jueves, 16 de julio de 2009

PITILLAS 1936-1937

Seis corralizas en Pitillas fueron la principal fuente de reivindicaciones de la izquierda: Santo Domingo, Cobaza, Picarana, Cascajo, Dolomondos y Carnicería. La relación entre la propiedad particular y la colectiva se había desequilibrado notablemente en beneficio de la primera; y desde hacía muchos años se exigía el deslinde. Este se comenzará en julio de 1931 con un Ayuntamiento republicano con clara mayoría de derechas: seis concejales son carlistas y liberal-coservadores y tres de izquierdas. Desde el principio el deslinde es cuestionado por basarse en el catastro de 1885 y no en el de 1865 que lógicamente contenía menos privatizados. A finales de 1932 comienza el deslinde en Cascajo, Santo Domingo y Cobaza, de donde, según los técnicos, se puede conseguir reintegrar al común casi tres mil robadas de las 13.000 que tienen de cabida.

El Ayuntamiento de derechas, presidido por Emilio Arizaleta, no muestra ningún entusiasmo por el deslinde y éste se retrasa continuamente. Desde la prensa de izquierdas Antonio Cabrero protestaba por la influencia de los caciques en estos retrasos a la vez que solicitaba la implantación de la Bolsa de Trabajo y la parcelación urgente de las corralizas.

En marzo de 1933 la izquierda consigue que Diputación ordene al Ayuntamiento la incautación, parcelamiento y reparto entre los vecinos, en el término de 30 días, de las 4.000 robadas de la corraliza de Picarana, que hacía ya muchos años que era reivindicada por los vecinos.

Ello da lugar a fuertes enfrentamientos que se agravaron cuando al regreso de la romería de Ujué, un numeroso grupo de romeros se enfrentó a bastonazos con otros vecinos de izquierda, resultando heridos de consideración el concejal de UGT Angel Elduayen y Agapito Urzainqui, de Ujué.

Una vez adjudicadas las parcelas el alcalde publica un bando prohibiendo la entrada de los vecinos. Después de mil gestiones para conseguir deslindar y aparcelar Picarana, un interdicto judicial dictado a petición de Carmen Goñi la devolvía a los antiguos detentadores. Estaba claro que en Pitillas no se permitía que la República diese sus frutos. Incluso un domingo fue abucheada y apedreada una banda de música cuando comenzó a tocar el Himno de Riego.

En septiembre de 1933, Ricardo Zabalza se quejaba en un escrito enviado a Diputación, del que se hizo eco “¡Trabajadores!”:

“Nada ni nadie puede autorizar este despojo. Tenemos derecho a defender como la propia vida el disfrute de estas parcelas comunales y si el mantenimiento de este derecho llega a costar horas amargas al pueblo de Pitillas, la responsabilidad será de aquellos que puestos a elegir entre el usurpador y el usurpado, no supieron amparar y hacer justicia al que la tenía”.

En el bienio negro aumenta la presión sobre las izquierdas de Pitillas con la entrada de nuevos concejales derechistas. La tierra no se repartía como exigían los vecinos más necesitados y el alcalde se ampara en la Guardia Civil para impedir las protestas de los vecinos en los plenos municipales. UGT denuncia la existencia de 100 familias sin trabajo en una localidad de 1.400 habitantes. Este sindicato era el único de izquierdas existente y en 1934 su nueva junta directiva quedó compuesta por Abdón Garde y Alejandro Alfaro como presidente y vicepresidente; Eusebio Erdociain y Bernardo Napal, secretarios; Antonio Esandi y Cecilio Elduayen, tesoreros; Francisco Oneca, Andrés Esparza, Lázaro Amadoz y Pedro Izura, vocales. Sin estar en la junta, Antonio Cabrero seguía siendo el alma y motor de los socialistas y continuaba escribiendo sus crónicas desde “¡Trabajadores!” denunciando, de vez en cuando, al “cavernícola Diario de Navarra, defensor de los que se comen el común”. En la derecha, José Abete presidía el Centro Agrario y Jesús San Martín el Casino La Unión.

