viernes, 7 de octubre de 2011

UXUE BARKOS: "HE APRENDIDO A AMAR LAS COSAS PEQUEÑAS"

Uxue Barkos Berruezo es conocida política navarra, diputada en el Congreso y concejal y portavoz de Nafarroa Bai en el Ayuntamiento de Iruña. Periodista, licenciada en las Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Ejerció el periodismo en diversos medios, pero quizá el medio que más le dio a conocer fue ETB. Muchos la recordamos presentando el informativo. Hace ocho meses aproximadamente supimos que sufría un cáncer de mama. Ahora vuelve a reaparecer en la palestra política con su pañuelo en la cabeza.

Nos hemos acercado a ella para hablar y recoger sus experiencias en la enfermedad y sus esperanzas de futuro. Nos ha acogido con suma amabilidad en la sede de su coalición en la Plaza del Castillo, en Iruña. Cosa que todos los lectores de la revista Arantzazu le agradecen. Eskerrik asko, Uxue!

¿Quién es Uxue Barkos?
Soy navarra, nacida en Iruña hace 47 años de padres navarros, pamplonés el aita y la ama tafallesa.

Periodista de profesión.....
Periodista de profesión y oficio. Oficio hermoso donde los haya. Sigo pensando que ejercer en una sociedad como la nuestra, donde las relaciones son cada vez más difíciles, un oficio cuyo objeto es contar, trasladar la realidad aprehendida como sea posible, es un oficio hermosísimo y sigue siendo el mío.

Ahora mismo no ejerces.
Ahora mismo no ejerzo, estoy en la otra parte de la barricada. Es también un ejercicio hermoso. Pienso que, más allá del descrédito que tiene en estos momentos, la política es una actividad importante en la conformación de una sociedad madura, estable, democrática, pacífica. Más allá del descrédito actual, queda mucho por hacer.

¿Cómo pasaste del periodismo a la política activa, de contar a cantar?
Está bien eso de cantar, aunque no soy una buena cantante. Sucedió en un momento político muy concreto para Navarra. El momento en el que los partidos abertzales y un partido vasquista como Batzarre deciden dar el paso para iniciar una andadura conjunta en torno a un mínimo común denominador, que nos permitiera a los navarros tener en este caso representación en Madrid. Para mí fue una alegría y para muchos/as navarros/as fue todo un premio en el ámbito de la política. Cuando me plantean la posibilidad de hacerlo, a finales de 2003 y principios de 2004, consultado mi marido, porque pienso que en estas batallas hay que ir juntos, lo acepté.

Antes ni se te había pasado por la cabeza una posibilidad así
Nunca. Es verdad que soy una persona a la que siempre le ha gustado la política. La he mamado en casa. Pero yo vivía la política desde el periodismo, que me parece también una manera de aportar a la sociedad.

¿Qué te lleva a ese cambio? ¿cuál es el sueño político profundo que te empuja, qué aspiración?
Evidentemente, aspiraciones hay muchas. La más básica: una sociedad solidaria y en paz. Esa es la más básica. La más personal: que esa sociedad tenga un ámbito muy concreto de definición, de actuación, que sea la sociedad vasca. Me gustaría pensar que asistiremos algún día a algún tipo de independencia, que no necesariamente pasa por los cánones actuales, pero que tiene mucho que ver con una sociedad solidaria, con una sociedad plural, con una sociedad abierta, en la que los navarros nos reconciliemos finalmente con nuestra historia. Creo que muchos se han empeñado en enfrentarnos a nuestra propia realidad. Y me gustaría pensar que el anhelo a futuro tiene que ver con nuestra realidad.

¿El ejercicio de la política te ha frustrado o te ha convencido?
Me ha frustrado en muchas ocasiones, pero es como en todos los órdenes de la vida. Todo en la vida tiene momentos de mayor y menor frustración. Todo nos entristece y nos da enormes alegrías. Yo no he encontrado ningún ámbito de la vida que me diera plena satisfacción o absoluta frustración. Yo sigo creyendo en la política como arma para construir sociedad. Sí, sí, sigo creyendo en la política, aunque reconozco que a veces algunas armas de la política son poco nobles para el ser humano.

