Una de las formas de medir la relevancia de las entidades financieras es su valor de marca. Según este criterio, el Banco Santander ocupó en 2020 el duodécimo lugar del mundo -con un valor de 17.500 millones de dólares- en la ratio bancaria que elabora el portal de estadísticas Statista.
“En Santander, siempre hemos sido conscientes de que tenemos la responsabilidad de apoyar a la sociedad y vamos a seguir haciéndolo”, afirma la presidenta ejecutiva del banco, Ana Patricia Botín, en el informe de 2020 sobre Banca Responsable.
Pero tal vez la propaganda esconda una cara más oscura. El 28 de abril la PAH de Barcelona se movilizó ante una oficina del Banco Santander con el fin de reivindicar una solución para Asia y Lita Fernanda, que llevan siete años de batalla para evitar el desahucio: llamadas telefónicas, centenares de correos electrónicos, burocracia y hasta un plante semanal en la puerta de las oficinas. Las dos mujeres firmaron en su día sendas hipotecas con el Banco Pastor, absorbido por el Banco Popular y en 2018 por el Santander, pero llegó el momento en que carecían de ingresos para afrontar la cuota hipotecaria. Asia pide la dación en pago y un alquiler social, y Lita Fernanda una quita de la deuda para continuar pagando la hipoteca.
“El Banco Santander, en su ansia especuladora, quiere desahuciar a Carolina y su familia”, convocaron en las redes sociales el pasado 12 de mayo –en la madrileña calle Alcatraz- la Coordinadora de Vivienda de Madrid y Vivienda Carabanchel. Lograron paralizar la expulsión de Carolina. Otro ejemplo de lucha popular es el de Stop Desahucios Granada 15-M, que el 10 de septiembre convocó una concentración ante una sucursal del Santander en la capital andaluza; los activistas pidieron que se resolviera la situación de dos familias afectadas –una de ellas un matrimonio jubilado- que solicitaban la dación en pago.
Cuestión diferente son las prácticas de evasión fiscal. Según informó el 9 de diciembre el periódico El Confidencial, los técnicos del Banco de España concluyeron en un informe que el Banco Santander colaboró en el blanqueo de capitales de clientes españoles en el HSBC suizo. Por otra parte, el documento de Oxfam Intermón La hora del compromiso. Las empresas del Ibex 35 ante el reto de la pandemia (noviembre 2020, con datos de 2019) destaca que el Banco Santander es la empresa del selectivo español con más filiales en paraísos fiscales, 176; de los 14 paraísos fiscales con presencia del Santander, destacan Delaware (Estados Unidos), con 102 filiales e Irlanda, con 38.
El informe de la ONG también hace referencia a las desigualdades. El sueldo más alto en el Banco Santander es 267 veces superior al salario medio. Asimismo el Santander es líder en “brecha de género” en el IBEX 35: el salario medio de los hombres fue en 2019 un 31% superior al de las mujeres.
Otro punto de polémica son las llamadas puertas giratorias –vinculación entre política y grandes empresas-, a la que no es ajena la entidad que preside Botín. Así, el exvicepresidente del Gobierno de España, exdirector gerente del FMI y expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, condenado a pena de prisión por el caso de las tarjetas black, ejerció como miembro del consejo asesor internacional del Banco Santander entre enero de 2008 y finales de 2009 y, en una segunda etapa, entre septiembre de 2013 y noviembre de 2014. Belén Romana, actualmente vocal en el Consejo de Administración del Santander, fue directora general de Política Económica entre 2000 y 2003 (Gobierno de Aznar) y expresidenta de la SAREB o banco malo. Otro ejemplo es el de la exsecretaria general del CNI, Elena Sánchez Blanco, actualmente directora de Seguridad e Inteligencia del Grupo Santander.
Tampoco fue un hecho menor lo ocurrido en noviembre de 2011, cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero -en funciones- otorgó el indulto parcial al entonces consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz; el banquero fue condenado por la Audiencia Provincial de Barcelona, en 2009, y en marzo de 2011 por el Tribunal Supremo, por un delito de acusación y denuncia falsa cometido en la época en que presidía Banesto. En 2013, el Tribunal Supremo estimó en parte el recurso contra el indulto a Sáenz, al considerar que esta prerrogativa excepcional no anula los antecedentes penales.
