lunes, 29 de julio de 2013

FLOTADOR OBLIGATORIO HASTA LOS 18 AÑOS

¿Se imaginan? Sería un escándalo. Pero ¿por qué? ¿No se están dando demasiados casos de personas ahogadas entre los bañistas? ¿O es que ahogarse está comprendido entre los riesgos inherentes al bañismo? O casco obligatorio para los peatones o para los pasajeros de los automóviles si son menores de edad, porque está demostrado que la probabilidad de tener una lesión en la cabeza es mayor que, por ejemplo, andando en bici.
No. Ha de ser a los ciclistas o, mejor, a los que andan en bici, porque para los ciclistas ya se hizo obligatorio hace unos años (único país en Europa) aunque no haya servido para reducir la siniestralidad entre el colectivo. Los que andan en bici en este país han de ser castigados ejemplarmente por su atrevimiento y qué mejor que martirizarlos haciéndoles cargar con medio melón todo el día con la excusa de que así se autoprotegen o, mejor, les autoprotegemos.
Este Estado, el estado protector, ha decidido, desoyendo cualquier normativa europea y las recomendaciones de usuarios y expertos de dentro y fuera de sus fronteras, poner flotador a todos los ciclistas en vez de calmar la marejada que tiene montada en el tráfico urbano o enseñarles a nadar con prudencia y destreza. Sobre todo a los menores de edad, que serán los que decidan dentro de unos años. Creen que con eso van a salvar alguna vida y sospechan que con eso van a disuadir a algún alma cándida de utilizar la bicicleta. O a muchas, que es como mejor se reducen los accidentes. De hecho, si no anduviera nadie en bicicleta, nadie sería atropellado.
Es como si para prevenir que la gente se ahogue, en vez de enseñarles a nadar, se les obligara a llevar un flotador salvavidas. ¿Cuántos bañistas habría?
Este país ha perdido el norte a la hora de gestionar la realidad de la bicicleta, tanto en medio urbano como fuera de él, y ha decidido desmarcarse del resto del mundo, inventándose un nuevo marco normativo que resulta más que sospechoso. En vez de disuadir a la gente de que utilice el automóvil y reordenar las ciudades para reducir la peligrosidad vial, van y castigan a los que intentan aportar, con su práctica, un poco de calma en el tráfico.
Está claro que las bicicletas no interesan, que las personas que nos movemos en bicicleta no interesamos, porque se quiere mantener a toda costa el dominio del automóvil en las ciudades intacto. El problema, el verdadero problema y la causa de la gravedad de los mal llamados accidentes en nuestras ciudades siguen siendo los automóviles, su velocidad y su tiranía en la ordenación vial. Hasta que no nos demos cuenta de esto, todas estas medidas no serán más que parches molestos que no pararán la sangría en la estamos envueltos.
Eneko Astigarraga, consultor de Movilidad No Autorizada en Oraintxe S.L. y miembro de CCCP (Ciudadanos Ciclistas de la Comarca de Pamplona)

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