domingo, 14 de julio de 2019

UN PERIODISTA FIEL A SUS IDEAS, UN LUCHADOR INCANSABLE

El periodista Mariano Ferrer falleció ayer a los 79 años de edad. Su carrera siempre estuvo vinculada al periodismo comprometido. El donostiarra se formó en el seminario sacerdotal, aunque después se trasladó a Madrid para estudiar periodismo, y más tarde amplió su formación en Estados Unidos, en Chicago.
A su vuelta trabajó en Radio Popular en Donostia como subdirector, época en la que el Gobierno franquista impedía la emisión de las noticias que consideraba inadecuadas. Dado que era la única emisora que tenía permiso de emisión, y con ganas de saltar por encima de la censura, Ferrer creó una fórmula (el popular programa “El kiosco de la Rosi”), para dar difusión a otros medios leyendo los titulares de los periódicos, aunque a menudo se le prohibieran también esas lecturas. Por plantarle cara a la dictadura se convirtió en un referente de la libertad de expresión radiofónica en Euskal Herria. “El kiosco de la Rosi” se emitió durante 30 años.
A mediados de los años 70 comenzó a gestarse ‘“Egin”, y Ferrer fue uno de los promotores y también su primer director cuando comenzó a publicarse en setiembre de 1977 con la vocación de dar voz a la población abertzale.
En una entrevista realizada recientemente por el sindicato ELA a Ferrer y a Mirentxu Purroy, cuarta directora del diario clausurado, dijo sobre aquellos tiempos que «hacía falta mucho dinero, no había periodistas suficientes (y mucho menos euskaldunes…) y, por si fuera poco, ‘Deia’ se adelanta por unos meses y las dificultades se duplican. Ya éramos dos periódicos que necesitábamos cosas y recursos parecidos. Se nos fueron a ‘Deia’ las dos personas que iban a ser responsables de la redacción de Bizkaia… Ello impidió a ‘Egin’ trabajar todo el espacio comunicativo abertzale», lamentaba.
Más tarde abandonó el diario por diferencias con la línea editorial, una dura decisión que no le impidió continuar ligado a los movimientos sociales de Euskal Herria que consideraba justos. Destacó, años más tarde, su presencia en la plataforma ciudadana que se opuso al macrosumario 18/98.
También siguió relacionado al periodismo en otros medios, tratando de hacer siempre su mejor labor. «Además de la crisis que ha sufrido todo el mundo, en nuestra profesión se gestionó muy mal lo digital. Eso provocó que la crisis fuera mucho mayor de lo necesario, y con ello la precariedad: sueldos bajos, ninguna seguridad laboral, y muy poco tiempo para informar. Ahora ya es muy raro encontrar noticias o exclusivas en los periódicos (no digamos en los demás medios), y por eso se tiende a la espectacularización de hechos que ya se saben… Y por ahí llega el bajón de la calidad informativa», dijo en la entrevista citada.
Fue una voz crítica todas las mañanas desde las ondas con el poder y también contra quienes lo combatían mediante la lucha armada. Criticó habitualmente a ETA, aunque ello no le llevó a los postulados que se propugnaban desde los distintos gobiernos, los principales partidos y sus pactos anti-ETA, así como desde los grandes medios de comunicación.
En 1997, Ferrer, junto con el también periodista Martín Garitano, entrevistó a la dirección de ETA, entrevista que fue grabada en vídeo. En las imágenes aparecen dos encapuchados respondiendo a sus preguntas.
En 2016 participó como ponente en los cursos de verano de la UPV/EHU donde mencionó que los medios «tienen la capacidad de contagio y terminas pensando como ellos». «Pensábamos que los hechos se producían, y después los medios actuaban; sin embargo, los medios ya no están detrás de las noticias, porque son ellos quienes influyen en lo que pasa», manifestó en su intervención.
Aun después de su jubilación en 2004, Ferrer fue un personaje activo en movimientos actuales y de gran importancia en la sociedad vasca que sería imposible enumerar, pero entre los que destacan Gure Esku Dago o Euskaraldia, promoviendo mediante esta última dinámica el uso normalizado del euskara. De hecho, su compromiso con esta lengua le llevó los últimos años a aprenderla y utilizarla asiduamente tras haber hecho su carrera profesional en castellano.
Tras jubilarse firmó dos libros: “Derechos, libertades y razón de Estado (1996-2005)”, publicado en 2005, y “Mariano Ferrer, lo que dije y digo”, donde se recogen sus numerosos artículos. En 2017 fue reconocido en los premios de Periodismo Vasco por toda su trayectoria.
Buen amigo de esta casa, asistió a la presentación de NAIZ Irratia realizada el pasado 24 de enero junto al Kursaal de Donostia, y ya en primavera participó, junto a la jueza Garbiñe Biurrun, en la charla celebrada en Tolosa dentro de la dinámica Harpidetu Etorkizunera.

Nagore Belastegi, en GARA