En 1936, tras el triunfo del Frente Popular, un grupo de vecinos se entrevista con las nuevas autoridades y consiguen que éstas hagan dimitir al alcalde Arizaleta por considerarlo un obstáculo para la convivencia del pueblo. En abril toma posesión del cargo Antonio Cabrero, junto con otros tres concejales de izquierdas, Ramón Alfaro y Joaquín Napal.

Todo parecía que por fin un ayuntamiento de Pitillas se comprometería a fondo en el tema del comunal. Pero no le dieron tiempo.

Estallado el Alzamiento militar, los días 18 y 19 transcurren con normalidad controlando el Ayuntamiento la situación. El lunes día 20 llegan grupos armados de Olite y ocupan el pueblo. Las iras de las derechas se centran en la figura del alcalde. Por medio del cura le dicen que debe entregar la vara a lo que Cabrero responde que, si lo hace, será en el propio Ayuntamiento. Allí se dirige precedido de un grupo de vecinos que destrozan los cuadros de Alfonso XIII, Azaña y Alcalá Zamora, sacando de un cuarto la imagen de un Corazón de Jesús al grito de “Ya está libre, ya no estará prisionero”. Seguidamente arrasan el Centro de las izquierdas situado en casa de Garasa y queman en la plaza consistorial las banderas republicanas y ugetistas. A partir de ese momento varias personas y el propio alcalde huyen de la localidad.

A las 11 de la mañana de ese mismo día 20 y bajo la presidencia del comandante de puesto de la Guardia Civil de Olite, se procede a la destitución del Ayuntamiento legítimo y la entrada de otro que presidirá Pablo Sada.

El terror aumenta cuando el día 23 aparece el cadáver de un hombre que habían matado los de Murillete. Los carlistas ya están rápidamente organizados y los falangistas lo harán posteriormente, reclutando fundamentalmente a los elementos de izquierdas que quieren salvar la vida y que los carlistas no admiten en sus filas.

El primero en morir fue Paulino Gastón, un hombre de 55 años, vaquero muy humilde al que le acusaban de tener una pistola que él negaba. Primero fue salvajemente maltratado en el Ayuntamiento y luego lo estuvieron asustando en el cementerio. Por último, donde la Casilla del Reino, en la carretera general, el hombre empezó a correr hacia el pueblo diciendo: “En Olite no mais de matar”, y un guardia municipal se echó la carabina a la cara y lo mató. Otros testimonios aseguran que lo mataron a palos.

La Junta de Guerra, ya constituída, comienza a dictar órdenes contra las familias consideradas contrarias al régimen. Pedro García, jefe de Falange, Patricio Oroz, Pedro Pascual y Plácido Esparza, entre otros, formaban parte de la misma. Unas cincuenta personas son detenidas. Las gentes consideradas de izquierdas son obligadas a llevar un brazalete blanco y a presentarse diariamente al Ayuntamiento. Juan Angulo, a quien Cecilio San Martín en su huída le ha dejado sus vacas, tiene que entregar diariamente toda la leche, confiscándosele finalmente el ganado. Otros son obligados a trabajar gratuitamente en las trilladoras y a algunos como Juan Elduayen les confiscan toda la cosecha, la casa, tierras y animales. Le impusieron además una multa de 20.000 pesetas que no pagó porque ya no tenía con qué hacerlo. Otras multas dejaron a algunas familias pobres en la miseria.

La Comisión Provincial de Incautación de Bienes instruyó expedientes contra Marcos Tetuán, Angel Elduayen, Anselmo Aristu, Juan Luri, Simplicio Escalera, Francisco Erdociain, Isaac Arizpeleta, Jesús Ayundez, Nicolás Esandi, etc.

A María Ezpeleta, Flor Elduayen y a alguna otra les dieron a elegir entre cortarles el pelo o tomar aceite de ricino, optando ellas por lo primero.

