domingo, 2 de febrero de 2020

"CERRADO POR INMATRICULACIÓN", EL LADO OCULTO DE UXUE

Uxue es un pueblo que se muere de lo que se mueren todos los pueblos: de falta de niños. Entre los 4 y 11 años hay diez chavales, por lo que su escuela se mantiene muy en precario. «Dos son míos», comenta el alcalde, Rubén Sánchez. La localidad necesita explotar al máximo su potencial para afincar población. Anclado a 815 metros de altitud, tiene algo de cereal y un poco de viña. Pero, fundamentalmente, su riqueza viene del turismo.

La basílica-fortaleza anima a miles de visitantes a trepar por la NA-132 y torcer por la serpenteante carretera local 5310 hasta este pueblo donde viven cien personas. Recorrer los 19 kilómetros desde Tafalla, la localidad de cierto tamaño más cercana, lleva unos 25 minutos. Así, en Uxue hay abiertos cuatro restaurantes y varios establecimientos donde venden productos típicos, siendo sus emblemas el pan de hogaza y las almendras garrapiñadas.

En las últimas semanas, ha estallado un conflicto que se había ido cociendo a lo largo de la última década. La basílica-fortaleza que corona la atalaya de Uxue (en realidad, el pueblo entero conforma una fortificación, en tanto que está dispuesto en calles laberínticas pensadas para dificultar el avance del enemigo) fue sometida con fondos públicos a varias intervenciones de envergadura entre el año 2000 y el 2010, destinadas a consolidarla, protegerla y hacerla más accesible y atractiva.

La discusión actual discurre entre el párroco y los vecinos. Pues en 2008, mientras se producían las obras de mejora, el Arzobispado se inscribió como suya la iglesia fortaleza. Y, a consecuencia de aquella inmatriculación, hoy las llaves no solo ya del templo, sino también del torreón y la sala donde guardan los paneles explicativos del conjunto arquitectónico las tiene el párroco. El principal motor turístico del pueblo no está, por tanto, accesible al público.

José Luis, el cura, nos ha citado en el interior de la basílica. Permitirá que GARA y NAIZ graben todo lo que de normal está cerrado por decisión del Arzobispado, a cambio de dos condiciones: no se le puede entrevistar y tampoco sacarle fotos. Las imágenes que ilustran esta información pertenecen a ese Uxue oculto y el vídeo se ha subido a la web de NAIZ.

En el interior de la basílica hay dos zonas que no se pueden visitar. La más evidente es la zona del altar que protege un enrejado. Allí se encuentran dos de piezas clave que reflejan la dualidad del edificio: la virgen que refleja su valor religioso y el corazón del rey Carlos II, que evidencia su valor histórico como enclave del extinto reino.

La virgen y el corazón
El lugar principal lo ocupa virgen de Uxue, que es negra, como la mayoría de las tallas que fueron descubiertas de forma milagrosa. Verla de cerca es un lujo. La tallaron en palisandro en el siglo XII. Cuenta la leyenda que un pastor la encontró gracias a una paloma y que de ahí le vino el nombre después al pueblo, como una variación de uxoa, que en euskara es paloma. La escultura fue distorsionada con un trono postizo en los 50.

El corazón momificado en un tarro de Carlos II se guarda en un pequeño cubículo abierto en la propia piedra. El rey dispuso que su corazón quedara allá, para mostrar cuánto le gustaba aquel lugar. Las entrañas estaban en Orreaga, pero se perdieron. Carlos II encaró la última gran ampliación del recinto, cuando construyó una universidad que no funcionó apenas, pues sobrevino la peste. Hoy solo quedan las paredes de la primera universidad de Nafarroa.

