“Mi padre se marchó el 18 de julio por las Bardenas diciéndole a su madre, mi abuela paterna: 48 horas, en 48 horas vuelvo. Ya no lo vimos más”. Así arranca siempre su testimonio Aurea Jaso, una mujer de Mélida, que arrastra desde el 36 la pérdida de su padre, dos tíos hermanos del primero, y de su suegro. Aurea Jaso, activista de la Asociación de Familiares de Fusilados y Asesinados de Navarra (Affna´36) será el próximo sábado protagonista en el homenaje a víctimas republicanas de la guerra civil.
A Aurea le han contado que su padre, Aurelio Jaso Garde, pasó por la Bardena, por todo el canal, por todo Zuera recogiendo a gente por todos los pueblos. Le han contado que llegó a Madrid y luego fue a Lérida con uno de Valtierra y otros… “El 17 de diciembre mi padre murió en la zona roja pero a mí nadie me lo ha comunicado. Si lo sacaron de la fosa común que estaba en el cementerio antes del Este ahora de La Almudena en Madrid, a mí, que soy la mayor de tres hermanos, nunca me ha dicho nadie: oye tenemos aquí los restos de tu padre. Mi padre iba documentado y yo he estado luchando toda mi vida, tenía 8 años cuando se fue, para localizar sus restos; luchando para hacerle el ADN, por sacarlo, incinerarlo, traérmelo… no he podido hacerlo”.
Al parecer, los restos de Aurelio, fueron conducidos al Monumento de los Caídos, “junto al verdugo que nos partió la vida”, añadió ayer, y hace cuatro años le comunicaron de Madrid que se olvidase de rescatar a su padre porque las aguas subterráneas que hay debajo del monasterio, habían sacado todos los restos de los nichos y no podrían hacerles de ADN nunca jamás por qué estaban todos los huesos mezclados. Para Aurea, “esa ha sido mi pena, esa ha sido mi pena y mi dolor, no he podido sacarlo, no he podido”.
Su dolor se hace extensivo al recordar que un hermano de su padre, Andrés, también asesinado, permanece enterrado en una fosa común en Asturias. Su tío jugaba en el Sporting de Gijón, había venido del Valencia fichado y allí en las playas, la aviación de Franco acabó con su vida. “El equipo de Mélida se llama Sporting Melidés por él”. Además, a otro hermano de su padre llamado José, con 19 años se lo llevaron a Zaragoza y lo mataron junto a otros 700 hombres. El doloroso relato de Aurea Jaso continúa con el recuerdo de su suegro: Valentín Nicolay Charral, asesinado en Torrero (Zaragoza). Aurea participó en homenajes y exhumaciones con el deseo de recuperar los restos de estos hombres. En su intervención en el Parlamento foral durante la mesa redonda “Conversando con familiares ¿Por qué?” de los IV Encuentros Transfronterizos de Memoria Histórica aseguró “no era revancha, no queríamos revanchas de ninguna clase; queríamos darles eso, una sepultura digna y no nos van a quitar la dignidad”.
Lola Cabasés, en Diario de Noticias
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