miércoles, 17 de junio de 2009

"EL GOBIERNO DE NAVARRA NO NOS PUEDE CONTROLAR PORQUE NO LE DEBEMOS NADA"

GERINDA BAI ENTREVISTA A ENDIKA ZABALZA, ALCALDE INDEPENDIENTE DE LEOZ.

El municipio de Leoz-Leotz es junto con el de Ujué-Uxue el de menor densidad relativa de población de nuestra merindad. En Navarra probablemente será Urraulgoiti-Urraul Alto el único que les supera en despoblación. Poco a poco se está invirtiendo la tendencia migratoria negativa que asoló todo el valle, pero en particular a los trece pequeños núcleos de población que componen este ayuntamiento. La explotación de los excelentes recursos turísticos ha sustituído a la agricultura como forma principal de vida de la población y el mito de una Valdorba tan despoblada como Siberia puede ir quedando poco a poco atrás. Deseando conocer la realidad, siempre cambiante, nos hemos llegado hasta Iratxeta, sede de la administración municipal, para charlar con el alcalde leoztarra Endika Zabalza.

¿Cómo habéis conseguido dar la vuelta a ese proceso de extinción que parecía imparable?

Con un trabajo conjunto de muchas personas en muchos años, comenzando por una labor de concienciación, de recuperación de la autoestima del valle, y de tejer los lazos culturales y sociales entre nuestros pueblos. Porque a medida que la gente se marchaba, los que se quedaban sufrían, les invadía la percepción de que esto no valía para nada. Eso ya ha cambiado. Hay un fuerte sentimiento de identidad. Teníamos una dificultad añadida, que muchos de los que se quedaban han adquirido tierras y casas y no las han querido vender, impidiendo así que entrase gente nueva y bloqueando el desarrollo. Y cuando finalmente se han restaurado algunos pueblos, es cuando ha comenzado a afluir la gente, primero a ver y luego algunos a quedarse. En Iratxeta en 30 años no había nacido nadie. Ahora va a nacer el sexto crío en poco tiempo. En Artáriain ahora mismo hay ya cinco parejas jóvenes. Y en Benegorri también, dos niños. Estamos viendo la luz de la salida del túnel, ya hemos tocado fondo, pero justo ahora nos tenía que tocar la crisis económica.

Al parecer tenéis muchas esperanzas puestas en el proyecto de Katalain. ¿Cuándo empiezan las obras?

En breve, y además una vez que empiecen se hará rápidamente, según tenemos entendido. Será el inicio de una nueva etapa. Para ayuntamientos pequeños como los de la Valdorba es imprescindible funcionar mancomunadamente, para racionalizar la gestión de los ayuntamientos, ofrecer mejores servicios a la población y optimizar la oferta turística. Además, Katalain supone algo más que eso, es el emplazamiento ideal para una fusión administrativa, porque es un referente afectivo para todo el valle.

Recientemente se publicaron en la prensa varias cartas de las dos concejalas de la oposición de Leoz, que protestaban por haberse destinado el total de la cantidad asignada por el Fondo de Inversión Local a Katalain.

Esas dos concejalas no viven aquí, y quien no vive aquí difícilmente entiende el costo de vivir aquí. No tenemos cobertura para telefonía móvil, no tenemos banda ancha para Internet. ¿Cuánta gente hay dispuesta a venir a vivir aquí en esas condiciones? ¿quién va a montar aquí una empresa a falta de tecnologías? Y Katalain está concebido como una herramienta para crear una nueva situación. Pero siempre hay gente que pone por encima de todo sus intereses privados. Incluso votaron en contra de subvencionar la atención domiciliaria de las personas ancianas que lo necesitan.

De siete municipios que componen el valle, tanto en el proyecto de Katalain como en la Asociación para el Desarrollo de la Valdorba, falta únicamente el más grande, Barásoain.

En Barásoain está muy arraigado el concepto de capitalidad, de centro comercial-administrativo en el que están los servicios básicos, como el centro de salud, la escuela o las entidades bancarias. Pero no es tan fuerte el sentimiento de identidad como valle. Yo apostaría que la gran mayoría de sus habitantes no conocen apenas el resto de la Valdorba. Si todo esto lo hubiesen gestado ellos, no habría habido ningún problema. Y ahora en alguna medida están solos. Es el pueblo más grande, pero están solos. Además hay falta de sintonía política. Pero algún día igual su población les pasará factura por esa postura soberbia que les ha llevado al aislamiento.

De hecho, algunos servicios ya se han ido estableciendo en Garínoain.