Un grupo de Peralta estuvo a punto de fusilar a Julián Garasa y a su padre José, atados en los pilares del Ayuntamiento, siendo impedido por la firme intervención de un vecino.

Los pistoleros de Olite, que desde el primer momento aparecieron por el pueblo, seguían haciendo sus incursiones. Una noche llegaron con un camión y detuvieron a Joaquín Napal y a un caminero llamado Mascarán. Los de Olite se mostraban visiblemente molestos por no haber podido detener a más gente. Alguno del pueblo protestó por las tres hijas pequeñas que tenía el caminero, y tras consultar con el jefe de Falange, propuso a los de Olite cambiarlo por Julián Garasa, entonces secretario de UGT y soltero. Uno le replicó: “Mecagüendios, vamos a por un camión, nos llevamos a dos ¿y aún vienes a por uno?¡Hala, abajo todos!. Y dejaron vivos a los dos no sin antes darle una serie de varazos a Joaquín Napal.

El cojo Garasa no tendrá tanta suerte. El día 17 de agosto apareció muerto en el término de Beratxa de Tafalla a las cuatro de la mañana.

La noche anterior habían llegado al pueblo el Chato Berbinzana y un tal Ustárroz de Olite y con el palo que Julián Garasa utilizaba de bastón, se lo metieron entre las piernas y lo tiraron, como un saco de patatas, al interior de una furgoneta CITROEN en la que se lo llevaron para siempre.

A finales de agosto se forma el Tercio de Sanjurjo y la Junta de Guerra elabora una lista de pitilleses de izquierda, jóvenes en su mayoría, para que formen parte en él. A unos en el Ayuntamiento del pueblo y a otros en el cuartel de la Guardia Civil de Olite, les darán a elegir entre el Tercio, el Fuerte o la cuneta. A Francisco Oneca, anterior presidente de UGT, también lo enviaron pero lo devolvieron por viejo, salvando así la vida. Con él rechazaron a Estanislao Díaz, Juan Angulo, Juan Mazparrote, Tomás Azagra y Pedro Aristu.

Cuatro más se pasaron al bando republicano: Bernardo Napal, que posteriormente morirá en la retirada de Valencia; los hermanos Eusebio y Alejandro Erdociain y Antonio Esandi, Felipe Garayoa y Paco Otano consiguieron pasar a Francia.

Epifanio Azagra y el sastre Valentín Jaurrieta desaparecerán tras las matanzas de Pamplona. Emilio San Martín, de 54 años, que se había trasladado a Mendavia huyendo de los pitilleses, apareció muerto el 9 de septiembre en el término tafallés de La Sarda.

Numerosos vecinos permanecían detenidos en diversas cárceles y cuando eran puestos en libertad no eran admitidos en el pueblo bajo amenazas de muerte. Tal fue el caso de Abdón Garde, que al regresar al pueblo confiado, acudieron las derechas a apedrear su casa, escapándose por la chimenea y permaneciendo escondido en la fragua de un pariente.

Trece pitilleses murieron fusilados en las matanzas de Zaragoza. Seis, en la tarde del día 4 y siete en la del 10 de octubre. Todos ellos entre 10 y 32 años, la mayoría solteros y jornaleros de UGT. Eran Valentín Arizpeleta Chiquirrín, al que mataron otro hermano en el frente; José Arizpeleta Napal; Nicolás, Alfonso y Pablo Díaz Chiquirrín, los tres, hermanos; Aniceto Esandi; Gregorio Oscoz, “El Pocho”; Félix Aguerri; Alejandro Alfaro; Constantino e Irineo Anaut, también hermanos; Baldomero Díaz Beltza y Segundo Otano.

El día 21 de febrero del año siguiente, después de fusilados, el Ayuntamiento declarará “prófugos” a José Arizpeleta, Irineo Anaut y Baldomero Díaz por no presentarse con su quinta.