Es en esta dualidad donde reside el principal problema. ¿Qué pesa más? ¿Su valor de culto o el patrimonial-histórico? La inscripción por parte del Obispado de Córdoba de la Mezquita desató una enorme indignación. La basílica de Uxue no tiene tanto valor como la Gran Mezquita de Abderramán I. Y sin embargo, es de las pocas fortificaciones que sobrevivió del reino de Nafarroa, pues todos sus castillos fueron derribados a partir 1535, para acabar con los levantamientos posteriores a la conquista de 1512. El Cardenal Cisneros decretó tirar todas las fortificaciones... pero tirar una basílica era harina de otro costal. Por eso se salvó Uxue.

Bajando del debate teórico a lo concreto, el párroco abre ahora una puertecita lateral de la nave central y comienza a subir por las estrechas escaleras de piedra que dan al coro. Pasa junto a un delicado capitel que representa a Dalila cortándole el pelo a Sansón y, a su lado, a otro Sansón ya ciego siendo guiado por el lazarillo hasta el templo que derribará cuando le vuelva su fuerza sobrehumana.

Aunque el párroco no quiere entrevista alguna, va salpicando sus explicaciones con consideraciones de por qué gran parte está cerrado. Cuenta que le robaron la tablet y unos termostatos, que un anciano se cayó en esas escaleras y que alguien arrancó una página del enorme libro de canto gregoriano que habían colocado en el facistol. Dice que la iglesia está siempre abierta, que pocas están así, y que allá se ve lo fundamental.

Antes de salir afuera, pasa por la sacristía, abre una caja de pastas y ofrece unos chupitos de vino de comulgar. Y, a partir de ese momento, comienza otra parte una parte de la visita mucho más difícil de entender.

La torre y el ascensor
José Luis saca el manojo de llaves entra a una sala anexa, en la que hay una larguísima escalera metálica de caracol moderna, de las obras de 2010. Por ahí se sube en un primer lugar a una zona en la que se ven desde arriba la triple bóveda prerrománica del ábside, que está iluminada al detalle. Es, quizás, lo más impresionante de la última intervención del Gobierno. Este primer rellano también da al exterior por un pasillo que comunica las dos torres y que ofrece unas vistas increíbles.

Volvemos a subir por el estrecho caracol. Parada en las campanas y otro trecho todavía más largo. Serán unos 140 escalones en total, desde la base. José Luis justifica mantener esta parte cerrada en lo empinado y en el vértigo. Dice –y es cierto– que son complicadas si se va con tacones o si se tiene una edad. Afirma que llega a subir hasta tres veces acompañando a turistas. Tiene 79 años. La subida, eso sí, merece la pena. Se ven, a su vez, La Rioja y Aragón (Sofuentes y Catiliscar) con el Pirineo recortando el fondo. Por mucho que se hable de la paloma, ahí arriba se hace evidente la prioridad militar: se construyó para controlar del territorio.

Si no es lógico que haya que depender de un anciano para subir a la almena del torreón, menos lógica tiene todavía las dos salas que se abren ahora. La primera corresponde a la vieja morada de Carlos II, que hoy pasa por ser la casa parroquial. En ella se instaló un ascensor que da paso al paseo de ronda y al templo, que constituye más interesante del conjunto abierto. Las personas de movilidad reducida dependen del manojo de llaves del cura.

En la última sala están todos los paneles que elaboró Turismo explicando de cuanto se puede ver. Hay también un audiovisual de seis minutos que contextualiza y da sentido a todo el monumento, el apoyo básico a toda la visita. Esa parte también está oculta.

Sánchez, el alcalde, cuenta que con el cura se puede hablar de cualquier cosa, menos de las visitas. Además del propio párroco, una empresa de Iruñea tiene la exclusividad de visitar, por decisión del Arzobispado. Pero toda visita hay que concertarla por adelantado y solo bajan de la capital (son 50 minutos de viaje) si hay un grupo de más de diez.

El alcalde de Uxue dice que las obras no se hicieron pensando que esto acabara así, que hay otras empresas interesadas en visitas y que el pueblo vive del turismo. Las obras para adaptar el conjunto para hacerlo costaron 5.576.189,62 euros.

Aritz Intxusta, en GARA

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