Los/as políticos/as estáis mal vistos/as.....
Muy mal. Supongo que en toda época de crisis, es algo lógico. Y por tanto es lógico criticar, batallar y enconarse contra quien de alguna manera está organizando el cotarro, que es lo que corresponde al político, sea desde el gobierno, sea desde la oposición. Es verdad también que, en el estado español y si miramos la política en su conjunto, después de unos años de una efervescencia política muy hermosos, como fueron los años de la transición, lógicamente, en un movimiento pendular, hemos ido al otro extremo. Todo esto coincidiendo con una crisis estructural importante como la que tenemos, entiendo que lleva a ese juicio negativo de los políticos. Si acaso, me preocupa más el tipo de vida que se ha impuesto entre los políticos y entre los ciudadanos militantes en torno a la fidelidad o la obediencia estricta y debida con respecto al partido. Sigo creyendo que los partidos son magníficas herramientas, pero tienen que ser herramientas.

Llega la enfermedad, el cáncer, ¿cómo te pilla?
Con susto, como a todo el mundo, supongo. Con lagrimón. El momento del diagnóstico en que me comunican la enfermedad es un trago fuerte. Más allá de magníficos diagnósticos, de buenas posibilidades de futuro, con porcentajes de curación muy amplios, el cáncer es la enfermedad que nos enfrenta a la muerte. Te sitúa ante el debate que el ser humano suele rechazar. Es el momento en que te miras cara a cara y dices "esto tiene solución, pero no deja de ser un cáncer". La enfermedad se combate rápidamente con los protocolos que existen actualmente en nuestra sociedad, pero te coloca en una situación que te hace repensar muchas cosas. Comienzas a degustar o saborear realidades mucho más pequeñitas, cosas enormes que tenías por pequeñas. Sobre todo, permite encarar una batalla que tienes de partida prácticamente ganada, aunque no totalmente; eso ayuda mucho. Pero el vértigo de mirar de repente de cara a cara a la muerte, a tus entonces 46 años, asusta, y mucho.

Como persona, ¿qué te ha quitado y qué te ha dado la enfermedad?
La enfermedad más que quitar y dar, te obliga, te recoloca. Te da, si quieres, la exigencia de pararte a reflexionar si el camino que has emprendido en tantos órdenes de la vida es el acertado o hay que recolocarlo. Suelo decir, lo tengo escrito en algún lugar personal, que es el genio más batallador en un cuerpo de cristal. Son meses en los que el cuerpo es puro cristal, todo duele y, sin embargo te está pidiendo ánimo y genio. Te obliga a repensar, como digo, los caminos que has iniciado en tantos órdenes de la vida, para consolidarlos en algunos casos y para rectificar en otros. Sí tengo claro que seguramente la pasión con la que yo vivo todo, porque soy una persona muy apasionada, me va a exigir hacer pequeñas gimnasias que me lleven a tomar las cosas con más calma.
¿Si me ha quitado algo? No lo creo. ¡Hombre!, sí me ha quitado tiempo para estar con mi hijo y mi marido. Mira, te cuento algo muy personal. Mi décimo aniversario de boda, un momento bonito y esperado, lo pasé en el hospital, dándole a mi marido un par de días de aúpa, que no sé cómo me aguantó. No creo que me haya quitado nada más.

Y como decías, has aprendido a valorar las cosas pequeñas.
Aquellas cosas que te parecían tan pequeñas y que ahora las veo tan deliciosas, como ir a recoger a mi hijo Xabier al autobús, que ahora me parece tan importante y que antes no podía. ¡Ahora sí puedo! Y además, voy a poder. O sentarnos la familia tranquilamente a gozar de nuestra relación. Quiero ayudar a mi familia como ella me ha ayudado a mí. Estar ahí cuando me necesiten.

¿La enfermedad te ha llevado a plantearte preguntas nuevas o te ha abierto horizontes nuevos en tu vida personal?
Sí. En algunos casos me ha planteado interrogantes que estaban dormidos: mirar la muerte, la vida....Sí me han reverdecido interrogantes que estaban ocultos. Ese es un proceso que no ha terminado, y continuará.

¿Cómo se ven las cosas, la realidad, la política....desde la enfermedad? ¿Cambia el punto de mira y la visión?
Como te he dicho, todas esas cosas que parecen absolutas y fundamentales en el día a día dejan de serlo, por lo menos en esa categoría que les atribuía hasta ahora. Si la aventura política va bien, pues va bien, pero en adelante difícilmente me llevaré los disgustos que me he llevado en algunas ocasiones por cuestiones que hoy son muy secundarias.

¿Cómo se soporta la dureza del tratamiento? ¿a qué se agarra la persona?
En mi caso, claramente a la familia. Y de manera muy especial a querer colaborar a que el dolor de los tuyos sea lo más leve posible. Procurar que esos malos ratos no los vea mi hijo Xabier que tiene todavía 8 años. Que mi aita y mi ama los vean lo menos posible. Que mi marido, que es el que más los ve, sufra lo menos posible. Lo que más te ayuda es el amor a los tuyos. Ese es el motor más importante de la enfermedad, el querer colaborar a mitigar en lo posible el dolor de los tuyos, que no siempre es fácil.

