martes, 9 de octubre de 2012

JAVIER TABERNA SE CAE DE UN GUINDO


Yo cuando sea mayor quiero ser como Javier Taberna. 20 años lleva este gran hombre del régimen chupando del bote público sin que se le arrugue la corbata. Es verdad que ya no está al frente de Audenasa, presidencia de la que se apartó gentilmente para dar paso a su compadre y mil veces benefactor, Miguel Sanz, al que había que regalar alguna canonjía mientras encontraba algo más sustancioso (parece que ya lo ha encontrado y, según dicen, le va bastante bien). Pero es que las autopistas no eran lo suyo. Lo de Javier Taberna es ser presidente perpetuo de la Cámara Navarra de Comercio e Industria de Navarra, al frente de la cual lleva desde que hizo la primera comunión. Así, como dueño incuestionable de uno de los chiringuitos que más dinero público ha recibido y sigue recibiendo de los presupuestos de Navarra, se ha manifestado profusamente en los últimos años a favor de la reforma laboral, de la amnistía fiscal a los defraudadores, de la política de recortes y de todas las medidas que nos han traído a donde nos han traído. Por supuesto, nunca se le ha oído una palabra contra entuertos del estilo del circuito de Los Arcos, el pabellón Reyno Arena o la CAN. Tampoco contra ese pozo sin fondo que va a suponer el AVE a ninguna parte, y mucho menos aún contra el chandrío de Gendulain, ese monumental despropósito urbanístico por el que también se escapa el dinero del contribuyente navarro, según volvía a dar ayer cuenta este periódico. No hace ni un año que el sagaz economista regañó a los alarmistas, cuando alquien se atrevió a decir que la economía Navarra estaba en la UCI. Sin embargo ayer, 8 de octubre, día de Santa Reparada, virgen y mártir, Javier Taberna se cayó de un guindo y nos descubrió el Mediterráneo: "solo con ajustes la economía va al colapso". Cuando quiera es hora. "Hay conductas que necesitan al menos un juicio moral", decía también, el muy jetas, sin referirse a si mismo.
Aingeru Epaltza, en Diario de Noticias

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