domingo, 19 de septiembre de 2021

EL GOLPE MILITAR CONVIRTIÓ A CHILE EN UN LABORATORIO DEL NEOLIBERALISMO

 El pasado 11 de septiembre se cumplieron 48 años del golpe militar en Chile. La dictadura comenzó cuando las Fuerzas Armadas bombardearon con aviones la Casa de Gobierno. Duró 17 años marcando profundamente la historia de ese país y también de toda la región.

Según los datos del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile, las víctimas de la dictadura superan las 40.000 personas y más de 3.000 personas murieron o desaparecieron entre 1973 y 1990.

El golpe contra el presidente Salvador Allende, y la dictadura encabezada por el general Augusto Pinochet, fue una de las más brutales de la región y al mismo tiempo convirtió al país en el laboratorio del neoliberalismo.

El golpe fue apoyado por los grandes empresarios chilenos, les recomiendo los documentales de Patricio Guzman: La batalla de Chile, para ver cómo actuaron los sectores golpistas. También contó con el apoyo de Estados Unidos que está muy documentado por la propia CIA y recopilado en el libro de Peter Kornbluh: Pinochet: los archivos secretos.

Les decía que la dictadura fue un gran laboratorio del neoliberalismo, que transformó la economía del país barriendo con los derechos de millones, privatizando todo: principales recursos, salud, educación y hasta las jubilaciones.

En 1978 con una especie de terapia de shock económico: abrupta reducción del gasto fiscal (liquidando servicios públicos, reduciendo gasto en salud, educación o vivienda, privatizando empresas), drástica disminución de las importaciones para estabilizar la balanza de pagos, apertura comercial cuasi-absoluta y liberalización financiera, unido a una amplia privatización de empresas estatales. La base del “modelo chileno”.

El “modelo chileno” tan elogiado por la derecha continental, y que es muy parecido a lo que hoy proponen candidatos como Milei y Espert, el “estado al mínimo” que no garantice derechos a las grandes mayorías y custodie la propiedad privada y las ganancias de una minoría.

El “modelo chileno”, incluso con las reformas aplicadas por los gobierno postdictadura, generó una desigualdad sin comparación.

Si tomamos datos del 2019, pre pandemia, según el Banco Mundial, Chile es el segundo país de la OCDE con la mayor brecha de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre.

El 1% más rico se quedaba en 2019 con el 24% de los ingresos fiscales, mientras que el 10% más rico percibe más del 50% de todos los ingresos.

Esto solo fue posible producto de la imposición a sangre y fuego de la dictadura. Es interesante tener esto en cuenta en el debate abierto ante el crecimiento electoral de variantes como la que expresa Javier Milei en la Ciudad de Buenos Aires.

Su plan solo se puede llevar adelante mediante una dictadura como la de Pinochet.

Esa brutal desigualdad fue la base del creciente malestar social, de profundas aspiraciones sociales y democráticas de millones de jóvenes y trabajadores que en 2019 dijeron “no eran 30 pesos, sino 30 años” y salieron a las calles para barrer la herencia de Pinochet.

Diego Sacchi, en Izquierda Diario

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