martes, 8 de junio de 2021

OCHO NIÑOS Y NIÑAS SEGUIRÁN DANDO VIDA AL COLEGIO RURAL DE BEIRE

 En el Colegio Rural de Beire, no tienen sirena. Son Alicia y Oihane, las maestras, quienes les avisan cuándo pueden entrar y cuándo toca cambio de hora. Cuando llegan, el alumnado sabe qué tiene que hacer: descalzarse y ponerse sus zapatillas de casa. Y así es como se sienten: "se mueven muy libremente, conocen el sitio entero y además la atención es muy personalizada e individual. Somos nosotras, las profesoras, quienes nos adaptamos a su ritmo y no al contrario", nos cuenta Alicia Ramos, directora y maestra del Colegio Rural de Beire.

Hace apenas unos meses este colegio estaba con la incertidumbre de si tendría que cerrar, ya que no llegaban al mínimo de alumnos que marca el Departamento de Educación para los colegios rurales, que está en cinco. Sin embargo, finalmente Educación amplió los ciclos educativos. De este modo, el curso que viene serán ocho alumnos y alumnas quienes continúen en el centro.

Para las familias, es algo muy positivo, ya que facilita la conciliación "podemos seguir teniendo aquí a los chicos y estamos muy contentos. Para mí, que hacemos vida aquí en el pueblo es más cómodo, yo trabajo aquí, y así no nos tenemos que desplazar", explica Santi Pujales, padre de uno de los niños. "La experiencia que tenemos en Beire es más cercano, están siete, diez, para un profesor y es un lujo que tengan más atención que en una clase de 25 o 30 personas", comenta. La noticia, es algo que celebran con mucha alegría todo el pueblo, donde cada embarazo es un milagro contra la despoblación.

Cuando hemos llegado, los niños y niñas estudiaban las señales de tráfico, y los más pequeños coloreaban dibujos geométricos. "Me lo paso bien y me gusta jugar con mis amigos", comentaba Azara, una de las escolares. "Dependiendo de cada escolar, damos a cada uno lo que necesita en ese momento" explican las profesoras. Comparten el aula un alumno de 1º de infantil, una alumna de 2º de infantil, un alumno de 3º de infantil, una niña en 1º de primaria, y dos niños y dos niñas en 2º de primaria. "Es muy familiar y podemos estar todas y todos juntos de una forma diferente y aprender los unos de los otros. Vemos que no peligra el futuro del pueblo y del colegio, y poder continuar así nos hace felices", comenta la profesora Oihane Solano. Las instalaciones del colegio están formadas por dos aulas, los cuartos de baño y una sala con microondas, frigorífico y lavavajillas para ofrecer servicio de comedor, por si fuera necesario en un futuro.

SER Tafalla

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