lunes, 9 de marzo de 2015

HOMENAJE A LAS PRIMERAS HUELGUISTAS DE TAFALLA

Con motivo de la celebración en la jornada de ayer, 8 de marzo, del Día Internacional de las Mujeres, en Tafalla se tributó un homenaje, con el descubrimiento de una placa, a las doce mujeres tafallesas que el 8 de abril de 1919 iniciaron una huelga, la primera de la que se tiene constancia por escrito en la localidad, en demanda de un mejor salario y la reducción del horario de trabajo que estaban desarrollando como costureras y, más en concreto, como oficial de sastres.

Este reconocimiento se llevó a cabo por iniciativa de las asociaciones feministas Gure Indarra y Oihu Feminista y consistió en el descubrimiento, a las 12.30, de una placa junto al portal nº 11 de la calle Mayor, donde vivió una de las participantes, Cirila Escudero, en aquella primera huelga. Al acto acudieron varias decenas de vecinos y vecinas, entre ellas varias de las hijas y nietas de la vecina tafallesa.

Pili Berrio, como portavoz de las dos asociaciones de mujeres, se dirigió a las personas congregadas para recordar que “el 8 de abril de 1919, se produjo la primera huelga de mujeres que se conoce en la ciudad. Se quejaban de trabajar once horas y media al día, por un jornal de una peseta y media y lo que pedían era trabajar dos horas menos, nueve horas y media, y un aumento del jornal de 50 céntimos”. Dirigieron un escrito al alcalde, a su vez presidente de la Junta de Reformas Sociales de Tafalla, pidiéndole que intercediese en su petición ante los patronos, y otro a los propios sastres y, al no recibir respuesta, algunas declararon una huelga que duró cinco días, logrando alguna mejora, aunque no tanto como lo que reclamaban.

En colaboración con Altaffaylla Kultur Taldea, se instaló la placa en recuerdo “a estas valientes mujeres pioneras de la emancipación femenina". Las doce mujeres protagonistas de aquellos hechos fueron: Cirila Escudero, María Grela, Justa y María Ozkoidi, Tomasa Vidarte, Flora Moriones, Remedios Puyol, Sabina Ongay, María Pérez, Ascensión y Encarnación Vergara y Cruz Itoiz. En el momento de descubrir la placa, la dantzari Amaia Arregui bailó un aurresku de honor que fue interpretado por un grupo de txistularis.

Tras dar lectura al escrito que estas mujeres remitieron en el año 1919 con sus demandas y complementando este acto, Pili Berrio, valoró la situación de la mujer un siglo más tarde, reconociendo que “hoy las sucesoras de estas mujeres tenemos otras condiciones de vida, sobre todo hemos recuperado nuestra dignidad como personas y mujeres, pero nos falta mucho por hacer. Hemos mejorado nuestra formación y hemos hechos progresos en el trabajo y en la política, pero estamos retrocediendo”. En este sentido, dijo que “nuestra incorporación al trabajo está reduciéndose a pasos agigantados, echan sobre nuestros hombros las tareas domésticas y la violencia contra las mujeres sigue alcanzando cotas inimaginables” por lo que abogó por un cambio de actitudes: “Sin lucha no hay cambio”, concluyó.

Carmelo Armendáriz, en Diario de Noticias

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