¿Te has sentido acompañada y apoyada en la enfermedad, además de tu familia, por políticos, amigos.....?
Sí, mucho. Y me ha sorprendido gratamente. En una cosa he sido privilegiada: hice una comunicación pública, que yo pensé que así lo tenía que hacer, y que pienso que acerté porque debía una explicación a aquellas personas que se iban a preguntar dónde había desaparecido esta representante política. Y en segundo lugar, una vez de explicar el porqué, hacerlo con toda la información, restando esa especie de oscurantismo con que a veces se trata el cáncer. Eso ha supuesto que en la calle muchas personas que han pasado por el mismo proceso o que lo están viviendo se me hayan acercado a hablar. La mejor medicina son muchas mujeres que me dicen "mira, a mí ya me ha salido el pelo.....". En ese sentido he sido una privilegiada.

¿Cómo ha vuelto al ejercicio político?
He vuelto demasiado pronto. Le prometí a mi madre que el retorno sería mucho más suave, pero no ha sido posible. Cuando han vuelto las fuerzas, estoy en la arena; y ha coincidido con un arranque político que en Madrid era caliente con la reforma constitucional, pero que también en casa, en concreto en Navarra y en el conjunto de la política vasca, han sido también momentos muy efervescentes. Y en el caso de Nafarroa Bai con un nuevo reto, con un nuevo intento por mantener un proyecto que yo sigo viendo necesario y vigente en el escenario de nuestra política y, por tanto, con la necesidad de hacer un nuevo esfuerzo para tirar para adelante.

¿Cómo ve el futuro de nuestro pueblo: paz, reconciliación, convivencia.....?
En estos momentos hay un mandato social inequívoco e incontestable en términos de la mayoría de la sociedad vasca por la paz. En este sentido, una exigencia a ETA claramente, en primer lugar, en torno a la necesidad de desarrollar nuestras ansias como pueblo, siempre en el entorno de la política. Yo creo que ese mandato es incontestable y ETA habrá de atender, más allá de los requerimientos a nivel del estado, habrá de atender ese requerimiento de la sociedad vasca. Eso en primer lugar. Y en segundo lugar, lógicamente, no tenemos un camino fácil como pueblo, porque los embates son muchos, porque, por ejemplo, en la Constitución, mirando al Estado español, amén del francés en el caso de Iparralde, es bastante evidente que la cuestión vasca todavía sigue siendo un arma o herramienta rentable en el seno de la política española.
Arriesgar 200.000 votos para ganar 10 millones suele ser tentación fácil para los dos grandes partidos a nivel estatal. Por tanto, quienes tenemos el anhelo de una Euskadi encontrada, tenemos un camino que será siempre difícil, pero no por ello debemos renunciar a recorrerlo. Eso sí, creo que debe hacerse siempre desde el ejercicio estricto de la política, siempre desde el afán de convencer a los ciudadanos, y por tanto, siempre construyendo sociedad desde abajo hacia arriba. Nunca he creído en que sean las cúpulas políticas las que sean capaces de imponer nada a la ciudadanía. No sería ese el modo de construir una sociedad. Por tanto, convenciendo, tan importante en Navarra hoy, y en la búsqueda de una independencia solidaria en lo económico, en lo cultural y en lo lingüístico. Nos tenemos que hacer mayores en euskera. Es muy importante para este país.

Ya que estamos en una revista religiosa, ¿qué papel le atribuye a la Iglesia en todo esto?
Siempre ha sido fundamental y quiero recordar que la sociedad vasca ha sido y es mayoritariamente católica. No solo es importante el papel de la Iglesia Católica en el reencuentro y en la reconciliación de dos partes de la sociedad que hoy por hoy, por intereses partidarios, se ha buscado enfrentar. Yo lo veo, por ejemplo, en Navarra. Es tan importante el reencuentro, la reconciliación, por ejemplo, de gran parte de la ciudadanía navarra con el euskera. Algo tan básico y tan sencillo como esto. A veces pareciera que algo tan rico como un idioma, como una lengua, como nuestra lengua, enfrenta a los navarros. Es algo que se ha buscado de manera reiterada. Yo creo que una actitud proactiva de la Iglesia Católica en este como en otros temas, también, por supuesto, en el terreno de la pacificación, es fundamental.

Eskerrik asko, Uxue, eta animo. Eutsi goiari, ez erori.

Iñaki Beristain, Arantzazu aldizkarian


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