Una de las características más curiosas de la represión en Pitillas fue la muerte del sacerdote castrense y abogado Santiago Lucus Aramendia, a quien no tuvieron en cuenta su condición para fusilarlo precisamente en nombre de Dios. Santiago Lucus vivía en Pamplona con su madre, en la calle Mayor, y tenía fama de simpatizar con la República y los socialistas y de haber predicado a favor de los repartos de tierras. En una ocasión, en un mitin en Carcastillo, tuvo que enseñar su carnet de capitán para no ser detenido tras ser denunciado por las derechas. Al comenzar la represión se refugió en unos frailes de Vitoria donde al tiempo fue detenido, trasladado a Pamplona y encarcelado. Una noche fueron a buscarlo y lo fusilaron junto a Victoriano García Enciso, panadero, casi frente a la fuente del Perdón en el término municipal de Undiano.

Pitillas no sólo vio la represión de muchos de sus vecinos, sino la humillación de todos. El 5 de octubre de 1936 fue enviada al Ayuntamiento una instancia firmada por Víctor Tanco y 213 vecinos más en la que solicitaban la devolución de las tierras de la Picarana a sus antiguos poseedores, ya que la “incautación de dicha corraliza se hizo en un tiempo anormal”. La instancia, impulsada por los caciques que supieron aprovechar las circunstancias del momento, fue firmada por la mayoría de los vecinos, con expresa renuncia a los derechos que tanto esfuerzo les había costado recuperar. En 1939 las hierbas de dicha corraliza, la de Dolomondos, pasarán a manos particulares. En Pitillas ya no quedaba nadie para oponerse a la voluntad de los señores.
Navarra 1936-1937: De la esperanza al terror


2 comentarios:

garasixti dijo...

Buenos dias,

Vivo en Bordeos (Francia) y es con una muy grande emocion que encondrado y leiste este articulo de la guerra en Pitillas en 1936/1937.

Soy el unico hijo de Felipe Garayoa citado aqui, y que se refugio en Francia en 1939, exactamente en Bordeos.

Se casaran en Bordeos el 7 de julio 1945 con La senorita Jacqueline Salinas, que nacio en Bordeos, pero que estaba la hija de Chrisanto Salinas que nacio en Montréal, Navarra, y de Mercedes Cepero que nacio en Madrid.

Nacido yo el 22 de julio de 1947 pero me padre se mourio en junio 1950. Es por eso que no conosco mucha cosas de la historia de su vida y en particular de su guerra en las fuerzas républicanas. Pero,el poco lo que me contaran me madre de su historia y de su huida en Francia (no le gustava hablar de eso con ella) me parece empalmar a su articulo.
Soy haciendo la traduccion de hesta hitoria de Pitillas en frances por me familia y amigos pero tengo algunos problemas. Gracias de contestar a las
preguntas siguentes.

-Las superficies de las tieras robadas estan en hectareas?

-En la entreda de Antonio Cabrero a la yutamiento en 1936, escribe de tres consejales pero no hay el nombre que de dos.

-No entiendo exactemente la expression de Paulino Gaston:
«En Olite no mais de matar"

- El gojo Garasa estaba pariente con Julian?

- Escribe por fin que 4 mas se pasaron al bando republicano pero ay los nombres de seis, del cual me padre. Confirma seis?

Por otro lado sabes si puede encontrar un sitio internet o otra sitio a donde se hablas de los regimentos republicano para ver si hablan de ma padre (yo sé por me madre que cuando pasaran en Francia habia esquis, porque estaba en los cazadores de montagna).

Gracias para todo hasta pronto de leirse.
(Perdona me castillano aproximado.)

Cordialmente,
Jean Jacques GARAYOA

Murillete dijo...

https://www.familysearch.org/tree/person/details/G7RT-4SY
Genealogia de Felipe Garayoa Luri
https://www.murillete.x10.mx/Libros/Img/Resenyas/00_ant_04/Genealogia_de_las_victimas_de_la_represion_en_Navarra.pdf