarro.

Vaya por delante que no queremos aprovechar de forma oportuna el hecho, al revés, aun sin conocer a este joven, nos solidarizamos en estos momentos con su familia en particular y con el pueblo de Arguedas en general. Curiosa es la casualidad que supone el leer un penoso suceso y encontrarte una vez más con el incumplimiento de la Ley 52/2007 de 26 de diciembre de Memoria Histórica, y la Ley Foral 24/2003 de 4 de abril, de Símbolos, en esta Ribera. En Navarra, lo que a unos se les exige de forma tajante y bajo penalización del incumplimiento de la citadas leyes, el Ayuntamiento de Arguedas en este caso sigue manteniendo el nombre a una calle cuyo titular fue un franquista de pro, mantenedor de la dictadura, apodado en la ciudad de Málaga como carnicero de Málaga por su atroz represión contra miles de hombres y mujeres en esa zona del Estado español, a través de su condición de fiscal, dictando sentencias de muerte en bloque tras audiencias que solo duraban minutos, contra las gentes leales a la a la legalidad y a la República. El historial de esta persona, impresionante: fue gobernador de León donde masacró a los maquis. En 1954, ejerció de gobernador y jefe nacional del movimiento en esta comunidad de Navarra. Más tarde, a partir de 1957, ejerció el cargo de director general de la Seguridad del Estado y posteriormente, en 1965, fue nombrado alcalde de Madrid por el dictador Franco, para llegar a ser ministro de la Gobernación con Carrero Blanco ,al que sustituiría en la jefatura o presidencia del Gobierno, ocupando dicho cargo cuando sucedieron los impunes acontecimientos de Montejurra, entre otros. Al final, tuvo que dimitir forzosamente de su cargo, afiliándose a Alianza Popular por aquello de que aquí todos somos buenos y la democracia lo perdona todo. Sin más, un humilde recordatorio al Consistorio de Arguedas para que retiren la placa de la calle citada, aunque no sea más que por respeto a las personas fusiladas en 1936, en Navarra, la Ribera y Arguedas, y así, evitar la ofensa a sus víctimas.

Jose Mari Blanzako, en Diario de Noticias

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