lunes, 7 de diciembre de 2009

DESDE LA PERPLEJIDAD

No es lo mismo para este sistema asesinar por motivos ideológicos machistas que por motivos ideológicos políticos. Tenemos dos casos: el de un niño de papá que se supone ha recibido una educación elitista que gira en torno a una fracción del cristianismo como es el Opus, que un día determinado, herido en su orgullo de macho que todo lo puede, asesina a una chica, por el mero hecho de negarse a mantener relaciones sexuales. La asfixia, intenta cortarle la mano y como no puede le corta el dedo y traslada el cadáver a un lugar lejano para ocultarlo. Bueno, pues el asunto del caso es que por estos actos la justicia le sentencia doce años de prisión, teniendo en cuenta la buena disposición del niño de papá, sobre todo, la económica, y que supongo en unos ocho años estará fuera en régimen abierto.

Otro caso; unos chavales de ideología (abertzale), es decir, patriótica, en una manifestación en Navarra o en el País Vasco, y subrayo el territorio porque aquí la justicia también diferencia y si no me remito a la quema y apaleamiento de una comisaría en una urbe de Madrid, donde no se ha arrestado a nadie por actos terroristas, queman unos cuanto contenedores y sucursales bancarias, sin víctimas. Los localizan, hacen la llamada oportuna a la Audiencia Nacional y la Audiencia Nacional dispone su detención. Son llevados a Madrid y no a Pamplona, se les aplica la Ley Antiterrorista y se les sentencia por actos terroristas y enaltecimiento del terrorismo a veinte años de prisión, de los cuales deben cumplir los veinte años completitos. No estoy justificando ninguno de los actos de estos chavales, pero visto así es palmario y clama al cielo que la justicia se debe dotar de otras leyes para ser más justa como, por ejemplo, una ley de violencia machista, que sea tajante e inflexible a la hora de perseguir los delitos de violencia de género.

A día de hoy se persiguen ideas políticas y se atenúan ideas machistas. Después de lo que nos está costando salir de este atolladero de ideología patriarcal, estas sentencias, con jurado o sin jurado popular, hacen un flaco favor a una sociedad que poco a poco se está liberando del silencio, el miedo y el yugo de siglos y décadas de ideología patriarcal que amparaba y justificaba siempre la existencia de dicha violencia de género.
Gregorio Ojer (Diario de Noticias)

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