martes, 24 de julio de 2012

EL VALOR AÑADIDO DEL LÁPIZ


El lápiz es una de las herramientas productivas más útiles y baratas. Junto al resto de materiales que los escolares manejan, fomenta un pensamiento creativo necesario para que, a futuro, nazcan nuevas generaciones que abran la luz en el túnel de la crisis en el que injustamente las hemos enterrado.
         Se habla mucho, y con razón, de la mella que va a hacer la subida del IVA en la cultura, en las peluquerías o las floristerías. No entiendo, sin embargo, cómo no se repara en los efectos demoledores que va a tener el incremento descomunal de este impuesto en los materiales escolares, el humilde lápiz entre ellos.
         Ningún otro producto se va a encarecer tanto. Del tipo superreducido del 4% pasará al general del 21%. Una subida de 17 puntos, la mayor, que castigará a partir de septiembre unos materiales imprescindibles para el fomento de la educación en la infancia. Una penalización clave para, desde la más tierna niñez, ahondar en la desigualdad de acceso a unas destrezas que van a ser más fáciles de adquirir para quienes tienen una cartera abultada.
         Cuadernos, bolígrafos, cartulinas, témperas, plastilinas o agendas escolares se gravarán al máximo tipo por obra y gracia de la insensibilidad política que los tasará como si fueran productos suntuosos. Un lujo para las familias más castigadas por la crisis, una vuelta al cole penalizada que desestabilizará más la balanza Educación-Igualdad.
         Sin una enseñanza con materiales asequibles no habrá sociedad moderna. Las familias con posibles coparán todavía con mayor descaro los puestos administrativos, los bancos, los despachos del poder. Para el resto dejarán el atraso porque un niño más ignorante, sin lápiz, será a partir de septiembre un desigual en desventaja.
Luis Miguel Escudero Ansa

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