miércoles, 2 de septiembre de 2020

LOS EXPRESIDENTES DEL GOBIERNO, AL RESCATE DE LA IMPUNIDAD DE LOS CRÍMENES DEL FRANQUISMO

Los cuatro expresidentes del Gobierno español vivos: Felipe González (PSOE), José María Aznar (PP), José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y Mariano Rajoy (PP); cuatro ex secretarios generales de los dos sindicatos españoles mayoritarios: Antonio Gutiérrez y José María Fidalgo de CCOO y Nicolás Redondo Urbieta y Cándido Méndez de UGT; los dos ‘padres de la Constitución’ vivos: Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca… Son los principales prebostes del régimen del 78 que han escrito textos de apoyo a Rodolfo Martín Villa, que este jueves declarará ante la juez argentina María Servini, instructora de la causa penal por posibles delitos de genocidio y/o crímenes de lesa humanidad cometidos por el franquismo en España entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977. Escritos de apoyo a Martín Villa dirigidos a Servini, a la que el exministro ya ha entregado esos textos, según ha revelado ‘elDiario.es’.

Fuentes jurídicas consultadas por LUH han enmarcado esos escritos no en una defensa jurídica de Martín Villa sino en una “defensa a ultranza del inicio de la Transición y de la Ley de Amnistía” de 1977 que “toda esa gente tiene que haber consensuado”. “Esos escritos no tienen nada que ver con la concreción de los hechos delictivos que se le imputan a Martín Villa, la enjundia es que la juez argentina investiga el periodo protegido por la Ley de Amnistía, en un momento en el que se está poniendo sobre la mesa el papel de la Ley de Secretos Oficiales o de la propia Ley de Amnistía y en el que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU está diciendo que la impunidad de los crímenes del franquismo no casa con su concepto de Derechos Humanos, lo que abre una puerta peligrosa para el régimen producto de una Transición que los firmantes de esos escritos realmente creen que fue modélica”, han manifestado. “Consideran que no se puede abrir un debate sobre la Transición –y menos ahora que puede estar abriéndose otro sobre monarquía o república– y están intentando salvar su régimen echando un cerrojo sin importarles ni lo que pasó ni las víctimas, un cerrojo como el de la propia Ley de Amnistía, que se aprobó precisamente porque se sabía que habían pasado cosas muy graves”, han añadido las mismas fuentes. En este sentido, el propio Zapatero ha calificado en su escrito la Ley de Amnistía de “elemento central del Pacto de Transición”, un pacto que “sólo se entiende a la vista de nuestra accidentada y muchas veces violenta historia política precedente” y al que Martín Villa contribuyó con “convicción y eficacia”.

Martín Villa declarará por posibles delitos de homicidio agravado en un contexto de crímenes contra la humanidad durante la Transición, relacionados con las muertes de Pedro María Martínez, Francisco Aznar, Romualdo Barroso, José Castillo y Bienvenido Pereda –todos ellos, trabajadores en huelga– en Vitoria-Gasteiz; Vicente Antón en Basauri y Juan Gabriel Rodrigo en Tarragona, Normi Mentxaka en Santurtzi, Josu Zabala en Hondarribia, Arturo Ruiz en Madrid, Rafael Gómez en Orereta, José Luis Cano en Pamplona, Francisco Javier Núñez en Bilbao, Germán Rodríguez en Pamplona y Joseba Barandiaran en Donostia, muertes sobre las que Servini investiga si son “hechos puntuales” o delitos cometidos “en el marco de un decidido plan de ataque sistemático y preconcebido para eliminar a todo oponente político”.

Antonio Gutiérrez llega a darle “las gracias”
Martín Villa ha enviado a Servini los escritos de González, Aznar, Zapatero, Rajoy Gutiérrez, Fidalgo, Redondo Urbieta, Méndez y otros prebostes del régimen del 78 junto a otro texto firmado por él para “defenderme, pero sobre todo defender que en la Transición, que ha sido una de las mejores etapas de nuestra historia reciente, fue imposible que hubiese un genocidio”. En sus escritos, Felipe González o Antonio Gutiérrez van más allá que Zapatero: González llega a decir que el comportamiento de Martín Villa como ministro del Interior –cargo que ocupó de 1976 a 1979 y por el que ha pasado a la historia como ‘la porra de la Transición’– fue “impecable y fuertemente comprometido con el respeto al Estado de Derecho, su preservación y su desarrollo”, mientras que Gutiérrez da “las gracias” al exministro, del que asegura que evitó “la violencia siempre que pudo” y que imputarle delitos como los relacionados con la muerte de cinco trabajadores el 3 de marzo de 1976 en Vitoria-Gasteiz es “una sarcástica e insostenible tergiversación” de “su trayectoria” y de “todo el proceso de Transición a la democracia”.

González –que dirigió el PSOE de 1974 a 1997–, Aznar –que dirigió el PP de 1990 a 2004–, Zapatero –que dirigió el PSOE de 2000 a 2012– y Rajoy –que dirigió el PP de 2004 a 2018– presidieron el Gobierno de 1982 a 2018, es decir durante 36 de los 42 años que van de régimen del 78. Por su parte, Redondo Urbieta y Méndez dirigieron UGT de 1976 a 1994 el primero y de 1994 a 2016 el segundo, mientras que Gutiérrez y Fidalgo dirigieron CCOO de 1987 a 2000 el primero y de 2000 a 2008 el segundo. Por su parte, Herrero y Rodríguez de Miñón y Roca son los dos únicos ‘padres de la Constitución’ vivos, tras la muerte de Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez-Llorca, Gregorio Peces-Barba, Jordi Solé Tura y Manuel Fraga. También han firmado cartas de apoyo a Martín Villa otros ‘pesos pesados’ del régimen del 78 como Rafael Arias-Salgado, Josep Borrell, Marcelino Oreja o Eduardo Serra.

Javier Leizaola, en La Última Hora

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