El Banco Santander se halla actualmente inmerso en un ERE, que implica el despido de 3.572 trabajadores y el cierre de 1.033 oficinas. El 26 de marzo se celebró la junta de accionistas del banco en el municipio madrileño de Boadilla del Monte. En el acto estuvieron presentes dos activistas de la campaña Banca Armada, integrada por una decena de ONG y colectivos antimilitaristas, que denunciaron “la relación que tiene el banco con el negocio de la guerra” y exigieron “que deje de financiar empresas de armamento”.
Los activistas detallaron que, en el quinquenio 2014-2019, el Santander financió e invirtió al menos 3.000 millones de euros en 15 empresas armamentísticas y dedicadas a la seguridad fronteriza; durante este periodo, añadieron ante los accionistas, el banco financió con 1.830 millones de dólares a empresas que vendieron armas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (este material bélico podría haberse empleado en el conflicto de Yemen); se trata de Navantia, Airbus, Boeing, Leonardo, Thales y Rolls-Royce. “La francesa Thales es la que ha recibido más apoyo en este periodo por parte del Santander, más de 650 millones de dólares”, subrayaron. En el top 100 de bancos financiadores, elaborado por el Centre Delàs y la iniciativa Banco Armada, el Banco Santander figura en el número 53 (tercero del estado español tras el BBVA y la estatal SEPI).
Los tentáculos de la corporación llegan, en otros casos, a la construcción de grandes obras públicas. El proyecto hidroeléctrico Ituango se sitúa sobre el río Cauca -el segundo más importante de Colombia-, en el departamento de Antioquía. El Banco Santander y el BBVA son dos de los financiadores, entre otros bancos internacionales e inversores institucionales, de esta megapresa que empezó a construirse hace una década y cuyo impacto ha denunciado el Movimiento Ríos Vivos-Antioquía.
Uno de los hitos en la fase de obras se produjo en mayo de 2018, cuando una sucesión de desprendimientos e inundaciones llevó a la declaración del estado de emergencia y la evacuación de miles de vecinos. Además, “quienes se oponen a la construcción de Hidroituango han sufrido el abuso de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad del Estado, así como agresiones físicas y psicológicas, en un entorno recurrente de amenazas, amedrentamiento y terror”, denunció en 2018 Ecologistas en Acción, que ese año publicó el informe El Ibex 35 en guerra contra la vida.
Y el recorrido podría continuar en Brasil, donde el Banco Santander logró en el primer trimestre de 2021 un beneficio ordinario de 562 millones de euros (773 millones en Sudamérica). El informe de la ONG Amigos de la Tierra titulado Carne de vacuno. Deforestación en nuestros platos (marzo 2021)recuerda que Brasil es el primer exportador mundial de carne de vacuno y destaca tres grandes industrias cárnicas de este país y relacionadas con la destrucción de la selva amazónica: JBS, Marfrig y Minerva. El Banco Santander, subraya la asociación ecologista, fue uno de los bancos europeos que más financió a estas empresas, con al menos 1.170 millones de euros entre 2013 y 2019, sobre todo mediante la compra de bonos.
Pero tampoco proliferan las informaciones críticas con el clan Botín y la gestión del Banco Santander. Representa una de las excepciones el fallecido periodista Josep Manuel Novoa, autor de los libros El Poder (2001) y El botín de Botín (2003), editados por Foca. El banquero Emilio Botín-Sanz de Sautuola García de los Ríos (1934-2014) “movió cielo y tierra entre los medios de comunicación y los distribuidores para silenciar el contenido de ese libro”, escribió Novoa en referencia a El Poder. En la presentación a El botín de Botín el autor resumió el objetivo de la investigación: “Alertar a la ciudadanía –ya que los poderes político y judicial otorgan al personaje, por el hecho de ser el más rico de España, la más sonrojante impunidad- de los peligros que lleva consigo el nuevo y desaforado capitalismo”.
Enric Llopis, en Rebelión
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