Sí, como la guardería o la escuela de música. Como consecuencia de la fusión administrativa. Y es que los servicios tienen que estar en todo el territorio, no tiene por qué estar todo centralizado.

La concentración escolar sí está en Barásoain, ¿no es así?

Antiguamente estaba en Barásoain pero tras un brutal bajón de natalidad se suprimió la escuela, incluso eso perdimos, y pasaron a Tafalla. Ahora ya se ha recuperado la escuela pública de Barásoain pero nosotros seguimos en Tafalla, de donde viene diariamente un taxi para la escuela, aunque sea para llevar sólo a uno. Para la ikastola no, por supuesto, te tienes que buscar tú la vida. Aquí se ha dado la paradoja de juntarse un taxi y un autobús, para llevar a dos chavales a distintos colegios. Es urgente racionalizar el transporte escolar de toda la zona; no podemos seguir así.

Recientemente hemos asistido a la reivindicación de diversos ayuntamientos para incorporarse a la zona mixta lingüística. En una zona como la Valdorba, de toponimia netamente vasca, ¿os habéis planteado hacer vuestra esa reivindicación?

Ya hace tres años que se aprobó esa inclusión tanto aquí como en Garínoain. Como mal menor, porque no tiene ningún sentido una zonificación injusta que discrimina los derechos de los navarros. Pero los ayuntamientos pueden jugar un papel importante. En este tema, como en muchos otros, porque aunque seamos pequeños, si nos juntamos muchos, podemos hacer una presión muy seria con propuestas conjuntas.

¿Qué relación tenéis con el Gobierno de Navarra?

Están totalmente desconectados del mundo rural, no tienen ni idea de cómo funciona. El llamado Departamento de Desarrollo Rural es una entelequia. Da rabia estar aquí partiéndose los cuernos por sacar esto adelante y cuando les planteas que necesitamos que se nos arregle la carretera, que necesitamos un servicio de emergencias o que necesitamos telefonía, no se atienda nuestras demandas porque no hay interés para emprender esa mínima inversión. Cuando me dicen que hablo con las tripas, yo les contesto que se vengan a vivir aquí y que entonces hablen. Luego vienen y te halagan por el trabajo que hemos hecho. No será por lo que ellos ayudan.

Habrá razones ocultas, tal vez, de discriminación política.

No lo sé, pero está claro que eso no ayuda a que nos miren mejor. En cualquier caso hay un recelo claro porque no nos pueden controlar. Y no nos pueden controlar porque no les debemos nada. Siempre nos han dado la espalda, no nos pueden pedir ahora ningún tipo de lealtad. No hay más que darse una vuelta por el mundo rural y ver qué edad media tiene la población, qué infraestructuras y qué servicios.

Por la Valdorba va a pasar también el TAV.

Sí, y muy cerca de Garínoain. Eso va a ser otra escabechina. Ya es lo que nos faltaba. Llevamos años reclamando una entrada a la autopista porque tenemos que ir hasta el Carrascal para acceder. Y no nos la quieren hacer porque les parece mucho dinero lo que cuesta. Por la Valdorba pasan la autopista, la carretera nacional, el ferrocarril, las conducciones energéticas y ahora el TAV. Sin ningún beneficio para nosotros, porque poder ir a Madrid un poco más rápido ni para mí ni para nadie del valle supone nada.

Háblanos un poco del tejido asociativo del valle.

Destaca por su importancia estratégica la Asociación para el Desarrollo de la Valdorba, para explotar nuestros recursos turísticos y culturales, el patrimonio arquitectónico, fundamentalmente.Tenemos desde hace siete año el grupo de danzas Baldorba, con treinta dantzaris y trece txistularis de diversos pueblos. Tenemos la asociación MayOrba para la Tercera Edad, un elemento importante para que la gente mayor quiera seguir viviendo aquí. O la escuela infantil de música. Todo ello refuerza nuestro sentimiento de identidad y nuestra cohesión social.

¿Ha calado el turismo rural?

Cada vez hay más casas. De algo nos tiene que valer tener más de 30 expresiones del románico, que hasta ahora no se valoraban. O tener una naturaleza y un emplazamiento privilegiado, cruce de dos climas.

¿También aquí habéis tenido conflictos con la Iglesia por el patrimonio artístico-religioso?

Ya hace bastantes años el Arzobispado se llevó tres millones tras vender la casa cural. El año pasado se registró a su nombre la iglesia, cuyas obras se están pagando todavía con un préstamo hipotecario vivo. La gente del pueblo, entre ellos mis padres, están pagando todavía el préstamo. Es un escándalo.

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